Por Gabriella Borter y Maria CaspaniNUEVA YORK, 26 jul (Reuters) – La ciudad de Nueva York
exigirá a los trabajadores municipales que se vacunen de
COVID-19 antes de mediados de septiembre o de lo contrario
tendrán que realizarse pruebas semanales, según dijo el lunes el
alcalde Bill de Blasio, mientras las autoridades de todo el país
han intensificado la promoción de la vacuna para tratar de
frenar una ola de infecciones causadas por la variante delta.
El anuncio del alcalde, que impone el mandato de vacunación a
más de 300.000 trabajadores municipales, se produce una semana
después de que la ciudad aprobara el requisito de vacunación
para todos los trabajadores sanitarios de los hospitales y
clínicas de la ciudad. En toda la ciudad, alrededor del 59% de
la población está vacunada de COVID-19.
“Se trata de proteger a los trabajadores, su salud y seguridad y
a las personas a las que dan servicio”, dijo de Blasio a los
periodistas el lunes.
La orden de la ciudad se produce en un momento en el que las
autoridades federales y locales están dando la voz de alarma por
el aumento de los casos de COVID-19 y se apresuran a controlar
las infecciones antes del inicio del curso escolar.
La variante delta de COVID-19, altamente transmisible, que se
detectó por primera vez en la India a principios de este año, ha
provocado un rápido aumento de las infecciones en Estados Unidos
después de que el país registrara un descenso de los casos y las
hospitalizaciones cuando las vacunas comenzaron a estar
disponibles para gran parte de la población la primavera.
Los aumentos más pronunciados de casos de COVID-19 se dan en
lugares con tasas de vacunación más bajas. Florida, Texas y
Missouri representan el 40% de todos los nuevos casos en todo el
país, y alrededor de uno de cada cinco de todos los nuevos casos
de Estados Unidos se producen en Florida, según dijo la semana
pasada el asesor de la Casa Blanca Jeffrey Zients.
Algo menos del 50% de la población estadounidense está
totalmente vacunada, según los Centros de Control y Prevención
de Enfermedades (CDC).
Los mandatos de vacunación y las pruebas de COVID-19 siguen
siendo un tema polémico y ya han suscitado oposición jurídica en
el caso de las universidades públicas. Los detractores
consideran que trata de una violación de los derechos
individuales.
Sin embargo, las autoridades las han justificado porque las
vacunas han demostrado ser seguras y reducen drásticamente el
riesgo de hospitalización y muerte por el virus.
Unas 57 asociaciones médicas publicaron el lunes una declaración
en la que pedían a todos los empleadores del sector sanitario y
de cuidados de larga duración en Estados Unidos que exigieran a
sus empleados que se vacunaran, calificándolo como “el
cumplimiento lógico del compromiso ético de todos los
trabajadores sanitarios de dar prioridad a los pacientes, así
como a los residentes de los centros de cuidados de larga
duración”.
El mayor sindicato de empleados públicos de la ciudad de Nueva
York, el DC 37, se opuso el lunes a la orden emitida en la
ciudad.
“Si el Ayuntamiento pretende poner a prueba a nuestros miembros
semanalmente, primero deben reunirse con nosotros en la mesa
para negociar. Aunque animamos a todos a vacunarse y apoyamos
las medidas para garantizar la salud y el bienestar de nuestros
miembros, las pruebas semanales están claramente sujetas a una
negociación obligatoria”, dijo el director ejecutivo Henry
Garrido en un comunicado
De Blasio citó la variante delta como la razón de la ciudad para
ir más allá de la promoción de la vacunación voluntaria.
“Una cosa era empezar con una estrategia voluntaria al principio
y luego con una estrategia de incentivos, pero está bastante
claro que la variante delta ha cambiado el juego”, dijo.
En las últimas semanas, representantes de salud y del Gobierno
han insistido en la importancia de vacunarse, incluidos algunos
dirigentes republicanos que anteriormente se abstenían de
respaldar de manera abierta las vacunas.
Los últimos datos sobre vacunas indican que su cambio de tono
podría estar haciendo cambiar de opinión a algunos. El domingo,
los CDC informaron de un aumento en el número de dosis de
vacunas administradas en las últimas 24 horas: 778.996, el mayor
número administrado en un período de 24 horas desde que Estados
Unidos informó de que había administrado 1,16 millones de dosis
el 3 de julio.
El número de dosis de vacunas administradas diariamente alcanzó
un máximo de 4,63 millones el 10 de abril, según los datos de
los CDC.
(Reporte de Gabriella Borter y Maria Caspani; edición de Andrea
Ricci, traducido por Tomás Cobos)

Fuente: La Nación

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