Amante de la música en todas sus expresiones, comencé a ver el programa La Voz Argentina.El domingo pasado, uno de los participantes me hizo emocionar, al igual que a los integrantes del jurado, no solo por su hermosa voz sino por lo que transmitía el cantante.¿Qué es lo que esta persona mostraba que nos hizo lagrimear y sentir ganas de abrazarlo? (¡Sí, a pesar del Covid!). Nos transmitía la fuerza y belleza de su voz clara, potente, cualidades que resaltaban el mensaje de la canción. Su actitud y postura nos transmitían también humildad y autenticidad, tradición y amor a la tierra. Todos valores que nos hacen sentir bien, amorosamente tratados para lograr una verdadera comunicación con el otro.También es motivo de alegría el show tan cuidado, con un conductor y jurados sin desmesuras, divertidos y cálidos que dejan brillar a los concursantes. Sus devoluciones son amables y tratan de no herir egos, esfuerzos e ilusiones.Así, vale la pena sentarse a compartir melodías que no solo nacen de la música sino también de la armonía de quienes hacen el show.

Fuente: La Nación

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