Lo que está sucediendo no es un meme. No termina en la foto del cumpleaños de Fabiola Yañez. Tampoco parece que pueda ser tapado con el anuncio del hipotético embarazo de la compañera del presidente Alberto Fernández.Lo que está sucediendo ahora es gravísimo. No tiene precedentes. Se trata del mayor escándalo político y moral desde que el Gobierno asumió.Alberto no puede salir de su laberinto. Por más reuniones de gabinete que convoque.Y se está produciendo en el peor momento del país. Peor, incluso, dicen algunos analistas, que la hiper de 1989 o 1990 o la crisis de diciembre de 2001, que terminó con el gobierno de Fernando de la Rúa y dio paso al ´Que se vayan todos´.Lo que está sucediendo ahora se podría haber evitado con la admisión del gravísimo error que contempla un delito menor, pero moralmente insostenible.Si el Presidente lo hubiera reconocido, se hubiese declarado culpable y hubiera pagado su culpa, o su responsabilidad, el escándalo se habría detenido de inmediato.Pero eligió mentir, una y otra vez. Y ahora carga con una mochila insoportable.Ahora, al Olivos-Gate se le agrega, se le acumula, como si fuera un gran balde de estiércol, a punto de rebalsar, el vacunatorio vip, la obturación del contrato con Pfizer, el desastre que están haciendo con la economía y los muertos por Covid que seguimos contando.La historia del bebé entregado por sus padres a los marines en el aeropuerto de KabulTodo, absolutamente todo, está haciendo pelota al Presidente. Y está sumiendo en una crisis irrespirable a toda la República Argentina.Pero, atención, que detrás de toda esta porquería acecha, de nuevo, Cristina Kirchner con su agenda personalísima y caprichosa. La agenda de la venganza y de la impunidad.La información sensible que manejamos nosotros es la siguiente:El sector más duro del kirchnerismo, por indicación expresa de Cristina, estaría presionando y logrando que la semana próxima se trate la reforma del Ministerio Público Fiscal en la Cámara de Diputados.La vicepresidenta la quiere aprobada antes de las elecciones, porque está preocupada por las últimas encuestas que le llegaron.Están intentando una maniobra para que la oposición no puede impedirlo.La reforma implicaría:Voltear a Eduardo CasalPoner a un jefe de los fiscales cristinistas, un talibán al que no le tiemble el puso para perseguir y meter presos a dirigentes opositores, dueños de medios, periodistas, y todo aquel que esté en condiciones de oponerse a su prepotencia.Por eso. Cuidado.Que mientras algunos están distraídos con el escándalo del cumpleaños de Fabiola, Cristina sigue focalizada en lo único que le importa: salir indemne de todos los delitos de corrupción en los que está involucrada.

Fuente: La Nación

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