Eva Halac es una artista curiosa. De sus comienzos como titiritera experimental en los años 80 hasta llegar a hoy, una autora que investiga permanentemente los cruces, entre el cine y el teatro, entre la literatura y el resto de las artes, el camino fue, para ella, abrir, explorar, experimentar en el sentido literal de la palabra: salir del perímetro. Eso le interesa a Halac, lo que sucede en las fronteras. ¿Es que acaso las disciplinas tienen límites? Ella demuestra que no. Ha dicho que el teatro es apropiarse, en el momento, no solo del espacio, sino de lo inesperado. Esa palabra misteriosa puede incluir todo, incluso una situación extraordinaria que detiene por completo el fluir de las artes escénicas como sucedió este último año y medio. Pero ella siguió. Realizó como Modo Híbrido –aquel ciclo del Complejo Teatral de Buenos Aires que cruzaba el teatro con el soporte audiovisual– dos proyectos diferentes pero que tienen en común la literatura como fuente. Con el grupo de titiriteros del San Martín, realizó una versión libre de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll, a la que llamó Alicia en el teatro de las maravillas. Y, por otro lado, Esto no está pasando. Allí Halac utiliza textos de Sartre como Cuadernos de guerra, Los caminos de la libertad y la famosa conferencia El existencialismo es un humanismo. Ambas propuestas están disponibles en la plataforma Vivamos Cultura.Pero hay más. Eva Halac, además de ser directora, dramaturga y curadora del Teatro Regio, durante el tiempo de confinamiento realizó Correspondencia. Difícil de etiquetar porque tiene algo de audiovisual, algo de teatral, algo de documental y por supuesto las palabras mayores de autores fundamentales como Gorki y Chéjov, con dos actores peruanos que recorren las calles de Lima al tiempo que recitan las cartas que se escribieron los dos escritores rusos a finales del siglo XIX. Esas correspondencia fueron agrupadas luego en un libro que se convirtió en un verdadero tesoro literario.La directora y autora Eva Halac (Hernán Zenteno/)“El año pasado todos sentimos algo parecido, que el mundo conocido estaba dejando de existir con nosotros adentro, vivos, y hablando de futuro”, cuenta Halac, que entonces se puso a buscar un material que pudiera contener esa realidad pero sin tener que hablar directamente de la pandemia. “Lo encontré en las cartas entre Chéjov y Gorki, en las que hablan de literatura en una Rusia desbordada, que estaba cambiando delante de ellos. Quise experimentar esos textos con imágenes actuales. Una intervención que oxigenara el espacio cotidiano, literalmente falto de oxígeno. Mi socia, Jenny Aguirre, estaba en Perú y le acercó el proyecto a Sergio Lluseras, director del Centro Cultural de la Universidad del Pacífico, una sala con mucho prestigio en la escena independiente. Se aproximaba el bicentenario de Perú en medio de la catástrofe de la pandemia y Sergio audazmente se sumó a este experimento de visualizar una atmósfera americana, contemporánea, con palabras rusas”, cuenta Halac que finalmente pudo estrenar este material desde la página web de Timbre 4 y todavía se puede ver.Los actores que se ponen en la piel de Máximo Gorki y de Anton Chéjov son Bruno Odar y Emanuel Soriano. “Muy prestigiosos y queridos en Perú, con mucha trayectoria en teatro, cine y televisión. Emanuel fue alumno de Bruno y hoy es un referente de su generación. Ambos son muy responsables de su popularidad, a la hora de hablar y opinar sobre todo el proceso de transformación que viven en su país”, suma Halac. “Grandes aliados fueron el camarógrafo, Carlos Sánchez, y la montajista Sofía Velázquez, con mucha experiencia en documentales. Enviaban imágenes de Miraflores, de Barranco, del malecón, de las calles del centro de Lima repletas de gente, de ruido del tránsito, y eso era también San Petersburgo, Yalta, Moscú. Todo en medio de una pandemia feroz, con protocolos y toques de queda”.“¿Vamos a mejorar? ¿La humanidad va a progresar? ¿Va a cambiar?”, se pregunta nuestro Gorki contemporáneo y sus palabras se vuelven puñales. ¿Qué pasó en estos más de cien años en la humanidad que nos confina de esta manera? “Ambos son escritores que indagaron en las fibras sensibles, en la esencia de los comportamientos humanos. En el instante de las cartas Chéjov siente que el tiempo se le escapa, está enfermo y Gorki se debate entre la literatura y el compromiso político, quiere sentirse útil y se hunde en contradicciones, la policía lo vigila y escribe y abandona y sueña en voz alta y se avergüenza. Ambos son muy distintos y flota entre ellos algo más allá de las palabras, de los consejos literarios de Chéjov, también, increíblemente vigentes. Viven en una Rusia de crisis teóricas y debates filosóficos, de feminismo, se cuestiona como hoy el lugar del artista, con una búsqueda de personajes nuevos, que sean representantes de su tiempo”, repasa Halac que trabajó como profundo interés lo que sucedía políticamente allí. “A un mes de comenzar los ensayos, Perú comenzó a vivir una crisis política enorme, con la destitución del Presidente electo por una maniobra del congreso, una corrupción que provocó marchas multitudinarias, con represión y la muerte de dos jóvenes. Todo esto en medio del sufrimiento de la cantidad de muertos por Covid. Estas emociones estaban muy en carne viva en los ensayos y se genera un fuerte cruce de actualidad con los textos, que los mismos actores perciben y redimensionan. Todo ese juego de correspondencias propuesto inicialmente atraviesa personalmente a todo el equipo”.Para agendarCorrespondencia, en la plataforma de Timbre 4.
Fuente: La Nación