A veces, el camino a veces puede ser largo, pero el resultado, gratificante. La arquitecta Florencia Martín Martin (sí, es así, doble: su apellido paterno es de origen español y el materno, escocés) visitó más de veinte departamentos antes de elegir el que sería suyo. Buscaba un lugar con encanto para refaccionar y este depto de Recoleta con apenas 42 m2 –¡que parecen muchos más!– se convirtió en el elegido por su gran potencial de obra y otros detalles que la enamoraron, como el árbol que asoma por las ventanas, los techos altísimos de más de tres metros que dan volumen y los pisos de roble de Eslavonia que suman calidad. Sobre el respaldo de madera, detalles botánicos, luces pequeñas y flores. Cover, almohadones de red y pie de cama (Flora E.). (Inés Tanoira/)Su mamá, María Cristina, también arquitecta, estuvo a cargo de la obra de refacción y Flor se ocupó de la decoración. Tres cosas tenía en mente, desde antes de mudarse: quería la puerta principal pintada de color rosa, las paredes grises y el mural Vietnam (Sofía Willemoës) como punto focal y escenografía de su cuarto. Flor tiene un gran sentido de la estética y lo plasma también en su trabajo: hace diez años creó junto con su hermana Angie HNAS. Martín Martin (@ambientaciones_hnasmm), un estudio de diseño enfocado en la ambientación de eventos, que le da mucha felicidad y que se reinventó a partir de la pandemia. “Nuestro trabajo –dice– es tan ajetreado que llegar a casa es como entrar a mi oasis”. Por eso, su dormitorio es el rincón para hacer esa pausa deseada y desde el cual hoy también trabaja. Boom de la costura. 3 emprendimientos de confección nacidos en pandemiaComedor . (Inés Tanoira/)Generar lindas escenas es parte de su trabajo como ambientadora. Y eso se ve en cada rincón de su casa: le encanta poner la mesa para sus invitados, armar lindas composiciones de flores para darles vida a los espacios y cocinar cosas ricas que, además de sabor, regalen aromas. “Soy re anfitriona. Me gusta preparar la casa para recibir a mis amigos y transmitir amor a través de la comida”, asegura Flor. Para el comedor, eligió una mesa hecha a medida por un carpintero con tablón de petiribí y patas de hierro, que compró por MercadoLibre. Sobre ella, un juego de té con piezas especiales, como las servilletas etéreas (Gion), la tetera que le trajo su hermana de Australia y las tazas diseñadas por sus amigos Sabina y Nahuel, de Sav Ceramics. Para completar: luminarias colgantes y sillas antiguas que heredó de su familia.CocinaLa puerta de entrada es la perlita: le agregó molduras y la pintó de un rosa bebé que combina perfecto con el color de las paredes. (Inés Tanoira/)La obra de refacción contempló avanzar sobre el ambiente principal para integrar la cocina. Se hizo un mueble a medida con mínimo espesor y mesada de mármol, para dividir los espacios sin perder conexión. Además, se continuó el piso de roble de Eslavonia y se bajó el cielorraso para jugar con las alturas. Como en el resto de la casa, el gris es el color predominante: “Hasta elegí los electrodomésticos en ese tono, para que se mimeticen con los muebles y no llamen la atención”. Para seguir con esa sutileza, tablitas y posatortas de madera y bowls de cerámica (Memo Arquitectas). Otro gran acierto fue ganarle metros a este ambiente, para generar un lavadero chiquito y funcional: “¡El lavaderito es la gloria!”, se ríe Flor. La puerta es de vidrio repartido, hecha a medida: “Es lo primero que ves al entrar a casa, por eso quería que fuera linda. ¡Y me encanta cómo quedo!”. Decoración. La casa de ensueño de una médica y pastelera que ama el diseñoDetalles . (Inés Tanoira/)Arriba, la vista verde que la conquistó cuando entró por primera vez al departamento y que se llena de flores cuando llega la primavera. En la pared del comedor, edificios emblemáticos de la Avenida de Mayo, en blanco y negro, capturados por los ojos de su papá, fotógrafo: “Me encanta este trabajo que hizo, porque mi corazoncito está puesto en la arquitectura”. “En ambientes chiquitos, está bueno darle una connotación a cada espacio. Por eso, cada rincón tiene sus detalles de diseño, arte e iluminación”. (Inés Tanoira/)El baño parece de hotel, con revestimiento en porcelanato y mesada del mismo material, hecha por el albañil de la obra. “Mantuve la misma estética que el resto de la casa, usando el gris como hilo conductor”, explica. En la página siguiente, el living que armó con un sillón hecho a medida, un banco de madera y un dúo de mesas ratonas, de un 2×1 online. Su última compra fue la alfombra tejida, que terminó de sectorizar el ambiente principal. “Mi casa es chiquita –dice Flor–, pero está totalmente optimizada”. Producción de Flor Vicente Lago.

Fuente: La Nación

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