En noviembre de 2018, en Ginebra, la Cruz Roja Internacional (CRI) decidió que el “Proyecto Humanitario Malvinas” sea tomado como modelo de trabajo en el mundo. Hoy ya son 119 los soldados identificados en Darwin, que permanecieron durante casi cuatros décadas sepultados bajo la leyenda “Soldado argentino solo conocido por dios”, sobre un total posible de 123. Solo resta una tumba colectiva por exhumar e identificar, algo que no se pudo realizar aún por la falta de autorización de los familiares. En agosto, el Plan del Proyecto Humanitario Malvinas, cumplió su segunda etapa cuando los restos de cuatro soldados argentinos que estaban enterrados en el Cementerio de Darwin fueron identificados. Allí trabajaron la Cruz Roja Internacional y el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Luis Fondebrider, especialista en Antropología Forense, actuó en esta oportunidad como jefe de la Unidad Forense del Comité Internacional de la Cruz Roja como ya lo había hecho en la primera etapa. -Usted trabajó en la identificación de los cuerpos de los soldados desde un principio, primero desde el EAAF y ahora en la Cruz Roja. ¿Qué valor tiene para el mundo este proyecto?-Es un modelo para el mundo, pero también para la Argentina. Para el mundo porque dos estados se pusieron de acuerdo para dejar de lado las diferencias políticas y pensar en los familiares. Desde 2012, cuando comenzó todo, existió un gran trabajo de diplomacia bilateral y eso tiene un valor inmenso, y para la Argentina también. Los tres gobiernos que estuvieron involucrados, el de Cristina Kirchner, el de Mauricio Macri y el actual de Alberto Fernández, lo hicieron con un mismo fin, que fue darles a las familias la identificación de los cuerpos de sus seres queridos después de casi 40 años. Dejaron de lado las diferencias y antepusieron el proyecto. Ese es un valor inmenso para nosotros.-En la primera etapa se identificaron 115 cuerpos y en esta segunda, cuatro más, con la confirmación de dos ya identificados. ¿Qué particularidad tuvo este segundo proceso?-En este caso la misión estuvo centrada únicamente en la tumba colectiva C.1.10. Fue complejo porque encontramos restos mezclados que sabíamos que estaban relacionados todos con la caída del helicóptero del grupo Albatros ocurrida en mayo de 1982 en Monte Kent. Como el resto de los caídos, estos restos también fueron recogidos y sepultados en Darwin meses después por el oficial inglés Geoffrey Cardozo.-Una vez que fueron informados, ¿qué decidieron los familiares?-Todos decidieron que los restos permanezcan en Darwin. Tres familias decidieron que los restos permanezcan en la tumba colectiva C.1.10 donde estuvieron 39 años y los familiares de otros dos solicitaron tumbas individuales, así que se cavaron y allí fueron sepultados en ataúdes nuevos. Está el caso particular donde encontramos restos de un caído que ya estaba identificado en una tumba individual así que se llevaron esos restos y se sepultaron donde corresponde. A las tumbas nuevas se les puso unas cruces provisorias con nombres, hasta que lleguen las placas definitivas desde el continente.Integrantes del plan Proyecto Humanitario de la Cruz Roja en las Islas Malvinas realizan las exhumaciones para identificar los restos, luego los vuelven a sepultar, algo que no es com?”n en un equipo forense. Cementerio Argentino en Darwin.
Foto: Hernan Zenteno 22_6_17 (Hernan Zenteno/)-En febrero de 1983 el coronel ingles Geoffrey Cardozo recogió e identificó 121 cuerpos, creó el Cementerio de Darwin y sepultó a estos soldados dejando un documento conocido como “Informe Cardozo”. ¿Utilizaron ese trabajo en la identificación de los cuerpos?-El trabajo de Cardozo es perfecto. Tanto el Cementerio de Darwin que tiene un diseño militar de otros cementerios de guerra, que fue trazado con mucho cuidado, como el informe, fueron parte de un plan colectivo en el que mucho tuvo que ver lo realizado por Cardozo en 1983. Dejó mucha información que nos sirvió para la identificación porque encontramos los restos en dos bolsas con indicaciones, como lo hizo en las otras sepulturas. Hizo un trabajo muy profesional, con mucho respeto por los caídos argentinos a los que trató con mucha dignidad, algo que no ocurre siempre con los muertos enemigos después de una guerra.- ¿Cuál fue el rol que cumplieron los isleños en todo este proceso?-De colaboración, permanente, permitieron actuar con libertad y asistieron en toda la logística que el gobierno de las islas y los isleños pudieron aportar como el transporte, la comunicación. Fue muy importante su participación para obtener estos resultados.-El gobierno de las islas alertó sobre la posible existencia de un cuerpo en la zona de Caleta Trullo (Tale Inlet) luego de recibir una denuncia de un médico inglés veterano de guerra. ¿Se revisó esa posibilidad?-Sí, se rastrilló la zona en un amplio radio porque allí funcionó un hospital de guerra inglés, pero no encontramos nada. Esto fue parte de esa segunda misión, pero no se hallaron restos humanos.-Trabajó en la identificación de los NN víctimas de la represión ilegal de la dictadura militar y ahora en este proyecto. ¿Qué significa personalmente esto para usted?- Es cierto, la diferencia entre uno y otro es que ahora sabíamos dónde estaban los cuerpos y había que identificarlos. Pero llevó 37 años trabajando en más de 50 países, claro que por ser la Argentina este tiene algo muy especial. Me genera satisfacción de haber sido parte de un proceso que involucró a muchas instituciones. Desde el EAAF, la CRI, las embajadas de la Argentina y de Inglaterra, los isleños, fue mucha gente la que colaboró, y sobre todo la paciencia y la confianza de los familiares que encontraron algo de verdad y paz después de este proceso tan doloroso.

Fuente: La Nación

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