El médico Facundo Manes es un enigma para la política, pero él no se siente un outsider. Frente a la crisis “multidimensional” que generó la pandemia del coronavirus en el país, y con el respaldo unánime de los popes de la UCR, el neurólogo y neurocientífico sintió que era el momento de probarse por primera vez como candidato en las próximas legislativas.Manes se siente preparado para el desafío en Buenos Aires, epicentro de la batalla electoral por el control del Congreso. Repite que la política necesita una “renovación” y que busca aportar su “granito de arena” para sacar a la Argentina de la “decadencia”.En una entrevista con LA NACION, el médico remarca que ni Mauricio Macri ni Cristina Kirchner “lograron unir a los argentinos”. “Yo vengo a discutir el futuro de la oposición y dar un salto cualitativo. Esto no da para más: la grieta nos embrutece y empobrece”, asegura Manes, quien conversó ayer con el expresidente. “Me dijo que no lea las redes sociales, porque hay muchos trolls”, cuenta, entre risas.En la antesala de la interna de Juntos con Diego Santilli (Pro), Manes dice que no teme ser blanco del “fuego amigo”, pero le envía un mensaje al jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. “Esta interna es David contra Goliat. Espero que no se gasten los impuestos de los porteños en la campaña”, apunta.Manes elude confirmar su ambición de pelear por la presidencia en 2023, pero avisa: “Quiero ser parte de un proyecto colectivo. Mi lugar no importa: puedo ser el cadete o limpiar el baño”.-En términos médicos, ¿cuál es la causa de la enfermedad que padece la Argentina -estancamiento, pobreza, inflación y falta de desarrollo- desde hace décadas?-En la Argentina crecimos con dos ideas que son mentiras: no somos un país rico en recursos naturales -estamos en el puesto 47 per cápita- y tampoco estamos en vías de desarrollo, porque no invertimos en el cerebro de la gente, en nutrición, educación, salud, ciencia y tecnología. La Argentina tiene anosognosia: no reconoce que es un país pobre o que la economía es el cerebro de los ciudadanos. Nuestro mayor problema es que no tenemos un plan de tratamiento.En la Argentina discutimos los síntomas (la inflación o el dólar), pero no debatimos el desarrollo.Facundo Manes, durante la entrevista con LA NACION
(Alejandro Guyot/)-¿La responsabilidad de la “decadencia” argentina solo radica en el nivel de su dirigencia política? ¿O la carga también pesa sobre los empresarios y gremialistas?-Todos somos responsables. Por eso, acá nadie puede tirar la primera piedra. Los datos de la decadencia argentina son obvios. No podemos echarle la culpa a uno: todos somos responsables de esta decadencia y todos lo vamos a solucionar. Tiene que haber un proyecto como fue la construcción de la democracia. Fue el último proyecto colectivo. Hoy, necesitamos encarar la modernidad. Si seguimos discutiendo los síntomas, vamos a estar con más pobres y desigualdad en diez años. El desafío histórico es cambiar el rumbo. Como lo hicimos con la democracia, tenemos que buscar el progreso.-¿Falta imaginación, capacidad de decisión o un método “científico” en “la clase política”?-Primero, yo no soy un outsider, creo en la política. Como en la ciencia o medicina, en la política hay buenos y malos dirigentes. Yo creo en la política como la mejor herramienta para transformar a la sociedad. Vengo a aportar, a dar un paso ciudadano para oxigenar, unir y debatir una agenda nueva. Creo que hay que renovar la política. Se viene un nuevo mundo -y un nuevo país- y necesitamos respuestas innovadoras y honestas. No se van a poder resolver los problemas que estamos enfrentando con las mismas prácticas de siempre.-En años electorales siempre aparecen representantes de la sociedad civil que se involucran en política. ¿Por qué su experiencia puede ser exitosa?-No lo tomo en forma personal. Este es un proyecto colectivo, que ya es exitoso, porque se ha generado una dinámica que me excede. Hay un partido que se puso de pie y quiere liderar la coalición. Y ya se planteó un debate sobre la identidad de la oposición. Eso ya es una ganancia total, que me excede.A diferencia de lo que muchos me acusaban, yo soy alguien que juega en equipo. La ciencia trabaja en equipo. Yo tengo dos pasiones: estudiar el cerebro y mi país. Siempre estuve comprometido, pero llegó la hora de dar un paso. No solo el mío, todos. Estamos frente a la peor crisis de la historia en un país frágil, pobre. Necesitamos una salida colectiva.Facundo Manes (Alejandro Guyot/)-Apelo a su memoria. ¿Por qué se involucró en la interna radical? ¿Lo motivó el “despertar” de la UCR o vio algo en un sector del partido que no le gustó?