La Argentina dio un nuevo paso en el camino hacia la flexibilización de las restricciones impuestas para controlar la propagación del coronavirus: en su primera actividad de gestión, el nuevo jefe de Gabinete, Juan Manzur, junto con la ministra de Salud, Carla Vizzotti, anunciaron que dejará de ser obligatorio el uso del barbijo al aire libre, una medida que genera debates e instala preguntas sobre las experiencias de otros países que tomaron la misma decisión.¿Se trata de una determinación correcta o apresurada? El interrogante no tiene una respuesta definitiva. Como en tantos otros aspectos vinculados al Covid-19, analizar las estrategias adoptadas por otros países puede ofrecer una perspectiva interesante.Con el avance de las campañas de vacunación, distintas naciones en el mundo apostaron por prescindir de esta medida sanitaria característica de la vida pandémica. Pero el proceso no fue el mismo en todos los países. Mientras algunos tuvieron que dar marcha atrás por el surgimiento de nuevas variantes del virus, como la delta, otros mantuvieron el permiso.Israel: de la victoria a la crisisUno de los líderes de la batalla contra el coronavirus, sin dudas, fue Israel. Su ejemplar campaña de vacunación lo coronó como un país modelo para el resto del mundo al tener una de las mayores tasas de inmunización. En febrero, mientras gran parte de las naciones apenas desplegaba sus estrategias para comenzar a vacunar, el país de Medio Oriente ya contaba con al menos un 50% de su población con una dosis aplicada.Con un descenso drástico de casos y niveles de morbilidad muy bajos, Israel fue el primero en eliminar la obligatoriedad del barbijo en las calles de todo el país el pasado 18 de abril, bajo la mirada del resto del mundo que observaba con admiración el comienzo de una vida pospandemia. De los 9 millones de habitantes, cerca de 5,3 millones habían sido inoculadas para aquel entonces.El Ministerio de Salud israelí redobló la apuesta el 15 de junio al anunciar que los ciudadanos podrían quitarse el barbijo también en interiores. El temor al contagio parecía quedar en el pasado. Pero la variante delta, detectada por primera vez en la India, llegó para arruinar la ilusión.Apenas diez días después de eliminarlo, las autoridades de salud reincorporaron el uso del barbijo en lugares cerrados para evitar un bloqueo total por un alarmante aumento de las cifras, con más de 100 positivos diarios, un número que no se registraba desde fines de abril. Además, volvió a ser obligatorio el uso del tapabocas en el aeropuerto y en los puestos fronterizos.Los casos de coronavirus se propagaron en los meses siguientes hasta el día de hoy, en lo que el primer ministro, Naftali Bennett, declaró como una cuarta ola. El país ahora tiene el mayor ritmo de aumento de casos del mundo, con un promedio en los últimos siete días de 829 nuevos contagios por millón de habitantes, según Our World in Data. Incluso, el 8 de septiembre batió el récord de personas infectadas durante toda la pandemia, alcanzando 22.300 contagios en un día.El impacto de esta variante junto con la caída natural en los niveles inmunizantes de las dosis aplicadas llevaron a Israel a impulsar la aplicación de la tercera dosis y Bennet apuesta a futuro a la administración de una cuarta, al tiempo que avanza en una vacuna de vía oral.Las primeras imágenes de ciudadanos sin barbijo en Israel recorrieron el mundo (Anadolu Agency/)Estados Unidos: la delta frustró los planes“Hemos logrado un progreso asombroso gracias a todos ustedes, el pueblo americano. Los casos y las muertes han disminuido drásticamente desde donde estaban cuando asumí el cargo el 20 de enero, y continúan cayendo”, celebró el presidente Joe Biden el día en que despidió el uso del barbijo al aire libre para los vacunados.En ese momento, la situación era clara para la administración demócrata. “Si está vacunado, puede hacer más cosas, de manera más segura, tanto al aire libre como en el interior”, aseguró el mandatario al anunciar la flexibilización, que llegó cuando Estados Unidos estaba cerca de alcanzar los 100 millones de vacunados. La vida tal como se conocía antes del coronavirus volvió para los inmunizados en todo el país el 13 de mayo.Big news from the CDC: If you’re fully vaccinated, you do not need to wear a mask – indoors or outdoors, in most settings. We’ve gotten this far. Whether you choose to get vaccinated or wear a mask, please protect yourself until we get to the finish line. pic.twitter.com/XI4yPmhWaD— The White House (@WhiteHouse) May 13, 2021No obstante, al igual que en Israel, la llegada de la nueva variante frustró los planes de algunos estados, en especial en aquellos con vacunas insuficientes o estancamientos en la campaña. El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) sugirió dos meses después que el tapabocas vuelva en los espacios interiores – tanto para vacunados como para no vacunados- principalmente en zonas de alto riesgo de contagio.
