Los sectores relacionados con el mundo de la movilidad refleja la escasa participación de la mujer en el sector. Esta fue una de las conclusiones del evento de Movilidad organizado por LA NACION, del que participaron mujeres que impulsan la presencia de su género en la industria automotriz .Detractora de la frase “mujer al volante, peligro constante”, Luly Dietrich fundó hace 12 años Mujeres al Volante, la comunidad que refleja y defiende la movilidad de las mujeres. De hecho, este estereotipo consolidado en lema fue parte del primer experimento de la fundación. “Poníamos en Internet `mujer al volante´ y vemos en las imágenes la evolución de la mujer en la industria automotriz y el estereotipo de la mujer al volante. Cuando arrancamos eran memes de mujeres caídas en un lugar o mal estacionadas. Doce años después, aparece otro estereotipo de mujer pero hay que seguir trabajando”, contó en la charla que mantuvo con José Del Rio, secretario general de redacción de LA NACION.La oradora compartió que recientemente mientras cedía el paso a un peatón, un conductor la “mandó a lavar los platos”, y que “muchas mujeres siguen viviendo estas situaciones cuando manejan, a la hora de comprar un auto y de llevarlo al taller”.A la hora de analizar los factores que limitan la presencia de las mujeres al volante, detalló que apenas un 29% de las licencias de conducir son de mujeres, según los datos de la Agencia Nacional de Seguridad. En la comparación con la región, detalló que la brecha de género está latente en todo Latinoamérica excepto en Brasil donde el número de mujeres al volante llega al 39%: “son mandato familiar”, afirmó Dietrich y confesó que le llegan historias de mujeres que son las primeras en sus núcleos en sacar la licencia, o que “sigue habiendo adolescentes a las que sus papás no les enseñan a manejar o no las integran en la experiencia al volante, haciéndole el comentario al hermano varón y no a ellas”, relató.Luly Dietrich, fundadora de la comunidad Mujeres al Volante (Chiara Malavolta/)Sin embargo, la de género no es la única brecha que aporta a este fenómeno. La desventaja salarial de las mujeres en el mercado laboral, según Dietrich, lleva a que muchas de ellas sientan “que nunca van a comprar un auto porque sus ingresos son menores entonces no ven la necesidad de sacar la licencia”, comentó.El miedo al volante es la tercera arista que la fundadora de esta comunidad señala como factor limitante. Este puede nacer como un terror inconsciente o por un temor al control, a “lo que pasa en la calle, las cosas que les dicen de estereotipos de la mujer al volante que las frena a hacerlo”, explicó la emprendedora, una apasionada por los autos que insiste en que las mujeres deben estar incorporadas en la planificación de las ciudades del futuro que deben contemplar las necesidades de seguridad de “ellas mismas”. Además, observó cómo la pandemia interpeló la necesidad de que las mujeres consigan su movilidad propia -ya se bicicleta, auto o moto- para su tranquilidad, dado que “ hubo un gran porcentaje de mujeres que hace tareas de cuidado que vuelve en distintos medios de transporte, en horarios más tarde”, cerró.Cómo es pisar el pedal siendo mujerErica Borda es conductora de colectivos y fue una de las historias inspiradoras presentadas durante el evento. Borda empezó arrancó a trabajar de lo que ahora para ella es una pasión, por necesidad: en plena década de los noventa perdió su trabajo y surgió la oportunidad de empezar a manejar transporte de pasajeros. En un ambiente complejo para las mujeres, sufrió una discriminación por género que la llevó a impulsar una causa judicial. Tras 12 años de trabajo en la línea 140, fue despedida y las puertas en otras empresas se cerraban siempre por el mismo motivo: “no tomaban mujeres”.La Defensoría del Pueblo asumió su patrocinio en una demanda al Estado y a tres empresas. Luego de seis años de proceso, el fallo fue favorable. En 2018 se determinó que