La crisis de la coalición gobernante tras la derrota en las PASO, que se tradujo en el cambio de gabinete, pone al oficialismo en la disyuntiva de desandar el camino que venía tomando para recuperar algunos votos externos o acelerar la carrera en la dirección a la que se dirigía para satisfacer a los propios.La carne, el punto crítico que separa hoy al campo del Gobierno, es uno de los temas que está en esa agenda. ¿Aliviará el cepo a las exportaciones para tender un puente hacia la producción o lo renovará el 31 de octubre próximo cuando vence el plazo del cupo de 50%?Por la bajante del Paraná: afirman que ya se perdieron exportaciones por US$620 millonesAlgunos analistas políticos, antes de las elecciones, sostenían que el clima de enfrentamiento con el campo le iba a jugar una mala pasada al Gobierno en la región pampeana. Los resultados de las PASO parecieron darles la razón, especialmente porque la oposición ganó en el interior bonaerense, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y La Pampa. No es sencillo precisar si el cepo a las exportaciones de carne fue el factor determinante que provocó la pérdida de votos. Los productores agropecuarios no son mayoría en esos distritos. Pero quizás sí haya influido como un factor más en el contexto de una concepción ideológica que cree en el predominio de la intervención del Estado sobre la libertad de las personas. Es una sociedad que ha cambiado y es refractaria a las tutelas.En todo caso, el cepo a las exportaciones es el equivalente a ponerle un techo a las expectativas del negocio. Alcanza con recordar que lo más álgido del conflicto por la 125, en 2008, no fue por las retenciones móviles en sí, si no porque se establecía que el Estado se iba quedar cada vez con mayor proporción del ingreso de los productores si el precio de la soja aumentaba. En la ganadería se conocen de sobra las evidencias que dejaron las intervenciones vigentes entre 2005 y 2015.Los primeros movimientos del nuevo, en rigor ya conocido, ministro de Agricultura, Julián Domínguez, dan cuenta de una revisión de los números de producción y exportación de carne de los últimos meses. En el ruralismo comienza a especularse si crecerá la influencia de Domínguez sobre el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, dado que este funcionario está entre los apuntados por la líder del espacio, Cristina Kirchner.En la estrategia de captar votos como sea puede ocurrir cualquier cosa, hasta lo inverosímil de hacer exactamente lo contrario a lo que dijeron en la campaña por las PASO. Será una curiosidad: tanto Alberto Fernández como la vicepresidenta defendieron al cepo para contener los precios de la carne al consumo.Aunque el kirchnerismo sobreactúe, no puede decir que la Mesa de Enlace y el Consejo Agroindustrial no dieron muestras de mesura, a costa de recibir críticas de productores que reclaman acciones contundentes. El cese de comercialización fue elegido como última opción. Antes, prefirieron recorrer el camino de la política. Un ejemplo lo dieron con la reunión que tuvieron esta semana con el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti. Este mandatario, aunque no está alineado con Alberto Fernández, y mucho menos con Cristina Kirchner, fue contundente al declarar que el cepo a la carne debía ser levantado en forma inmediata. Y dio un paso más: habló también de los derechos de exportación, que debían ser reducidos gradualmente.El mensaje que llegó de Córdoba marcaba un contraste con la visión de los otros gobiernos provinciales que fueron muy cautos. Recién en las últimas 48 horas los gobernadores de La Pampa y Entre Ríos, Sergio Ziliotto y Gustavo Bordet, se animaron a expresar públicamente una posición contra las restricciones.Más allá de las provincias, el otro foco de discusión está en el proyecto de Presupuesto que elaboró el ministro de Economía, Martín Guzmán. El funcionario pidió extender hasta 2024 la facultad del Poder Ejecutivo para decidir sobre las alícuotas de los derechos de exportación (DEX) que vence en diciembre de este año. En la ley vigente se estableció que el Gobierno puede aumentar en tres puntos porcentuales los DEX vigentes hoy para el trigo y el maíz, en 12 por ciento. Si bien esta facultad no la aplicó, es un riesgo latente para el agro.El incremento de área sembrada en ambos cereales da cuenta que, pese a la incertidumbre, la producción tiene un mínimo de expectativa de razonabilidad en las decisiones económicas. Los precios favorables que se pronostican para la cosecha también influyeron en esta decisión. En medio de la desorientación sobre el rumbo que tienen que seguir, es un dato que cualquiera de las visiones que predominan en el oficialismo no debería dejar pasar de largo.
Fuente: La Nación