(Actualiza con comentarios de la policía, detalles y citas;
cambia redacción)PUERTO PRÍNCIPE, 8 jul (Reuters) – La policía de Haití ha
matado o detenido a los presuntos asesinos del presidente
Jovenel Moïse, dijeron el jueves las autoridades, que ahora
buscan a los autores intelectuales del hecho que impactó a la
empobrecida nación caribeña.Moïse, de 53 años, fue asesinado a tiros en la madrugada del
miércoles en su casa por un comando de hombres entrenados, lo
que sumió al país más pobre de América en un caos más profundo
en medio de profundas divisiones políticas, hambre y violencia
de pandillas generalizada.El jefe de policía, Leon Charles, dijo que las autoridades
habían rastreado a los presuntos asesinos hasta una casa cerca
de la escena del crimen en Petionville, un suburbio al norte de
la capital, Puerto Príncipe.Un feroz tiroteo se prolongó hasta altas horas de la noche y
seis sospechosos fueron detenidos, mientras que se recuperaron
tres cadáveres. La policía patrullaba intensamente el área desde
la madrugada del jueves.”Tenemos a los autores físicos, ahora estamos buscando a los
autores intelectuales”, sostuvo Charles.James Solages, ciudadano estadounidense de ascendencia
haitiana, es una de las seis personas arrestadas hasta ahora,
informó el Washington Post, citando a un funcionario local.Una multitud se reunió el jueves por la mañana para ver cómo
se desarrollaba la operación policial, y algunos prendieron
fuego a los autos de los sospechosos y a la casa donde se habían
refugiado. Había balas esparcidas por la calle.”¡Quémenlos!”, gritaron cientos de personas reunidas frente
a la comisaría donde se encontraban detenidos los sospechosos.Charles dijo que la población local ayudó a la policía a
localizar a los sospechosos, pero imploró a los ciudadanos que
hicieran justicia por su cuenta.La muerte de Moïse ha generado confusión sobre quién es el
líder legítimo del país de 11 millones de habitantes. Eso no
presagia nada bueno en una nación que ha luchado por lograr la
estabilidad desde la caída de la dictadura dinástica de Duvalier
en 1986, lidiando con una serie de golpes de Estado e
intervenciones extranjeras.”Puedo imaginar un escenario en el que hay problemas con
respecto a quién son leales las Fuerzas Armadas y la policía
nacional, en el caso de que existan reclamos rivales por ser el
presidente del país”, dijo Ryan Berg, analista del Centro de
Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por su sigla en
inglés).La Constitución de 1987 estipula que el jefe de la Corte
Suprema debe asumir el cargo. Pero enmiendas que no son
reconocidas unánimemente estipulan que sea el primer ministro o,
en el último año del mandato de un presidente, como en el caso
de Moïse, que sea el Parlamento el que elija a un presidente.Pero el presidente de la Corte Suprema murió el mes pasado
de COVID-19, en medio de un aumento de las infecciones en uno de
los pocos países del mundo que aún no ha iniciado una campaña de
vacunación.No hay un Parlamento en funciones, ya que Haití no pudo
celebrar elecciones legislativas a fines de 2019 en medio de
disturbios políticos.Moïse había nombrado esta semana a un nuevo primer ministro,
Ariel Henry, para reemplazar al primer ministro interino Claude
Joseph, aunque aún no había jurado cuando el presidente fue
asesinado.Joseph apareció el miércoles para hacerse cargo de la
situación, dirigiendo la respuesta del gobierno al asesinato,
pidiendo apoyo a gobiernos extranjeros y declarando estado de
emergencia.Henry, sin embargo, declaró al diario haitiano Le
Nouvelliste que ya no consideraba a Joseph como el primer
ministro legítimo y que debería volver al papel de ministro de
Relaciones Exteriores.”Creo que tenemos que hablar. Se suponía que Claude
permanecería en el gobierno que yo iba a dirigir”, sostuvo
Henry.La representante especial de Naciones Unidas para Haití dijo
el jueves que Joseph seguirá siendo el líder de la nación
caribeña hasta que se celebren elecciones e instó a todas las
partes a dejar de lado sus diferencias tras el asesinato del
presidente.
(Reporte de Andre Paultre y Robenson Sanon en Puerto Príncipe,
escrito por Sarah Marsh.
Editado en español por Javier Leira y Janisse Huambachano)
Fuente: La Nación