Un informe realizado por los especialistas Julio Calzada y Emilce Terré, pertenecientes al equipo económico de la Bolsa de Comercio de Rosario pone un poco de luz al mercado de granos local e internacional, que están sumidos en una enorme y compleja volatilidad.
Si bien el factor principal de desequilibrio son los efectos de la pandemia mundial, la analistas suman unas cuantas variables más al análisis.
Sobre los commodities está afectando, y más allá de los cortes temporales al flujo de bienes, “se observa una mayor demanda de silos bolsas para evitar recorrer grandes distancias y tratar de conservar el valor del dinero, una fuerte depreciación del real que mejoró la competitividad externa de las provisiones brasileras en desmedro de las argentinas (de hecho, los embarques brasileros de soja en marzo alcanzaron un récord histórico y los precios domésticos se encuentran en valores nominales récord), la bajante del Río Paraná a su menor nivel en más de 30 años, el golpe a la industria de etanol por la abrupta caída del petróleo, y la menor comercialización de soja y maíz debido a que sobre finales de año se habían adelantado las ventas, entre otros factores“.
A eso se le suma que la cuarentena ha generado una baja significativa en el consumo de naftas y gasoil, afectando aún más al normal consumo de combustibles fósiles, y considerando el corte obligatorio de bioetanol y biodiesel, la caída también repercute en los biocombustibles.
El factor clima a generado varios problemas también, dado que la sequía que afectó a gran parte del territorio nacional generó pérdidas significativas para los cultivos de la actual campaña, sobre todo en la soja de segunda.
El informe de Calzada y Terré comienza por el momento clave. El anuncio del Aislamientos Social Preventivo y Obligatorio, que generó en la primer semana de implementación, un desajuste importante en la logística de envío de granos a puertos e industrias.
“En los primeros 10 días de vigencia de la cuarentena, cerca de 80 municipios y comunas interrumpieron el tráfico de camiones, a la vez que distintos gremios relacionados a la agroindustria suspendieron actividades, el SENASA y la Aduana se apuraban en ajustar sus procesos a la imperiosa demanda de digitalizar los para que fuesen factibles y asegurar la prestación de los servicios mínimos en el contexto de menor personal en funciones, entre otros. Desde el 1° de abril, sin embargo, ya en plena vigencia de diversos protocolos sanitarios y ajustadas algunas cuestiones logísticas, se nota una relativa normalización de procesos que derivan en un mayor flujo de personas para cumplir tareas esenciales en campos e industrias y en el transporte de mercadería para llevar el grano a plantas y puertos“, señala el informe.
La silobolsa como aliada
Ante el miedo a las complicaciones logísticas, tanto para enviar granos a puertos o industrias, como para llevar al acopio, los productores eligieron stockearse de silobolsas, que rápidamente aumentaron de precio y se registraron faltantes.
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“Con la compra de dólares limitada y en un contexto de alta volatilidad financiera, una alta proporción del sector productor realiza las entregas estrictamente necesarias para cumplir con sus necesidades de fondos, privilegiando las operaciones con precio en firme. Crece el almacenaje o entrega bien en chacra o bien en acopios y cooperativas cercanas al predio del productor”, afirma el informe.
Como reflejo de lo anterior, “se observa una mayor demanda de silo bolsas para almacenaje en chacra. En base a encuestas entre empresas proveedoras, se proyecta un aumento en la demanda de este tipo de productos para almacenaje de 30.000 unidades adicionales este año, que equivalen a una capacidad de guardado de 4,86 millones de toneladas por encima del año pasado, tal como muestra el cuadro adjunto. Reiteramos que se trata de estimaciones en base a fuentes privadas no oficiales”, explicaron.
Caída del flujo de los negocios
“Todo lo anterior derivó en un ajuste en el volumen de negocios a partir del 20 de marzo. Según consta en SIO Granos, tanto en maíz como en soja, girasol y cebada se nota una caída en las toneladas vendidas para entrega en Rosario Norte y Sur (Ver cuadro adjunto). En sorgo y trigo, en cambio, se comercializó un mayor volumen pero en toneladas representan una proporción muy chica de lo que suele operarse a esta altura del año comercial“, analizaron Calzada y Terré para la BCR.
En particular en el período con entrega de mercadería entre el 15 de marzo y el 12 de abril de este año, “las operaciones de compra-venta para entrega en Rosario Norte y Sur de soja sumaron 2,4 Mt, menos de la mitad de los 5,3 Mt del mismo período del año anterior y el menor volumen de los últimos 4 años. En maíz en tanto, se anotaron 1,5 Mt, muy por debajo de los 3,7 Mt del año pasado pero levemente por encima del registro de 2019″, informaron.
Para saber cómo influyeron las siguientes variables: precio del petróleo (efecto en biocombustibles), bajante del Río Paraná, exportaciones récord de soja en Brasil, y mucho más, hacé click AQUÍ y leé el informe completo.
Fuente: InfoCampo