A raíz de la cuarentena obligatoria, la compra de alimentos e insumos básicos se restringió a los mercados de cercanía de cada hogar y muchos consumidores optaron por proveerse mediante productores locales y entrega a domicilio. En este contexto, los bolsones de la agricultura familiar a partir de la huerta agroecológica son una alternativa de comercialización resuelta de acuerdo a estrictos protocolos de sanidad para evitar la propagación del virus.
En Patagonia Norte, durante los últimos fines de semana, el Colectivo Agroecológico de Viedma entregó bolsones de hortalizas y frutas a más de 800 familias de esa ciudad y El Cóndor, incluidos el intendente de Viedma, Pedro Pesatti, y la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, que recibieron los productos bajo esta modalidad. La iniciativa fue impulsada por sus integrantes que colaboran en la promoción de la actividad frutihortícola bajo la modalidad agroecológica o en procesos de transición.
El Colectivo Agroecológico entiende que la situación que atravesamos como humanidad nos pone ante el desafío de fortalecer nuestros lazos comunitarios. “También, lo hace la urgencia de garantizar el alimento durante el tiempo de cuarentena”, agrega y que “el abastecimiento de frutas y verduras de calidad agroecológica a los vecinos de Viedma y el Cóndor revaloriza el rol de quienes hoy trabajan la tierra y producen nuestros alimentos”.
Este colectivo, que funciona desde 2017, está conformado por familias productoras, dos comunidades de consumidores (Alimenta y Brota) e instituciones como el INTA Valle Inferior, la Estación Experimental Valle Inferior (EEAVI del Gob. Río Negro-INTA), el programa ProHuerta y el Municipio de Viedma.
Desde sus inicios, acompañó a unas cinco familias en el proceso de transición a la producción libre de insumos químicos y hoy alcanza a unas 18 bajo ese esquema. El trabajo se llevó adelante desde una perspectiva de co-generación y validación de saberes, lo que permitió construir prácticas productivas y comerciales colaborativas.
Los circuitos cortos de comercialización son formas novedosas de distribución de alimentos, basados en el acercamiento entre la producción y el consumo. Se destacan, entre otros, las ferias de la agricultura familiar, comercializadoras solidarias, mercados cooperativos y la venta de bolsones de verduras y hortalizas de estación.
En su evolución, el Colectivo Agroecológico desarrolló distintas formas de venta conjunta. El bolsón fue la primera herramienta de comercialización, pero con el tiempo se instaló la Feria Agroecológica Municipal que permitió a los productores realizar ventas una vez a la semana con una logística más sencilla.
Actualmente, a raíz de la cuarentena, la manera de garantizar la fruta y la verdura fue volver a la organización comunitaria con el armado de los bolsones. No es real que todos los productores venden el total de su cosecha al mayoreo o en verdulerías propias, sino que hay mucha producción que va directamente a los consumidores. Por eso es importante garantizar la venta de los excedentes y el acceso a este tipo de alimentos.
La suspensión de otros canales a fin de evitar la aglomeración y un mayor riesgo de contacto en la pandemia, plantea a esta modalidad hoy como imprescindible. Por esa razón, la dinámica de armado y entrega de los bolsones se enmarcó dentro del Decreto de Necesidad y Urgencia dictado por el Gobierno Nacional, de AISLAMIENTO SOCIAL PREVENTIVO Y OBLIGATORIO (Decreto 297/2020) y es llevada adelante según el Protocolo Recomendatorio para la Venta y Distribución de Bolsones de Verduras de la Agricultura Familiar (AF) redactado por la Universidad Nacional Arturo Jauretche, el INTA, el SENASA y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
La logística de los bolsones se ajusta al protocolo que contempla el uso de barbijo, cofia y guantes, elementos de higiene personal y provisión constante de alcohol en gel. El armado de los bolsones se realiza en un lugar amplio y ventilado con una distribución de islas separadas entre 2 y 3 metros de distancia.
En cuanto a la entrega a los consumidores, se realiza a domicilio a través de 20 nodos de reparto. Los productos a distribuir se localizan en lugares abiertos, donde las personas responsables de los nodos esperan en fila separadas por dos metros entre sí y se exhibe cartelería para ofrecer información sobre medidas de seguridad para los clientes.
El precio justo es otra de las ventajas de esta modalidad en la cual se establece el importe razonable que recibe el productor por su mercadería, mientras que el consumidor paga un monto accesible y obtiene una variedad de productos frescos.
Desde el INTA decidimos acompañar y sostener estas estrategias orientadas a la población más afectada, tanto rural como urbana. Esperamos que, luego de la pandemia, estas prácticas comerciales de frutas y hortalizas se consoliden, ya que podrían ser alternativas muy interesantes en ese escenario futuro.

Fuente: InfoCampo

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