En 1996 uno no podía evitar cruzarse con Roberto Edgar al menos una vez por día. “Esa malvada” había estallado y el cantante de Volcán vivía en los medios: iba a comer con Mirtha Legrand, se sentaba en el living de Susana Giménez, le animaba la fiesta a Marcelo Tinelli. Cuando no estaba promocionando el disco Te sigo queriendo estaba presentándolo en las bailantas: de a nueve conciertos por noche, los fines de semana empezaba la jornada laboral a las 7 de la tarde y la terminaba a las 9 de la mañana del día siguiente. Eso, más los shows en el interior del país, las fiestas privadas y demás compromisos que trae la fama. Joshua Jackson: de estar “devastado” por una ruptura a formar una familia por un encuentro fortuitoUna noche tuvo un milagroso break y se hizo tiempo para cenar con amigos en Ski Ranch, el restaurante emblemático de la época en Costanera Norte. Ahí, en plena comida, el gerente lo llamó aparte porque quería presentarle “a una persona”. Roberto lo acompañó al salón de atrás y vio una ronda que se fue abriendo a su paso. Unos muchachos de gran porte y cara de pocos amigos lo escoltaron. En medio del gentío lo esperaba Diego Armando Maradona.Hoy, 25 años después de aquel encuentro (primero de muchos) con el mejor jugador de todos los tiempos, Edgar se dispone a encontrarle a un souvenir de aquella amistad un fin solidario: subastará una corbata Versace que el exfutbolista le regaló en el ’97 a beneficio de una aldea originaria en su Misiones natal.“La guardé hasta que una noche me desvelé y empecé a pensar en esta idea”, cuenta el cantante a LA NACION. “Siempre visito una aldea guaraní acá en Iguazú, lugar donde nací: la Yryapú. Ellos tienen muchas necesidades. La última vez que fui grabé un video de un tema dedicado a mi provincia y ellos forman parte de ese video. Les prometí que iba a volver, pero no quiero volver con las manos vacías”, dice. Por eso decidió rematar este valioso regalo de Maradona y donar la recaudación a la Yryapú y a comedores comunitarios de Misiones.La corbata llegó a sus manos en el 97, en una reunión familiar en Devoto: la fiesta de bautismo del sobrino de Diego, hijo de Lalo. “Éramos la banda invitada, yo estaba cantando en el escenario, y en un momento me sorprende Diego, se acerca con la corbata que usó toda la noche y me la regala”, cuenta. Con fotos y videos que dejan constancia de que la corbata efectivamente era de Maradona (más un acta de escribano público que lo certifica), Edgar se desprenderá de un regalo que atesora pero -dice- no se queda sin recuerdos: “La gente me pregunta ‘che, ¿pero no significa nada la corbata?’. Y yo digo que me quedo con algo mejor: un pico de él. Me agarra el mentón, me da un pico. No sé cuántos fuimos los privilegiados de tener una imagen así: Tévez, Cani, Guillermo…”.En esta misión, el líder de Volcán tiene un sueño: que la familia de Diego lo acompañe. “Me encantaría poder invitar a sus hijos -Dalma, Giannina, Jana, Diego Jr. Dieguito- y a Verónica Ojeda para que se saquen una foto con la corbata y la publiquen en sus redes sociales para ayudarme con la difusión. Y me gustaría que después alguno de ellos esté conmigo entregando esa donación a los amigos guaraníes. Yo sé que están en un conflicto familiar por la herencia del padre, pero esto es diferente: es ayudar a los que menos tienen, es una causa solidaria. Tendría otro impacto”, dice, y hace pública su convocatoria. View this post on Instagram A post shared by Roberto Edgar Volcan (@robertoedgar01)Roberto, que después de algunos años luchando contra una fuerte depresión se estableció de nuevo en Misiones y reunió al grupo que lo hizo famoso, se enteró de la muerte del 10 en un viaje a la Capital. “A las once de la mañana estaba caminando por la 9 de Julio, haciendo trámites. Me volvía al hotel donde estaba parando a cuatro cuadras del Obelisco y me llamó la atención la bandera enorme que le pusieron por su cumpleaños. Saqué el celular y lo subí a mis redes. A la una de la tarde supe de su muerte”, cuenta.No fue Maradona la única gran estrella argentina de la que el cantante estuvo cerca: también se dio el gusto de llevar a Charly García en su limusina. “Tenían un magnetismo increíble los dos. A Diego no lo quería molestar porque estaban todos encima de él, yo sentía que él necesitaba respirar. Y Charly lo mismo”, dice. Una noche lo llevó hasta Tandil porque se suponía que tenía un show, pero resultó que en realidad estaba fichado para la noche anterior. “El tipo que lo contrató estaba muy molesto, decía ‘pero el show era ayer y este vino hoy’. Yo dije: ‘voy a entrar al lugar y no va a haber nadie’. Estaba lleno. Esa vez Charly tocó tres horas y media. Bajó del escenario, había un piano en la parte de adelante del club y tocó una hora y media más ahí”, relata. Anécdotas, está claro, no le faltan.La subasta de la corbata del 10 empezará a principios de junio y se extenderá hasta el 22 de ese mes, día en el que se celebra un nuevo aniversario del gol a los ingleses. La base será de 5000 dólares y para ofertar es necesario registrarse en www.scalisisubastas.com.ar, bajo supervisión de los martilleros públicos Hernán Scalisi y Francisco Cavalca.

Fuente: La Nación

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