El Gobierno de Filipinas ha anunciado este martes la relajación de algunas restricciones impuestas por la COVID-19, en un intento de estimular la economía del país a pesar del alto número de contagios registrados en los últimos días.El alivio de las restricciones comenzará el jueves, bajo un nuevo sistema piloto que se probará en Manila, una metrópolis de 13 millones de habitantes, según ha anunciado el portavoz presidencial, Harry Roque.El nuevo sistema prevé que únicamente áreas consideradas críticas estén bajo estricto confinamiento. En estas zonas, únicamente los trabajadores sanitarios, personal de seguridad o personas con emergencias médicas podrán abandonar sus domicilios.El resto de la región de Metro Manila se encontrará bajo una alerta de seguridad que permite a restaurantes, peluquerías o iglesias, entre otras instalaciones, operar al 30 por ciento de su capacidad si ofrecen sus servicios en exteriores, según las indicaciones emitidas por el grupo de trabajo gubernamental que se encarga de luchar contra la COVID-19 en Filipinas.Las comidas y cenas en interiores y los servicios de cuidado personal y religiosos están limitados al 10 por ciento de su capacidad y únicamente pueden acudir a estos sitios personas con la pauta completa de vacunación.Mientras, el toque de queda se ha reducido a seis horas, desde las 22.00 horas (hora local) hasta las 4.00, pero los establecimientos de entretenimiento y recreacionales no estarán aún autorizados para operar.Las autoridades sanitarias filipinas han registrado este martes 18.056 nuevos contagios de COVID-19, que han elevado el total hasta superar los 2,2 millones de casos desde que comenzó la pandemia. Además, las autoridades han contabilizado más de 200 fallecimientos a causa de la enfermedad en las últimas 24 horas. Hasta ahora, más de 35.500 personas han muerto en Filipinas a causa de la COVID-19.
Fuente: La Nación