Un mural de Male Inurrigarro viste la medianera del fondo de un jardín diseñado por la paisajista Martina Zavalía. Las Strelitzias nicolai que protagonizan la obra combinan con el toque frondoso y tropical que dan al espacio las dos imponentes palmeras Phoenix roebelenii. (Inés Clusellas/)En el barrio porteño de Coghlan, una casa antigua aloja a una agencia de medios digital. En el jardín, diseñado por los paisajistas Joaquín Pérez Corral y Cristian Obarrio, se luce un mural en blanco y negro realizado por Teófilo Riadigos. (Inés Clusellas/)Rectas y curvas se combinan y recrean fragmentos de distintos elementos de la naturaleza, en este mural realizado por el artista Darío Parvis sobre las paredes perimetrales del patio del restaurante Enero. (Archivo Revista Jardín/)Colores vibrantes, una onda descontracturada y la marca bien visible fue la consigna de este mural que ocupa la galería semicubierta de Manawa, un espacio de coworking ubicado en Palermo Viejo. Junto con una mesa de ping-pong y una hamaca paraguaya, el espacio invita a momentos de relax y distracción durante la jornada laboral. (Gentileza Manawa Coworking Creativo./)Izquierda: La azotea de un edificio de la década del 60, ubicado en Palermo, luce un mural con motivos botánicos realizado por Diana Janin, que completa la obra de la arquitecta Ana Smud y de la paisajista Cristina Le Mehauté. Derecha: Aires de campo se refuerzan en la galería gracias a un mural que evoca una escena familiar en esta chacra de descanso ubicada en Carmelo, Uruguay. (Inés Clusellas/)Este atípico mural fue bordado con hilos sintéticos por la artista Mercedes Güiraldes sobre el portón de entrada de la casa y estudio de la paisajista María Fernández Madero. Mide 2,80 x 1,90 y exhibe motivos de la fauna y flora que habitan la reserva natural vecina. (Inés Clusellas/)Siluetas abstractas y motivos botánicos figurativos se combinan en esta obra que realizó la artista Sofía Mele, en colaboración con Hernán Wave y Sisa Soldati. Los tonos pasteles con algo de presencia de negro dan sensación de mayor amplitud. (Fotos: Gentileza Sofía Mele./)Al Sereno es un espacio que reúne paisajismo y arte. Allí, sobre una pared medianera de una construcción vecina, se luce un mural de Teruca Pereyra Iraola, que replica los troncos de los abedules del jardín y le da profundidad al espacio. Las copas de los árboles crean la ilusión de que el lugar continúa más allá del límite real. Paisajismo: Enriqueta Bustillo. (Gentileza Paz Ruiz Luque/)Izquierda: Bambúes y pájaros habitan y le dan vida al patio interno del taller de la artista plástica Cecilia Ibarguren. Con un estilo oriental, los trazos colonizan el pequeño espacio y disimulan los caños y salientes de las paredes. Derecha: Una familia de elefantes, obra del arquitecto Bernardo Ezcurra, sorprende con originalidad en la galería de una casa chorizo, construida a principios de siglo XX. (Inés Clusellas/)

Fuente: La Nación

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