Sin dudas, los maíces de siembra tardía y de segunda tienen grandes posibilidades de convertirse en buenos negocios en la campaña 2021/22, traccionados por precios que se encuentran bien por encima del promedio de los últimos años.Entre otros factores, las cotizaciones rentables tienen su justificación en los bajos stocks mundiales del cereal. En ese sentido, Diego de la Puente, de la consultora Novitas SA, destaca que “estamos frente a muy buenas cosechas en el mundo y, sin embargo, los stocks no se recuperan de manera significativa, lo que explica la firmeza de los precios actuales”.Pulverizadoras: radiografía de los equipos nacionalesEn tanto, en la Argentina, los cultivos de maíz de implantación tardía vienen ganando terreno en los últimos años y esa tendencia se acentuará en 2021. “Con un escenario climático con posibilidad de un evento La Niña, que puede generar escasez de humedad en diciembre y enero, muchos productores se volcarán a cultivos de siembra de diciembre, para ubicar la floración en febrero-marzo, dos meses con más chances de lluvias”, diferencia.De la Puente destaca particularmente la combinación cebada-maíz de segunda: “promete muy buen margen bruto por las posibilidades de siembra del cereal mas temprano que siguiendo al trigo, lo que puede repercutir positivamente en los rendimientos y evitar el efecto de heladas tempranas”.Precios para aprovechar“Con los precios que se ofrecen a cosecha, el maíz es el cultivo con mejor margen bruto en las zonas en las que se alcanzan altos rendimientos”, define el consultor Carlos Etchepare. Con 185U$S/t para el temprano y 175 para el tardío genera una rentabilidad atractiva para, los agricultores”, agrega.La gran incógnita que enfrentan los empresarios es si los precios a cosecha se mantendrán en los niveles actuales o pueden caer. Para acercarse a una respuesta, Etchepare destaca que, en el mercado internacional, Estados Unidos – principal productor mundial-ya comenzó la cosecha y se esperan rindes satisfactorios en gran parte de la zona de cultivo. “La incertidumbre climática quedó atrás y hay escaso riesgo de problemas serios hasta que el grano se termine almacenando en los silos”, explica.La demanda está firme, aunque hay riesgos de reducción de las compras para la producción de etanol en Estados Unidos, al tiempo que el comportamiento de los compradores chinos muestra tranquilidad y se estima que las importaciones no superarán los 26 M/T en la campaña 2021/22.Mientras tanto, en el mercado interno surge otro interrogante clave. Luego de leas elecciones generales de noviembre, ¿el tipo de cambio continuará atrasándose frente a la inflación o se concretará una devaluación del peso? Si se diera el segundo caso, hay riesgo de que sea compensado con un aumento de los derechos de exportación del maíz y del trigo.Las retenciones podrían ser aumentadas si se aprueba el proyecto de Presupuesto 2022, porque incluye un artículo que prorrogaría hasta 2024 la facultad que tiene el Poder Ejecutivo de llevarlas al 15% en los casos del maíz y del trigo. Esa facultad vencía el 31 de diciembre de 2021, según el artículo 52 de la ley 27541 de Solidaridad Social y Reactivación Productiva.En síntesis, las respuestas a las preguntas formuladas son: en el mercado internacional de maíz hay buenos precios, pero con una tendencia a la lateralización y con expectativas de aumento de área sembrada en Brasil y en la Argentina. Y en nuestro país no está descartada la posibilidad de aumento de retenciones.Entonces, como los precios que hoy se ofrecen a cosecha aseguran una rentabilidad satisfactoria, la recomendación de Etchepare es capturarlos anticipadamente. Para ello son aconsejables las coberturas flexibles -puts, por ejemplo- aunque no habría que dejar pasar un buen precio con una venta forward por una parte de la producción de maíz tardío esperada.Tomar coberturas de precios es clave para no llevarse sorpresas al momento de cosechar. “Los productores deben estar atentos a lo que hacen los exportadores. Ya hay 6M/t de declaraciones de venta al exterior de la campaña maicera 2021/22, que les permiten asegurar los derechos de exportación. “Los exportadores deben pagarlos por adelantado; no asumirían ese costo financiero si no sospecharan que puede haber cambios en el tratamiento impositivo que se impondrá al cereal”, advierte el analista.De la Puente coincide: “no habría que dejar pasar oportunidades de cobertura para asegurar los precios a cosecha porque la recolección de los maíces tardíos coincide con el ingreso de la safrinha brasileña, que será importante en 2022, si se tiene en cuenta que se esperan 114M/t de producción total de maíz en el país vecino”.“Una combinación de puts y ventas forward + compra de call en Chicago para eludir el riesgo argentino sería una estrategia simple y eficaz para defender los precios en el contexto previsto”, completa.
Fuente: La Nación