CORDOBA.- “Mucho de lo que suceda el año que viene dependerá de las reservas internacionales y del déficit fiscal; hoy las reservas netas son US$7100 millones y en el primer trimestre de 2022 tiene obligaciones por US$4000 millones. A marzo ya no le alcanzaría para los pagos que tiene que hacer”, describió el expresidente del Banco Central, Guido Sandleris. Enfatizó que para evitar un salto de la inflación no hay otra que reducir el rojo y sumar reservas.A su criterio, habrá “bastantes inconvenientes” para llegar a un acuerdo con el FMI, pero cree que hay una salida “viable, intermedia, con un consenso” no tan exigente. Sandleris sostuvo que 2022 será “otro año difícil, con una inflación del 60% y crecimiento del 1,5%. En el mejor de los casos, tendremos un año malo”.¿Sputnik sí o no? Los argentinos adelantan sus viajes a Estados Unidos pero se multiplican las incógnitasSandleris participó de los festejos de los 121 años de la Bolsa de Comercio de Córdoba y afirmó que había elegido hablar de lo que le “preocupa” en el muy corto plazo, además del horizonte post elecciones.Respecto del déficit, ratificó que “en estos momentos” los pesos que se emiten presionan sobre el tipo de cambio y las reservas: “No es siempre así, pero no hay otra porque este Gobierno genera desconfianza. Cada vez es más difícil absorber los pesos emitidos con Leliqs”.Sostuvo que a veces “se pierde la perspectiva” y recalcó que “no es trivial” que el Gobierno proyecte generar un déficit extra post derrota de las PASO de la misma magnitud que todo el año 2019, que equivale 0,4% del PBI. “Va a generar más inflación; si quiere evitar un salto inflacionario post elecciones deberá bajar el déficit y fortalecer las reservas”, insistió.Sandleris repasó que la economía “apenas ha crecido desde enero; hoy está en el mismo nivel que en enero. Rebotó y se quedó estancada”. Esto impacta en que el salario real “no ha parado de caer” y está en niveles de hace más de una década.A su criterio, la respuesta del Gobierno a los problemas es de un “cortoplacismo” que “asombra”. Insistió en que hasta las elecciones “profundizará” los inconvenientes con decisiones que ponen plata en el bolsillo de la gente que después sufrirá la inflación en alza. Planteó que el déficit fiscal del segundo semestre será “muy alto”, con dos puntos y medio de los cuatro totales generados en ese período.“Cuando hay déficit fiscal y no hay confianza los inversores no financian, la mayor parte se cubre con emisión de pesos; cerca de $1,1 billones es financiamiento del Tesoro, mientras que el resto son intereses de Leliqs y pesos”, dijo y se declaró “culpable” de haber emitido Leliqs. “Un poco”, ironizó. Recordó que cuando dejó el Central en diciembre de 2019 había un billón de pesos de Leliqs, cifra que se multiplicó por cuatro.Para fin de año estimó que serán $5 billones. “Cuando los bancos tienen tanta exposición al sector público se empiezan a generar dinámicas peligrosas -añadió-. No estamos en el punto de peligro, pero empezamos a llegar a niveles cada vez más difíciles para el Central de absorber pesos con Leliqs y esos pesos que sobran presionan sobre el dólar y el Central tiene cada vez menos reservas”.Hasta fin de año proyectó que venda unos US$2500 millones de reservas. Sandleris entiende que es “importante” llegar a un acuerdo con el FMI antes de fin de año para reducir el drenaje.Pagan sueldos de $250.000, pero tienen problemas para cubrir todos los puestos de trabajo disponiblesCalculó que, si el Gobierno “no hace nada”, el déficit fiscal del 2022 será del 5% del PBI. “Nadie se hace popular reduciendo el déficit fiscal, bajando el gasto público; debería bajar al menos dos puntos y este Gobierno llega debilitado al post electoral. El límite al rojo lo ponen las reservas, por lo que dependerá mucho de la cosecha, de los precios internacionales y de las restricciones que sigan imponiéndose”, graficó.
Fuente: La Nación