Al igual que sucedió en diferentes sectores, las administraciones de los edificios tuvieron varios cambios por la pandemia. Hubo variaciones de precios y otras modificaciones más relacionadas con la vida diaria.Los gastos en artículos de limpieza se incrementaron, aunque siguen representando un porcentaje bajo del total de los gastos. Mientras que el uso de los ascensores se vio afectado, porque se limitó la cantidad máxima. Por ejemplo, ascensores para 6 personas solo permite un aforo para 2. Además se colocaron alfombras sanitizantes y alcohol en gel en las áreas comunes, lo que incidió en las prácticas de los vecinos y también en los costos.SEGUÍ TODAS LAS NOVEDADES DEL MERCADO INMOBILIARIO EN LN PROPIEDADESEn tanto, los consorcios que se manejaban aún con papel, pasaron a hacer todo digital (envío de expensas, cupones y comunicados). La forma de pago también cambió, ya que la gran mayoría de los que aún cobraban en efectivo dejaron de hacerlo, incrementando la bancarización de la cobranza.Poca morosidad y aumentos medidosRespecto al valor de las expensas en tiempos de coronavirus, hay que considerar que, durante varios meses, el Estado se hizo cargo de los sueldos de los encargados, implicando esto una reducción en el total de las expensas, ya que aproximadamente entre un 20% y 30% del costo salarial estaba cubierto por los ATP.No obstante, un costo que suele superar al de los sueldos y jornales es el mantenimiento del edificio y/o partes comunes, seguido por el abono de servicios, ya que muchos edificios pagan agua y gas por medio de las expensas.En este contexto, debido a la crisis económica que el Covid-19 y la cuarentena provocaron en muchos sectores, en los edificios (sin tener en cuenta barrios privados y otro tipo de lugares), en abril de 2020 se alcanzó un pico de morosidad del 39,74%, acercándose al récord del 2001, cuando se superó el 45%. Actualmente, esos valores descendieron a un 25%, cuando en nuestro país la morosidad está cercana al 20% en promedio.Vale destacar que el incremento de la mora en las expensas es algo que ya ha ocurrido en el corto plazo, más allá de la pandemia, en las crisis cíclicas que la Argentina ha tenido que afrontar. Por ejemplo, el porcentaje de los departamentos con deuda ya era cercano al 40% en 2019, antes de que exista la pandemia.Denuncias al por mayorPero más allá de lo económico, en el plano social, otro cambio que trajo la pandemia fue la necesidad de incorporar un botón para denunciar fiestas clandestinas, algo que se desarrolló, a pedido de los administradores, en el segundo semestre de 2020. Y que tuvo algunos picos en línea con la mayor cerrazón.Este mecanismo le permite, rápidamente, a un propietario, o alguien del consejo, denunciar un departamento en el cual se esté llevando a cabo una de estas fiestas. Eso envía una notificación inmediata a la guardia y al administrador, para que puedan ir en el momento a corroborar la situación.Junto con la mayor cantidad de denuncias de este tipo, se sumaron muchas por dificultades en la convivencia. En los barrios cerrados, puntualmente, se observaron muchos reclamos por vecinos que excedían las velocidades máximas o estacionaban mal.En síntesis, la administración de consorcios y barrios, al igual que el resto de rubros, tuvieron y siguen teniendo cambios. La pandemia, y el contexto, así lo marcan.El autor es co-fundador de Octavo Piso, plataforma web para la administración de consorcios y barrios cerrados, que viene haciendo el seguimiento de la realidad del sector.
Fuente: La Nación