(Agrega detalles, citas y contexto)31 ago (Reuters) – Los talibanes celebraron el martes su
victoria sobre Estados Unidos disparando sus armas al aire, con
desfiles de ataúdes envueltos en las banderas de Estados Unidos
y la OTAN y preparándose para ejercer su mando tras la retirada
de las últimas tropas estadounidenses de una destruida
Afganistán.Los militantes islamistas controlan ahora más territorio que
cuando gobernaron por última vez antes de ser derrocados en la
guerra más larga librada por Estados Unidos, que cobró la vida
de casi 2.500 soldados estadounidenses y una cifra estimada de
240.000 afganos, y costó unos 2 billones de dólares.”Estamos orgullosos de estos momentos, de haber liberado a
nuestro país de una gran potencia”, dijo en el aeropuerto de
Kabul el portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, después de que un
C-17 se llevó las últimas tropas un minuto antes de la
medianoche, poniendo fin a una apresurada y humillante salida
para Washington y sus aliados de la OTAN.Una imagen tomada por el Pentágono con lentes de visión
nocturna mostró al último soldado estadounidense que subió al
vuelo final de evacuación de Kabul: el general de división Chris
Donahue, comandante de la 82ª División Aerotransportada.La invasión estadounidense de 2001 expulsó del poder a los
talibanes e impidió que Afganistán fuera usada como base por Al
Qaeda para atacar a Estados Unidos.Los talibanes implantaron una estricta interpretación de la
ley islámica entre 1996 y 2001, con una gran opresión sobre las
mujeres, y ahora el mundo está pendiente de comprobar si forman
un gobierno más moderado e inclusivo en los próximos meses.Durante las celebraciones de los talibanes había una mezcla
de triunfo y júbilo, pero también miedo.Mientras la multitud se alineaba en las calles de la ciudad
oriental de Khost durante un falso funeral con ataúdes envueltos
con banderas occidentales, en Kabul se formaban largas filas al
exterior de bancos cerrados desde la caída de la capital.”Tenía que ir al banco con mi madre, pero cuando llegué los
talibanes (estaban) golpeando a las mujeres con palos”, dijo una
mujer de 22 años que pidió mantenerse en el anonimato temerosa
por su seguridad.Según narró, el ataque ocurrió entre una multitud al
exterior de una sucursal del Banco Azizi cercana al Hotel Kabul
Star, en el centro de la capital. “Es la primera vez que veo
algo así y realmente me asustó”.La destrucción por los recientes combates, las divisiones
entre su gente y una interrupción de las labores de gobierno y
de la ayuda exterior de la que muchos afganos dependen ha dejado
al país en un estado precario. Miles de afganos ya han huido por
temor a las represalias de los talibanes.El Senado estadounidense aprobó una legislación para dar
ayuda a sus ciudadanos que regresan de Afganistán y los países
de la Unión Europea propusieron un aumento de la asistencia a
Kabul y sus vecinos. No obstante, los 27 miembros del grupo no
fueron capaces de acordar una política común sobre la aceptación
de solicitantes de asilo.La comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, dijo que
el bloque debería aceptar a mujeres, niños, jueces, periodistas
y activistas de los derechos humanos ahora vulnerables a los
talibanes tras 20 años de mayores derechos y libertades.Más de 123.000 personas fueron evacuadas de Kabul en un
masivo pero caótico puente aéreo por parte de Estados Unidos y
sus aliados en las dos últimas semanas, pero muchos de los que
ayudaron a los países occidentales durante la guerra se quedaron
atrás.Un contingente de estadounidenses, que el secretario de
Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, estimó en menos de 200
y posiblemente más cercano a 100, quería irse, pero no pudo
subir a los últimos vuelos.Amarga salidaEl general Frank McKenzie, comandante del Mando Central de
Estados Unidos, dijo en una comparecencia en el Pentágono que
dejar gente atrás fue descorazonador. “Pero creo que si nos
hubiéramos quedado otros 10 días, no habríamos sacado a todos”,
afirmó.Las tropas estadounidenses salientes destruyeron más de 70
aviones y decenas de vehículos blindados. También desactivaron
las defensas aéreas que frustraron un ataque con cohetes de
Estado Islámico.Mientras los talibanes veían el adiós a Kabul de las tropas
estadounidenses en la noche del lunes, al menos siete de sus
combatientes murieron en combates en el valle del Panjshir, al
norte de la capital, dijeron dos miembros del principal grupo
opositor antitalibán.El portavoz del Pentágono, John Kirby, dijo que el ejército
estadounidense no está preocupado por las imágenes de talibanes
andando por el aeropuerto de Kabul portando armas y analizando
sus helicópteros, ya que según dijo a CNN pueden inspeccionar
todo lo que quieran, pero no hacerlos volar.No obstante, “el ambiente de amenaza” sigue siendo elevado,
señaló. “Obviamente, estamos preocupados por el potencial de
represalia de los talibanes en el futuro y somos conscientes -lo
vimos nosotros mismos- de la amenaza que ISIS-K sigue planteando
dentro de Afganistán”.ISIS Jorasán (ISIS-K por su sigla en inglés) a es la filial
de Estado Islámico que se atribuyó la autoría de un atentado
suicida al exterior del aeropuerto de Kabul el jueves, que acabó
con la vida de 13 soldados estadounidenses y decenas de civiles
afganos.(Reporte de oficinas de Reuters; escrito por Steven Coates,
Simon Cameron-Moore, Nick Macfie y Philippa Fletcher; editado en
español por Flora Gómez y Carlos Serrano)
Fuente: La Nación