Gracias a “la pandemia de no vacunados”, como sentenció Biden, los casos activos aumentaron por el avance de la delta, a tal punto que para julio, el 51,7% de los positivos estaban vinculados con esta mutación, que se volvió dominante entre la población. Es por eso que Hawai, Illinois, Luisiana, Nevada, Nueva México, Oregón y Washington volvieron a incorporar medidas restrictivas en ámbitos cerradosReino Unido: el “Día de la Libertad”Desde el 19 de julio, ya no es un requisito legal cubrirse la nariz y la boca en interiores o en el transporte público en Inglaterra, una jornada bautizada como “el Día de la Libertad”, en la que el primer ministro Boris Johnson retiró la mayoría de las restricciones que quedaban tras más de un año de limitaciones. En Escocia, Gales e Irlanda del Norte, aún se requieren las mascarillas para algunas situaciones.El intento de regreso a la normalidad se dio en medio de un nuevo aislamiento para el premier por haber sido un contacto estrecho de coronavirus y justo cuando el país se encontraba en un marcado ascenso de los casos por la variante delta, lo que preocupó a los expertos que se adelantaron a señalar que la decisión era precipitada.La situación podría cambiar. Los casos se mantienen estables, pero el Sistema Nacional de Salud (NHS) advirtió que, si enfrenta dificultades para contener al virus en el invierno, el barbijo volverá a ser una obligación para los ciudadanos.El secretario de Salud, Sajid Javid, anunció hace una semana que si falla el “Plan de otoño e invierno” podría incluso retomarse el teletrabajo por un tiempo.España: marcha atrás y expectativa“Este será el último fin de semana con mascarillas en los exteriores, porque el próximo 26 de junio ya no las llevaremos en espacios públicos”, destacó el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, en momentos en que la mejora de la situación sanitaria era notable. “Nuestras calles y nuestros rostros recuperarán en los próximos días su aspecto normal”, se entusiasmó.Festival sin mascarillas obligatorias en Barcelona (ROBERT BONET/)Cuando el 47% de los 47 millones de españoles ya había recibido al menos una dosis y casi el 29% ya estaba completamente inmunizado, llegó el gran día para uno de los países más castigados por el virus en el inicio del brote.Un mes después, con la delta como variante predominante, una explosión de casos repentina relacionada con la relajación de las medidas y con el regreso de los viajes de egresados descontroló las cifras de enfermos.Con más de 50.000 casos en el país en tan solo una semana, el 9 de julio se aplicaron nuevas normativas en Cataluña, el País Vasco y las islas Baleares para volver a la obligatoriedad del uso del tapabocas en la vía pública.Actualmente la recomendación del barbijo continúa, y España rastrea varios indicadores – como la disponibilidad de camas en hospitales, la incidencia, la positividad- para avanzar hacia una apertura.Dinamarca: normalidad plenaLa vida en Dinamarca es muy similar a como era antes: no se necesita mostrar un pasaporte Covid en clubes nocturnos ni restaurantes. Tampoco se debe utilizar tapabocas en el transporte público.El coronavirus ya no representa “una amenaza crítica para la sociedad”, según el ministro de Salud, Magnus Heunicke, por lo que el gobierno consideró innecesario continuar con las medidas introducidas para combatir la enfermedad.Con más del 70% de la población vacunada y con cerca de 300 casos diarios según Our World in Data, los daneses disfrutan de conciertos multitudinarios al tiempo que las autoridades flexibilizan las restricciones fronterizas y eliminan la clasificación “roja” para todos los países, permitiendo que los viajeros vacunados no hagan cuarentena al llegar.Desde el 14 de julio, el gobierno acordó con todos menos uno de los partidos del parlamento la vuelta paulatina a la normalidad, comenzando por eliminar el barbijo, que se erradicó como último lugar en el transporte público a fines de agosto.El tapabocas, entonces recomendado, nunca fue obligatorio en Dinamarca al aire libre. Lo mismo ocurre en Australia, que lo impuso momentáneamente en Sidney por rebrotes, y en Uruguay, que considera eliminar esta recomendación en un futuro cercano.El impacto de la medida en la Argentina podrá evaluarse durante octubre, mes en que se haría efectivo el permiso para dejar de utilizar el barbijo en espacios abiertos. La contención de la variante delta, que no avanza en nuestro territorio al ritmo temido, parece crucial: su irrupción fue determinante para frustrar las flexibilizaciones en los países que se habían ilusionado con dejar atrás la pandemia.
Fuente: La Nación