“No va a hacer falta, con este ministro, cortar calles para poder dialogar; va a ser un ministerio de puertas abiertas”, fue la primera definición que tuvo Juan Zabaleta, en un mensaje a los movimientos sociales, tras jurar como titular de la cartera Desarrollo Social en el Salón Blanco de la Casa Rosada. El exintendente de Hurlingham devenido en funcionario nacional se refirió así consultado por al acto que protagonizó la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) por San Cayetano -primera movilización masiva de los movimientos sociales afines al oficialismo tras la pandemia- pero fundamentalmente a las marchas que irrumpieron hoy en la 9 de Julio encabezadas por grupos opositores, como el Polo Obrero. Zabaleta, que asume en uno de los momentos de mayor crispación social desde que se inició la gestión de Fernández, dejó en claro que tiene intenciones de avanzar con una conversión de los planes asistenciales en fuentes laborales, uno de los principales reclamos de los movimientos sociales cercanos al Gobierno. “Trabajaremos para que cada plan social puede transformarse en trabajo”, dijo el flamante ministro al fijar su principal compromiso de gestión.Juan Zabaleta juró esta tarde como ministro de Desarrollo Social en la Casa Rosada.Sobre los reclamos de la UTEP y de los movimientos sociales que tienen representación en el organigrama del Ministerio de Desarrollo Social, Zabaleta acotó que integra “un frente político que se fortalece en la diversidad”. “Hay que saber representar a todos los que transitan en la calle”, dijo.Zabaleta asume al frente de una de las cajas más grandes del Estado, sobre la que orbitan los distintos factores de poder territorial del oficialismo. Con un organigrama con “lotes” para La Cámpora, los movimientos sociales y otros sectores que abrevan en el Frente de Todos, el exintendente de Hurlingham dejó entrever que no tiene previsto correr de sus cargos a los funcionarios de segunda línea y que en cambio pretende comandar la cartera con una continuidad.TaianaEl Presidente oficializó hoy la designación de Zabaleta al frente del Ministerio de Ministerio de Desarrollo Social y de Jorge Taiana para comandar el Ministerio de Defensa. El acto de jura se desarrolló en el Salón Blanco, un espacio icónico de la Casa Rosada que volvió a utilizarse debido a la nueva fase de apertura que inauguró el Gobierno tras la pandemia. En lo que va de la gestión, para este tipo de ceremonias hasta ahora se había optado por el Museo del Bicentenario, un lugar mucho más amplio emplazado al nivel el subsuelo de la sede de gobierno.Tras el acto de jura, Taiana prometió llevar a cabo “un trabajo de continuidad de lo que se estaba haciendo” con su antecesor, Agustín Rossi, y dejó entrever que espera que continúen en sus cargos algunos funcionarios de segunda línea relevantes, como el secretario de Estrategia y Asuntos Militares, Sergio Aníbal Rossi, primo del ministro saliente y virtual número dos de la cartera.El flamante ministro de Defensa, Jorge Taiana, al jurar esta tarde en la Casa Rosada.En un mensaje directo al cuerpo militar, Taiana anunció como principal línea de gestión: “Vamos a darle prioridad a la subordinación de las Fuerzas Armadas al poder político y a la capacitación de todos sus miembros con las nuevas tecnologías”. Además, mencionó que le dará seguimiento al Fondo Nacional de Defensa (Fondef), que Rossi ideó para asignar recursos para favorecer el reequipamiento militar y que fue celebrado por el sector castrense.Consultado sobre cómo piensa relacionarse con los Estados Unidos y China, dos potencias con fuerte interés en incrementar su influencia en la región, Taiana evitó exhibir simpatías y dijo estar “del lado de la Argentina”. “Las inversiones que sean provechosas para el país serán bienvenidas y la Argentina no va a ser dependiente de nadie”, advirtió el flamante ministro.Aseguró que en los mismos términos conversó con Jake Sullivan, el asesor de Seguridad Nacional del gobierno de Joe Biden que visitó el país, mientras los Estados Unidos siguen con especial atención la creciente incidencia de las inversiones chinas en el país, la relación estratégica del gobierno argentino con la régimen de Xi Jinping y el aval que obtuvo para montar una base militar a pocos kilómetros de Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén.

Fuente: La Nación

Comparte este artículo en: