Senadores oficialistas han propuesto que la Argentina no “malgaste” la nueva asignación de Derechos Especiales de Giro (DEG) en cancelar la deuda que el Estado nacional tiene con el Club de París, porque resulta más conveniente dedicarlos a la lucha contra el coronavirus. ¡Cómo no se me ocurrió!, debe estar pensando Martín Guzmán. Pero, ¿es esto posible?El DEG es la moneda creada por el Fondo Monetario Internacional. El Fondo fue fundado en 1944. John Maynard Keynes, jefe de la delegación inglesa, no pudo convencer a Harry Dexter White, jefe de la delegación norteamericana, para que desde el vamos el FMI pudiera emitir su propia moneda. Esto recién se decidió en la reunión de Río de Janeiro, en 1967 y la primera emisión se realizó en 1969.Pues bien, en el “libro mayor” del FMI cada país miembro tiene una página, en cuyo haber se anota la cantidad de DEG que le fueron asignados. Ningún país puede emitir un cheque para pagar con sus DEG alimentos para sus pobres o vacunas para sus habitantes. Un Estado miembro puede convenir con otro cambiarle parte de sus DEG contra la moneda del otro para afrontar una crisis externa. Ejemplo: cabe imaginar que el presidente Fernández le haya dicho a su par Macron: “Querido Emmanuel: te voy a transferir DEG para pagarte la porción que te corresponde de la deuda que el Estado argentino tiene hoy con el Club de París”.El dinero es fungible, de manera que la propuesta de los senadores podría replantearse de la siguiente manera: le pagamos al Club de París con los DEG que nos fueron asignados, de manera que podremos dedicar los recursos que habíamos acumulado los argentinos para cancelar la referida deuda a aliviar la situación de los pobres y los no vacunados de nuestro país.Luce impecable, pero cabe preguntarse: ¿seguro que los argentinos habíamos decidido pagarle al Club de París con recursos generados por nuestros propios esfuerzos? Difícil de creer. Pero entonces no hay recursos para redireccionar.Última, pero no menos importante. ¿Así que calcularon el presupuesto nacional para 2021 con una hipótesis inflacionaria de 29%, con un aumento de las tarifas acorde con dicha hipótesis inflacionaria y suponiendo que durante el año en curso la pandemia/cuarentena no generaría mayores gastos?Peor para el presupuesto, porque en la Argentina 2021 la realidad va de las decisiones al presupuesto, y no al revés.

Fuente: La Nación

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