El gobierno de Mendoza y el INTA finalizaron la primera fase del primer programa para el control de Brucelosis caprina en la Argentina, especialmente en zonas donde la enfermedad es endémica y alcanza altos valores de prevalencia, y luego de 10 años de campañas sistemáticas de vacunación y capacitación de productores, lograron reducir un 69% la prevalencia de la enfermedad en el stock provincial de cabras.
La Brucelosis caprina es una enfermedad infectocontagiosa de alto impacto en la producción, provocada por Brucella melitensis, que si bien tiene al caprino y al ovino como sus huéspedes naturales, puede infectar una gran cantidad de especies animales y particularmente al ser humano, por lo que se considera una de las zoonosis de mayor importancia en el mundo según la Organismo Internacional de Sanidad Animal (OIE ) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Más allá de las dificultades que se presentaron a lo largo de los 10 años de trabajo, el plan en su conjunto no solo logró una reducción de la prevalencia cercana al 70% en el stock caprino provincial, sino que esto se vio reflejado en una reducción significativa en la prevalencia de brucelosis en humanos”, destacó Carlos Robles, investigador del Grupo de Salud Animal del INTA Bariloche –Río Negro.
Según el Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, Desarrollo Social y Deportes de la provincia (2018), los datos indican que entre 2000 y 2006 se registraron entre 39 y 100 casos de brucelosis humana por año, mientras que entre 2007 y 2017, período que coincidió con la vacunación de caprinos, la cifra fue de entre 19 y 40 casos por año.
En línea con las recomendaciones de los organismos internacionales y comités científicos como FAO, OIE, WHO, Unión Europea y expertos involucrados en el control de la brucelosis caprina, promovieron el desarrollo de un programa basado en la vacunación y revacunación –año por medio– de todas las cabras y cabrillonas con la vacuna Brucella melitensis REV I, que se aplicó en la conjuntiva ocular, durante una década.
En complemento, “definimos la implementación de otros temas estratégicos como capacitación para los técnicos provinciales y de información para la familia rural, respecto a las características de esta enfermedad y conocimientos prácticos para la prevención de la infección humana y animal”, apuntó Sergio Rivero, responsable de la campaña de campo por parte de la Fundación Coprosamen.
Cumplidos los 10 primeros años de vacunación, durante 2017 y 2018, se realizó un muestreo serológico de caprinos y se obtuvieron muestras de 793 cabras adultas y 361 cabrillas. Los resultados mostraron una reducción de la prevalencia promedio del 69% en cabras adultas y una presencia ínfima de la enfermedad en cabrillas: solo una cabrilla (el 0.1 %) resultó positiva.
Respecto de los objetivos a futuro, Rivero destacó que “sigue abierto el desafío de continuar con el programa y lograr su mejora a partir del desarrollo de una segunda etapa que apunte a la universalización de la vacunación en todos los puestos y animales de la provincia y a reforzar las actividades de concientización de la población”.
En la Argentina, la distribución de la Brucelosis caprina es heterogénea, además afecta, sobre todo, animales sexualmente maduros y genera pérdidas reproductivas de importancia: en hembras, provoca aborto en el último tercio de la gestación, seguido a veces de retención de la placenta e infección supurativa del útero como principales síntomas, y también puede producir inflamación crónica de la ubre; en machos, la enfermedad pasa más desapercibida y la inflamación de los testículos es el síntoma más común, asociado con semen de mala calidad e infertilidad.
Fuente: InfoCampo