Cuando Gilda tuvo su accidente fatal en el kilómetro 129 de la ruta 12, Emme todavía era Mariela Vitale. Le faltaban un par de meses para cumplir 14 años pero su futuro en el show business ya se veía venir, y no sólo por ser hija de Lito Vitale y Verónica Condomí: cantaba (muy poco después armaría su primera banda) y actuaba (estudiaba teatro desde los 5) y cada vez que podía se bailaba el correspondiente cumbión noventoso. “No tuve prejuicio, siempre la disfruté como una celebración popular y nunca la vi como un peldaño menos”, dice sobre la movida tropical.Las promesas no tardarían en cumplirse: a los 21 grabó su disco debut, Femme (2003), su nombre (o más bien su apodo) empezó a circular y todos los flashes le cayeron encima. Fue pionera del R&B en la Argentina, hizo una recordada producción para Playboy y en plena exposición se corrió del centro de la escena y se volcó a la tele (se la pudo ver en Una familia especial, Botineras y algunos unitarios), al teatro (hizo Rita La Salvaje, en el Maipo) y al cine (filmó, entre otras cosas, El niño pez, con Lucía Puenzo). En la veta musical siguió actuando en vivo con distintos proyectos, fue corista de Fito Páez y grabó en los últimos años un puñado de singles, pero nunca registró el sucesor de Femme… hasta ahora.Hoy tiene 38 y además de trabajar en su segundo disco se dedica a homenajear a aquella artista que se convirtió en santa cuando ella era una adolescente: #PorSiempreGilda es un proyecto en el que figuras como Soledad Pastorutti, Natalie Pérez, Chita y más versionan las canciones de la mítica cantante para recordarla en el 25° aniversario de su muerte. Emme colabora con Brenda Asnicar en “Fuiste”, un tema encantador que esconde una declaración de principios.-Con Brenda hicieron “Fuiste”, una especie de “I Will Survive” argentino y cumbiero. ¿Qué desafío presenta cantar un tema tan ganchero con una letra tan potente?-Es muy difícil cuando hacés una versión de una canción que está tan escuchada, hacerla diferente siendo respetuosa con el artista. Pero me parece que justamente lo que hizo que Gilda fuese Gilda es esa unión que hay entre sus letras, sus melodías y una manera de escribir en la que puede no sólo representar a un montón de mujeres y un montón de personas que pueden estar pasando una situación similar sino que también sea una melodía recordable. Ese contraste entre lo bailable y lo emotivo: es una letra súper feminista, de una mujer empoderada que atravesó todo siempre confiando en que podía estar bien sin depender de una relación.-Es difícil el equilibrio entre versionar de manera respetuosa pero también aportarle algo propio a la versión. Ustedes se la adueñaron de lleno.-Exacto. A mí me gusta mucho deformar melodías y sin embargo hay melodías que son tan perfectas que sí, podés hacer una versión que le aporte algo diferente pero igual es una melodía tan hermosa que para qué deformarla, ya está perfecta como está. De hecho, la producción ya está encarada desde otro lado, pero eso no es algo que decidimos nosotros, nos dejamos llevar por la propuesta. Yo en principio estoy medio de colada en esta canción, no pensaba participar de este proyecto. Me parece hermosa la posibilidad de homenajear a esta artista y estoy por Brenda: le habían ofrecido hacer un dúo y dijo: “lo quiero hacer con ella”. La conozco desde hace un montón. Ella tiene un recorrido en su vida que me representa: la lucha de Brenda por separarse de un personaje que fue tan emblemático y tan controversial… las letras y todo lo que ella tiene para decir es lo opuesto de lo que decía su canción de Las Divinas.Emme en el backstage de la grabación de “Fuiste”, el cover de Gilda (Mekler/)-De hecho ella va a ser Gilda en Yo soy Gilda: amar es un milagro, la serie que se estrena este año por Netflix.-Va a ser Gilda, sí. A mí me habían llamado para la primera película de Gilda. Me pareció muy gracioso formar parte de esto.-¿La misma producción que terminó protagonizando Natalia Oreiro?-La verdad que no sé. A mí me llamaron muchos años antes. Obviamente para mí Natalia es la Gilda definitiva, es obvio que era para ella ese papel. Pasó lo que tenía que pasar. A mí me llegó un guion y había muchos problemas con los derechos de los temas en ese momento. Entonces creo que Naty se involucró de otra manera más profunda y decir: “yo quiero hacer esto, ¿cómo lo podemos lograr?” y se logró hacer esa película que me parece hermosa.-¿Participó de alguna manera tu papá en la canción?-La produjeron Lulo Vitale, que es mi hermano y Juan Belvis, que es mi primo. Además de ser un montón de otras cosas: dos personas muy talentosas en sus proyectos personales. Y él no había participado pero yo le pedí que metiera un pianito porque lo necesitaba. Me gustaba ese mix entre esta versión medio trapera, medio vacía, pero que tuviera un pianito emotivo.Emme experimentó una enorme exposición hace 20 años; se replegó, se dedicó a seguir estudiando, hizo tele y cine y puso en pausa su carrera musical-Tu primer disco salió hace 18 años y vino con un momento de exposición muy grande. ¿Cómo ves aquella locura a la distancia?