“Para la elección faltan ocho semanas, en la actual situación muchas cosas pueden pasar, pero es seguro que entonces será algo muy lejano”, afirmó el analista político Rosendo Fraga a LA NACION. La dinámica con la que se sucedieron los hechos da la sensación de que pasó una eternidad desde la derrota del oficialismo en las elecciones primarias del domingo 12 de septiembre. La renuncia masiva de ministros que responden a la vicepresidenta Cristina Kirchner desató una crisis en la coalición del Frente de Todos en la que hubo de todo, hasta audios filtrados donde se habla del Presidente como “mequetrefe” y “okupa”. Tras el intercambio epistolar entre el Presidente y la vicepresidenta finalmente Alberto Fernández logró armar su nuevo gabinete. Al menos durante la semana pasada, la estrategia para las elecciones generales pasaron a segundo plano aunque, según los analistas consultados, la crisis dificulta la conquista de nuevos votos y el nuevo gabinete tampoco ayudará a nivel electoral.Los municipios de Gran Buenos Aires donde el kirchnerismo sufrió las caídas más dramáticas“Va a impactar negativamente para el Gobierno”, sentenció en diálogo con LA NACION el analista Carlos Fara sobre la crisis que atravesó el Frente de Todos, y agregó: “Es muy difícil que alguien se imagine que van a alcanzar a tomar nota de lo que dijo la sociedad para transmitir otro horizonte”.Según el analista, el cambio de gabinete tampoco logrará un “cambio de expectativas” y “no va a resolver nada desde el punto de vista electoral”. “No hay nada de lo que el Gobierno necesita: volver a convocar el electorado moderado, independiente de 2019. No se van a conmover por este gabinete. Los votantes propios que se quedaron en la casa no lo van a resolver con este gabinete, lo van a resolver ajustando las clavijas de la movilización el día de la elección”, ahondó Fara.“Lo que fue a votar es lo histórico. Lograron algo semejante a lo que fue la elección del 2019 pero hay mucha gente que no fue a votar. Ya antes de esta crisis tenían que pensar en cómo motivarla para llevarla a votar y achicar diferencias y hoy creo que todos los que se quedaron en la casa no van a tener mucho incentivo para ir”, explicó Fara. El analista cree que el Gobierno puede aspirar a “amortiguar la derrota” pero no a conquistar nuevos votos aunque no supone que tendrán peores resultados porque “hay un piso”.Alberto Fernández y Cristina Kirchner (Franco Fafasuli / POOL Argra/)En la misma línea, Federico Aurelio, de la Consultora Aresco sentenció: “Es difícil ver que el peronismo tenga peores números que ahora”. Aurelio tampoco considera que la conformación del nuevo gabinete incidirá en la decisión de voto. “En todo caso podría incidir la manera en que se produjo ese cambio de gabinete y sobre todo las decisiones que tome el Gobierno a partir del nuevo gabinete. La gente más que a los nombres de los ministros le da mucha más importancia a como inciden las decisiones del Gobierno en el funcionamiento del país”, explicó.“Entiendo que el Gobierno a sabiendas de que el voto que perdió o que dejo de tener respecto al 2019 es fundamentalmente parte de los 6 millones de argentinos que no fueron a votar el domingo, seguramente van a hablarle a ese electorado. Seguramente hacia ahí van a destinar el discurso y las decisiones de Gobierno para intentar atraer a ese electorado que de acuerdo a nuestras investigaciones fundamentalmente están descontentos con la situación económica”, consideró Aurelio.La economíaLucas Romero, titular de Synopsis Consultores, coincidió en que el factor económico es el principal factor explicativo de la elección y analizó: “Precisamente en el área económica es donde menos cambios hubo con lo cual el impacto en términos del electorado es neutro. Si el electorado esperaba cambios en el sentido de la política económica, el cambio de gabinete por si solo no va a producir un cambio en las expectativas”.Alberto Fernández“La crisis también ocurre no solo por una presión de Cristina Kirchner de restructurar el gabinete sino también por pedir cambios en la política económica. Quizás los cambios efectivamente se producen pero no van a ser cambios que obedezcan a cambios de nombres porque los responsables de la política económica siguen estando”, señaló Romero.El consultor mencionó dos elementos para medir el impacto de una modificación de gabinete en la opinión pública: nombres que le den algún tipo de valor en la función que van a ocupar y el impacto que pueden tener en la orientación de las políticas públicas. ”No da la sensación que el cambio de gabinete ni les agregue prestigio ni les anticipe cambios en la orientación de las políticas publicas, por lo menos de las políticas públicas estructurales, la más relevante”.“El nuevo gabinete no altera el voto opositor. Difícilmente movilice el voto oficialista”, resumió Fraga, director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.Axel Kicillof incorpora a Martín Insaurralde como jefe de Gabinete y suma otros cambios“A partir de mañana vamos a trabajar para que en noviembre los argentinos y argentinas nos acompañen”, dijo el Presidente desde el búnker del Frente de Todos tras conocerse los resultados. Lejos parece haber quedado esa promesa porque según sentenció Fara: “El desorden ahuyenta naturalmente”.
Fuente: La Nación