las empresas de colectivos debían contar con un 30% de mujeres en su planta de conductores. Y ella pudo volver a trabajar. “No es un trabajo de hombres, pero es un trabajo muy machista”, aseguró Borda.Carla Quiroga (LA NACION) y Érica Borda (Conductora de colectivos) (Chiara Malavolta/)La lucha que dio por lograr paridad en el sector dio sus frutos pero asegura que todavía queda un largo camino por delante. “Los prejuicios persisten, tanto en los pasajeros como en las empresas al momento de contratar personas”, relató. Borda cuenta que las mujeres jóvenes están mostrando interés en este trabajo, pero continúan recibiendo respuestas similares a la que le dieron a ella varios años atrás.A la hora de recordar anécdotas, relató una experiencia: “me ha pasado un par de veces que alguien se suba y al ver que era mujer, decidió bajarse diciendo `esperamos al de atrás´”, se lamentó. Por otro lado, Norma Arrúa también trabaja en un ambiente con mayoría de hombres, pero asegura que la presencia de mujeres está creciendo. Es conductora de camiones. Como su marido vendía autos, se conectó con esa profesión. Hizo un curso de cargas peligrosas y obtuvo su licencia. Empezó hace ocho años, maneja su camión con un chasis para 10 pallet y nunca paró de trabajar, en general en CABA y en el Gran Buenos Aires.Norma Arrúa, conductora de camiones (Fabián Malavolta/)“No me costó conseguir este trabajo. Estoy cómoda y me gusta. Me cruzo en la ruta con mujeres, somos muchas pero son más la cantidad de hombres. Con las redes sociales nos está dando visibilidad y más mujeres se están animando a manejar camiones y particularmente las chicas jóvenes”, contó.Tiene muchas anécdotas de la ruta. En algunas ocasiones, al frenar en la ruta y no prestarle atención, la han confundido con un hombre diciéndole ´che, pibe´. “Me ha pasado que al hacer la descarga piden que venga el chofer, a lo que les contesto que soy yo el chofer… Eso es muy frecuente”, recordó entre risas.Mecánicas y pilotos al autódromo“Te felicito, pero las mecánicas vienen para la foto, ¿no?”, le preguntaron unos mecánicos a Tamara Vital, fundadora del primer equipo de Mujeres a nivel nacional dentro del automovilismo argentino, Virtarti Girls Team, cuando la vieron llegar al autódromo con un equipo conformado enteramente por mujeres. Vital se quedó callada y se retiró. En esa primera fecha tuvieron que cambiar la caja cuatro veces y se las ingeniaron para llevar los neumáticos en un carrito hasta la gomería, pero superaron los desafíos. Al final del día los mecánicos se le volvieron a acercar para disculparse y felicitarlas.“La idea del equipo surgió a raíz de darle más protagonismo a la mujer, dentro de lo que es el área mecánica, técnica. Estamos dentro de un deporte que afortunadamente es inclusivo, a diferencia de otros. La idea nuestra era abrirle una puerta aquellas mujeres que estaban estudiando ingeniería o se desempeñan en talleres mecánicos de calle y no podían llegar al nivel profesional”, explicó Vital.Valentina Funes se convirtió en la segunda campeona mujer de carreras a nivel nacional (Fabián Malavolta/)Valentina Funes es una de las pilotos del equipo. Con 21 años y a la par de que estudia medicina, se convirtió en la segunda campeona mujer a nivel nacional. “El arranque de mi carrera deportiva fue atípico, porque nadie de mi familia corre ni estaba interiorizada. Solamente mirábamos los fines de semana el TC, hasta que un día se me ocurrió pedir un karting y así como me subí, nunca más bajé”, contó.En cambio, la mecánica Victoria Pascual encontró la pasión desde chica, cuando su papá la llevaba junto con su hermano al autódromo para ver las carreras. “Me gusta decir que el automovilismo es el único deporte que no tiene categorías masculinas y femeninas”, concluyó Agustina Carreira, otra de las mecánicas del equipo en la nota que realizaron para el evento de LA NACION.

Fuente: La Nación

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