Los Pumas han quedado otra vez muy lejos de los All Blacks y con evidentes signos de estar transitando una etapa en la cual el fondo viene asomando peligrosamente. Apenas un par de retazos de los 160 minutos contra los neozelandeses: recién a los 111 minutos -31 del primer tiempo de este segundo test- los argentinos pudieron situarse en las 10 yardas rivales en situación de try (un line a favor que terminó con penal en contra); en sólo 20 minutos –lapso en el que llegó el muy buen try de Boffelli- presionó, tuvo control y fue para adelante. Poco para el alto nivel internacional, más allá de la potencia que estuvo enfrente, que, por otra parte, ensayó 11 cambios de una semana a la otra.Esos 20 minutos y la mejora sustancial en la disciplina –se cometieron 7 penales, una cifra lógica para poder competir- aparecen como una brisa fresca dentro de un presente de nubarrones. También, en el plano individual, se rescata el coraje que siempre expone Tomás Lavanini y el recambio seguro que ofrecen Mallía, Chocobares, García (mostró sus condiciones cuando entró) y el mismo Carreras, aunque sufrió su poca adaptación al puesto de apertura, sobre todo en el timming para el kick en defensa.Pero nada más que eso. Ni siquiera se lo puede tener en cuenta para despertar ilusiones con respecto a los dos tests que se vienen con los Wallabies, que llegan entonados tras vencer por suplicado a los campeones del mundo. En los Springboks, que parecían invencibles, los australianos quizá hayan encontrado la ruta que los devuelva a tantas épocas doradas. Si antes del Rugby Championship asomaban como los más factibles para los Pumas, ahora representan el peor rival para cerrar el torneo.El primer tiempo de los Pumas fue prácticamente una continuación de los 80 minutos del domingo pasado. Los All Blacks hicieron lo que quisieron. Marcaron 3 tries que pudieron haber sido 5 (en uno Jordan recibió un milimétrico pase hacia adelante, en el otro Ioane gateó después de ser tackleado a centímetros del ingoal) y tuvieron todo el trámite la pelota. Los Pumas volvieron a ser pasivos en defensa, esperando atrás, y además los perforaron varias veces por el eje profundo.La obtención siguió siendo un problema, más allá de algunos pasajes en el segund tiempo (ap /)La obtención siguió en crisis. El scrum fue una pesadilla; los All Blacks lo dominaron a voluntad. Es una formación que hace tiempo dejó de ser el sello argentino. Mejoró en estos años cuando se incorporó un experto radicado en el extranjero: primero Marcos Ayerza, luego Francisco Gómez Kodela. Nahuel Tetaz Chaparro (que volvió a su club) y Ramiro Herrera (lesionado y descartado) también fueron importantes; el primer lo sigue siendo. Pero la formación no da réditos.El line, que era una fuente de garantía, ahora es irregular. Alterna buenas con malas. En este partido al menos mejoró la defensa del maul. Entonces, sin obtención y con una defensa que no va bien arriba, contra estos equipos se torna imposible competir de igual a igual. Los partidos se sufren desde el primer minuto y ya al final del primer tiempo, de tanto aguantar, el equipo de desinfla mental y físicamente.Los Pumas padecieron la constante presión de los All Blacks (ap /)Se insiste en que esta es una etapa de transición en el seleccionado argentino. Mario Ledesma necesita probar con vistas al Mundial de 2023. No sabe cómo llegará Nicolás Sánchez, que tendrá 34 años, que no juega seguido en su club y que de tanto que arriesga físicamente se está lesionando más seguido. También tiene que darles minutos a los más jóvenes, que serán el recambio necesario para Francia. Ya no están los Jaguares como franquicia para experimentar en el alto nivel profesional y entonces no queda otra oportunidad que estos partidos. Es un riesgo inevitable.Otro atenuante es la cantidad de lesionados. No le falta razón a Ledesma cuando dice que la World Rugby debe hacer algo con el calendario si quiere preservar la salud de los jugadores, que están expuestos a la alta competencia casi sin descanso a lo largo del año. Le ocurre lo mismo a los rivales, nada más –y nada menos- que los otros tienen más recambio.Pero todo esto no debe deformar la realidad: los Pumas están jugando mal. No aparece un patrón de juego definido, no surgen variantes y en algunos aspectos hay un retroceso notorio. Ledesma y su staff deberán encontrar soluciones.
Fuente: La Nación