-Siento que estuve muy bien acompañada en ese momento, nunca lo viví como una exposición de “hacerme famosa”. Simplemente hice lo que quise tratando de estar bien asesorada. Tuve mucha suerte de estar acompañada por mi familia. Gente de la industria que creyó en esa música que todavía no era popular ni nada: recién ahora se está escuchando eso. Lo vivía todo con mucha naturalidad.-La inconsciencia de la adolescencia.-Totalmente. Creo que me salvó una preparación que tuve como actriz, con Nora Moseinco. Yo estudié desde muy chica y a los 15 me daba cuenta de que en la parte de improvisación sentía el ojo del otro juzgándome. Ella me enseñó a no tomarme esa parte del arte tan en serio y permitirte probar, equivocarte, porque lo que se le ocurre a uno puede no ocurrírsele a otro. Yo agarré mucho eso de que si yo pienso que está bien, vamos a ver para dónde va mi imaginación. Después sí hubo un momento en el que dije: “bueno, hasta acá”. No sé si estoy para ir a un reality de no sé qué. Dije que no a muchas cosas y siento que ahora que estoy más grande y veo mi carrera, estoy muy agradecida con todo lo que pasó: lo expuesto y lo no expuesto. Todo eso hace quién soy hoy.Emme recuerda la producción de tapa de Playboy-¿Alguna vez sentiste que la chica linda que hizo Playboy opacó a la cantante y actriz?-No, de hecho siento -es rarísimo que lo diga yo- que más allá de la popularidad, tenía un prestigio que no entendía por qué. Tengo amigas súper talentosas que decían “yo quiero cantar con Stevie Wonder, con Beyoncé…” yo nunca soñé eso. Lo hice porque me salió. De hecho en mi primer disco había firmado un contrato que era para hacer un producto más pop y si bien me gustaban las versiones, yo decía: “no lo quiero hacer así, lo quiero hacer con mis amigos, los de de mi banda. Prefiero el sonido que yo quiero escuchar”.-Cuando hacés un trabajo personal nunca te sentís un producto.-No. Ni siquiera cuando hice la tapa de Playboy. De hecho no iba a ser la tapa que fue: iba a ser una que hizo Kylie Jenner hace poco. Dije: “ya que voy a mostrar mi cuerpo quiero que tenga un contenido”. Iba a ser una caja de muñeca, digamos, Stacey Malibú, y yo tratando de romper el celofán y salir, en referencia a la mujer usada como un objeto y una muñeca. Después hicimos eso y no quedaba bien el celofán, tenía un flequillo muy largo que me tapaba los ojos y por un montón de cosas no se pudo hacer esa tapa y me quedé con las ganas.Emme aceptó la invitación de Brenda Asnícar para grabar “Fuiste” (Mekler/)-Cantante en vivo, hiciste coros y grabaste unos singles en los últimos años, pero te corriste del lugar de frontwoman. ¿Por qué?Estuve en una relación en la que se mezcló un poco todo: fue mi primer amor, mi primera pareja, mi primera convivencia, mi productor, mi manager. Hicimos un segundo disco mientras estaba en el teatro y laburando en Polka: laburaba todo el día y los fines de semana producía con él. Y cuando nos separamos era raro seguir haciendo esas canciones que yo había compuesto con mi ex y decía: “ya está, no importa, que se las quede él”. Yo no soy esas canciones ni las que saqué ni las que voy a sacar: soy todas las que hice, las escuche la gente o no. Son parte de mi historia y no siempre hay que mostrar todo. Ahí casualmente me llamó Lucía Puenzo para hacer cine. A mí me habían tirado un par de propuestas pero sentí que esa era mi primera película, y cuando me fui no me lo planteé como “me voy a correr”. Pensé: “la música es mi amor, ¿por qué no darle este lugar a la actuación, que es algo para lo que siempre me preparé y siempre lo quise hacer?”. Me corrí naturalmente. Y naturalmente volví cuando tenía que volver.-Hay muchas chicas haciendo hoy el R&B que vos grababas hace casi veinte años. ¿Sentís que sembraste una semilla?-Lo siento porque me lo hacen sentir. La verdad que sí. Y también fue casualidad: no dije “voy a ser la primera artista de R&B acá”. Era la música que yo escuchaba. Y me encanta poder laburar con gente como Chita. Ahora hice coros con Cazzu que es la primera referente de un estilo que no existía antes de ella. Me encanta lo que hace Nicki Nicole. Hay un montón de artistas con las que laburo que me vuelvo loca. De hecho compuse varios temas con Chita para su proyecto. Con Juan Ingaramo también compusimos varias de su disco Best Seller (2018). Tuve varias reuniones con Ángela Torres, con Femigangsta. Me enorgullece formar parte de eso.-¿Estás trabajando en tu segundo disco al fin?-¡Casi veinte años me llevó hacer un segundo disco! Se va a llamar Merlina, que es como yo me iba a llamar, y uno de los personajes de ficción [Merlina Addams] con el que me siento más identificada. El nombre es una segunda vida mía, un lado B. Y es como una caja de bombones: hay para todos los gustos, no tengo referencias. Una mezcla entre el R&B clásico y la música más moderna, con baterías programadas y cosas tocadas. Me gusta mezclar.

Fuente: La Nación

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