La ONG denuncia tácticas de “intimidación” contra los trabajadores de la salud, que siguen siendo “objetivos” de la represión militarMADRID, 29 May. 2021 (Europa Press) -La ONG humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) ha pedido a la junta militar birmana y a “otros grupos” que tomen todas las medidas necesarias para garantizar que la población civil tengan un acceso seguro y sin obstáculos a la atención médica, restringido desde el golpe de estado militar del 1 de febrero en el país asiático.Dado que muchos hospitales y clínicas públicas “están cerrados u ocupados por militares, y los que están abiertos tienen servicios limitados disponibles mientras el personal médico está en huelga”, MSF apenas puede derivar personas a un tratamiento especializado en el país.El peligro más acuciante es el que representa la pandemia de coronavirus. Una tercera ola, avisa la organización “sería un desastre de salud pública, dado que la capacidad del país para realizar pruebas o tratar a los pacientes ahora no es más que una fracción” de lo que era antes de la asonada.MSF denuncia asimismo que una de sus instalaciones fue asaltada por militares mientras que la Policía birmana detuvo a uno de sus voluntarios por estar involucrado en las protestas contra la junta militar “y exigió nombres y direcciones de otras personas que trabajaban allí”.”La instalación se vio obligada a cerrar temporalmente y ahora apenas funciona, operada por un personal mínimo”, lamentan los responsables humanitarios.MSF también denuncia que médicos y enfermeras siguen siendo objetivos de la violencia. La ONG tiene constancia, según cifras de la ONU, de 179 ataques contra el personal y las instalaciones de salud desde el inicio de la toma del poder militar. Trece personas han muerto en estos ataques, de las más de 800 víctimas civiles registradas por la represión de las fuerzas de seguridad, según la ONG birmana Asociación de Ayuda a los Presos Políticos (AAPP).El golpe militar ha avivado históricos conflictos étnicos en el país que también han dificultado el trabajo de la organización. Se estima que 60.000 personas en Birmania han sido desplazadas dentro del país y 10.000 más en las naciones vecinas desde la toma del poder el 1 de febrero, según datos de la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).Así, MSF ha tenido que retirar a su personal de una ciudad en el estado de Kachin debido a los combates, que han interrumpido temporalmente los servicios que proporciona la ONG, “mientras que el sonido de los bombardeos y los disparos es común en varios lugares”.”Médicos sin Fronteras”, concluye el comunicado, “teme por el pueblo de Birmania en esta crisis que se agrava”, y pide la retirada de “todos los obstáculos que impiden que las personas enfermas y heridas busquen atención médica, incluida la violencia, la detención y la intimidación de los trabajadores de la salud”.Más de 121.000 desplazados internosPor otra parte, este sábado la ONU ha denunciado que son más de 121.000 los desplazados internos debido al conflicto armado y la inseguridad desde el golpe de Estado del 1 de febrero.Esta misma semana unas 37.000 personas han tenido que huir de sus hogares en el estado de Kayah, en el sureste del país, debido a los enfrentamientos entre el Ejército y las milicias del Ejército Karenni y de la Fuerza de Defensa del Pueblo Karenni.”Miles de personas más han quedado desarraigadas en las últimas semanas en el estado de Shan, en el norte del país, por los combates entre el Tatmadaw (Ejército) y las organizaciones armadas, así como por los enfrentamientos entre organizaciones étnicas armadas”, ha explicado la ONU en un comunicado.Además, la ONU llama la atención de que miles de personas han huido en los últimos días de sus casas en el estado de Chin. “Nuestros compañeros que están en el país dicen que existen necesidades humanitarias identificadas para un millón de personas”, ha alertado la ONU, que ha pedido a las partes en conflicto “garantizar la seguridad del acceso humanitario a la ONU y nuestros socios”.
Fuente: La Nación