Dan ganas de quedarse horas sentados ahí, con vista al río, haciendo rodar entre las manos una bolita de arcilla mientras escuchamos un relajante sonido de agua que corre. Un ejercicio de meditación similar al que propuso Marina Abramovic, la abuela de la performance, durante su visita a Buenos Aires en 2015. Finaliza cuando nos decidimos por fin a dejar la bolita en el centro de la amplia mesa, entre otras de distintos tonos color piel, cargada con la energía de lo que estuvimos pensando.Las bolitas de arcilla que el público deja al finalizar la experiencia propuesta por Kimsooja en la obra Archivo de la mente (Ricardo Pristupluk/)Archivo de la mente se llama esta obra de la artista coreana Kimsooja, instalada en el corazón de Bienalsur: el Hotel de Inmigrantes. El mismo edificio al que llegaron en barco muchos de nuestros ancestros, por ese mismo horizonte que vemos por la ventana, convertido hasta diciembre en el KM 0 de este inabarcable circuito global impulsado por la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref). Es una de las 124 sedes repartidas en 50 ciudades de 23 países, donde se exhiben decenas de muestras protagonizadas por cientos de artistas, con un formato híbrido que incluye actividades virtuales y presenciales adaptadas a los protocolos de cada país.Videoinstalación de la artista coreana Kimsooja, en la que las banderas de todo el mundo se funden para crear nuevas, en la muestra El encuentro con el otro (Ricardo Pristupluk/)No la principal, sin embargo, aunque ostente el número cero en esta carrera de postas inspirada en “la resistencia y la resiliencia”. “Queremos reforzar la idea de que cualquier punto es un punto de partida”, responde Diana Wechsler, directora artístico-académica de Bienalsur, para explicar por qué el KM 0 acaba de abrir sus puertas al público si esta tercera edición se lanzó el 8 de julio en Salta. “Para nosotros no hay centro y periferia, sino que cada sede es un centro”, coincide a su lado Aníbal Jozami, director general del encuentro.Nada fácil de organizar en plena pandemia, con las limitaciones que impuso para el transporte de obras y artistas. Aunque Wechsler supo ver el lado positivo: “Durante este año y medio aprendimos a optimizar las condiciones del trabajo a distancia”, dice, entusiasmada con esta oportunidad de “quebrar sistemas de pensamiento que estaban demasiado instalados; volver a pensar las cosas fuera de la caja”.A Needle Woman, videoinstalación que registra performances de Kimsooja en distintas ciudades del mundo (Ricardo Pristupluk/)De esa manera, con voluntad e imaginación, las soluciones fueron apareciendo. El colectivo colombiano MO, por ejemplo, envió en formato de video animado una intervención que estaba prevista como dibujo sobre las paredes del edificio. Y Kimsooja aceptó el desafío de supervisar desde Corea, con dice horas de diferencia horaria, el montaje de las obras que exhibirá en cuatro puntos de Buenos Aires. Con el “capítulo 1” de ese recorrido porteño ya abierto en el KM 0, mañana abrirá el segundo en el Museo Nacional de Bellas Artes y el martes próximo el tercero, en el Centro Cultural Coreano. Aún se están definiendo las fechas de las proyecciones que se exhibirán en el Xirgu Espacio Untref, en San Telmo.La intervención de Kimsooja sobre las ventanas del Hotel de Inmigrantes produce un colorido efecto al filtrar la luz (Ricardo Pristupluk/)En el Hotel de Inmigrantes, la imperdible muestra de esta artista –que incluye también intervenciones, objetos y videoinstalaciones, bajo el título El encuentro con el otro- convive con otras seis relacionadas sobre todo con los tránsitos, las migraciones, los modos de habitar y la conciencia ecológica. “La frontera nos une”, y “¡Puentes sí, muros no!”, dicen por ejemplo las frases escritas por Marcelo Brodsky sobre una imagen aérea tomada en la frontera entre Venezuela y Colombia, una de las obras que conforman la exposición Entre nosotros y los otros: Juntos Aparte.Los Bottari, objetos característicos del universo femenino en Corea, inspiran obras de Kimsooja (Ricardo Pristupluk/)Formas de salvar al mundo, de la cubana Glenda León, consiste en un pizarrón con las fronteras del mundo dibujadas con marcador. En este caso la artista no nos invita a meditar sobre la arcilla, como Kimsooja, sino a borrar esas líneas políticas para “abrir las puertas a formas alternativas de ver y pensar el mundo, y nuestro lugar en él”. La pandemia, en ese sentido, tal vez nos haya ayudado un poco.Panóptico_frontera 601, videoinstalación de la artista argentina Nora Ancarola, se inspira en las investigaciones sobre los dispositivos disciplinarios realizadas por Michel Foucault (Ricardo Pristupluk/)Para agendar:Siete exposiciones con artistas y curadores de distintos países, relacionadas con los tránsitos y las migraciones, los modos de habitar y la conciencia ecológica se presentan hasta diciembre en el KM 0 de Bianlsur, en el Hotel de Inmigrantes (Av. Antártida Argentina 1355). Las visitas son con reserva previa, a través de la aplicación móvil Museum View Muntref o por mail: visitasmuntref@untref.edu.ar
Fuente: La Nación