En 2014, Luis Scola lideró la oposición del plantel del seleccionado a participar en el Mundial de España en caso de que no hubiera cambios en la conducción de la Confederación Argentina de Básquetbol (CABB). Surtió efecto: el presidente, Germán Vaccaro, renunció y se abrió una causa judicial por su manejo de la entidad. Entonces el equipo nacional viajó y disputó la Copa del Mundo.En 2019, el capitán y otros miembros prominentes de la Generación Dorada, e incluso el director técnico Sergio Hernández, respaldaron públicamente la candidatura de Federico Susbielles a la presidencia de CABB (ahora abreviada a “CAB”), pero el bahiense perdió en diciembre la elección a manos de Fabián Borro. Dado el resultado, Hernández renunció a seguir conduciendo a la selección, pero luego la dirigencia lo convenció de continuar hasta los Juegos Olímpicos de Tokio.En la elección de diciembre de 2019 Fabián Borro derrotó a Federico Susbielles, a quien apoyaban los principales referentes de la Generación Dorada y Sergio Hernández.Faltan tres semanas para esa competencia, la más importante para el básquetbol. Y Scola, esta vez sin amenazas de dimisión, sacudió lo que parecía un mar sereno para la delegación que está en Las Vegas, Estados Unidos, preparándose camino a Tokio 2020. “La gente que está en la CAB no quiere saber absolutamente nada conmigo: tiene un rechazo enorme por mí, por lo que pienso y por lo que quiero hacer. Y me quiere lo más lejos posible”, respondió el ala-pivote en una entrevista con el diario Clarín, sin mencionar a Borro, también presidente del club Obras Sanitarias.¿Qué separa al jugador más importante de la historia del seleccionado y a los directivos, encabezados por Borro? Scola no lo especificó, pero sí dejó en claro que la grieta que los aleja es un abismo. “Nuestras formas de entender una organización deportiva en cualquiera de sus aspectos están en veredas tan opuestas que […] si me […] dijeran «queremos que vengas a ayudarnos» me sentiría incómodo […]. Y estoy seguro de que ellos están cómodos de que yo piense diferente”, graficó el ex protagonista de la NBA y de la liga española.Scola en la final del Mundial China 2019; el capitán es el máximo anotador de todos los tiempos del seleccionado argentino. (AP/)Scola, de 40 años, está a un mes de lo que todos suponen será su retiro del básquetbol. Dado su involucramiento en cuestiones organizativas de la Confederación, es dable proyectar que en algún momento se dedicará a organizar el deporte desde algún cargo institucional. En este momento eso parece estar más lejos en el tiempo que cerca. “Ahora mismo no tengo ese interés, no está en los planes. Crear un partido y ganar las elecciones sería ser parte de un sistema del que pienso que hay que cambiar. Es irrelevante lo que piense, porque no estoy pensando en cambiarlo, porque no voy a jugar con esas reglas. No tengo ese interés, al menos ahora mismo. Quizá las cosas sean diferentes dentro de un par de años”, descartó el vigente subcampeón mundial.Si bien todo indica que, tenga la gloria de una nueva medalla olímpica o no, en agosto Scola será un ex basquetbolista, hoy por hoy el número 4 no tiene incentivos para afrontar ese reto de conducir la entidad. “En algún momento tenía ese interés, pero cuando volvió esta gente a manejar la CAB bajé un poco los brazos. Porque, al final del día, hicimos tanto para cambiar las cosas y nos encontramos, cinco años después, prácticamente en el mismo lugar que antes… Eso fue bastante desmotivador”, explicó el ex campeón olímpico, que a los 40 años sigue comandando al seleccionado en la cancha pero fuera de ella se corre un poco al costado. De momento, claro.
Fuente: La Nación