-Yo no sería quién soy sin mi hermano Gastón. Es mi mejor amigo, es un dirigente radical de toda la vida y ya es importante en la provincia. Y él sintió que tenía que participar en la interna con Maxi Abad, para que el radicalismo le dé otra impronta a la coalición. Si bien la oposición [por Posse y Lousteau] decía eso mismo, era confuso porque ellos estaban con alianzas en la Capital. Creímos que participando iba a ser el primer paso para que el radicalismo sea el eje vertebral que convoque, como fue con la democracia, a la modernidad a todos los sectores.-¿Usted decidió ser candidato porque María Eugenia Vidal se fue de la provincia?-No. Todos los máximos dirigentes del radicalismo vinieron a verme para pedirme que fuera candidato. Yo les dije que teníamos que comprometernos todos, pero que yo lo iba a hacer si el radicalismo estaba dispuesto a discutir la identidad opositora y el proyecto de país para la prosperidad. Y me encontré con un radicalismo con ganas de liderar una coalición centro popular y, sobre todo, de convocar a todos los sectores, como el peronismo y GEN.Me decidí por un conjunto de factores: el contexto de pandemia, mi intención de ayudar a mi país, un partido histórico que me pide ser candidato y que ese espacio quiere convocar a todos los sectores en una agenda moderna.-Habla de un radicalismo de pie, que está decidido a pelear el liderazgo de la coalición.-Y pelear por la identidad y el proyecto de país. Más que el liderazgo, tenemos que ver qué país queremos. Quiero discutir el desarrollo con todos. En la política hay que discutir el tratamiento.-Respecto del proyecto de país, ¿usted tiene diferencias de fondo con Pro en ese punto?-Yo quiero un país en el que haya una revolución educativa, científica y tecnológica. Hoy, la economía del mundo es la capacidad de innovar, crear y el cerebro de los ciudadanos. La mayor discusión económica entre los países es por los sistemas educativos, científicos y tecnológicos. Y yo también quiero unir a los argentinos. Eso no se logró en el último período de Cambiemos. Yo me hago cargo de la coalición, pero quiero un salto cualitativo. Tenemos dos desafíos: plantear una agenda de desarrollo basada en una revolución educativa, científica y tecnológica, y unir a los argentinos. Yo vengo a discutir el futuro de la oposición y dar un salto cualitativo. Esto no da para más: la grieta nos embrutece y empobrece.-¿Tiene diferencias con Pro?-Te estoy diciendo eso. No logró unir a los argentinos ni impulsar esa revolución educativa, científica y tecnológica. Pero hay que hacerlo. El problema no es Pro, sino que la coalición tiene que ser dinámica y todos los sectores tienen que aportar. Lamentablemente, vi un radicalismo que no aportó lo que me hubiera gustado a la coalición Cambiemos.-Ahora voy por la emoción. ¿Usted tiene una cuestión personal con el macrismo?-Macri me llamó ayer.Facundo Manes (Alejandro Guyot/)-¿Qué le dijo?-Me felicitó por la decisión. Me dijo que no lea los diarios ni las redes. Y que haga los deberes y no me estrese. Yo le respondí: ‘en casa de herrero, cuchillo de palo’. Mi cuestión personal es con la decadencia argentina. Hay que hablarles a los jóvenes, con quienes tenemos una deuda de inspiración. A los 14 años, yo tuve el privilegio de tener a una figura como Raúl Alfonsín y la democracia. Eso me dio un sueño colectivo que los más jóvenes no vivieron. Yo quiere que ese sueño lo vea ahora un joven hacia la modernidad.-¿Macri y Cristina no fueron un fuente de inspiración para jóvenes?-No han logrado unir a los argentinos. El cambio de rumbo argentino tiene que ser entre todos, con un acuerdo parlamentario. El problema es creer que una sola coalición va a tener la verdad. Esto se hace entre la mayor cantidad de argentinos posibles.-Macri le dijo que no mire las redes.-Me dijo que hay muchos trolls [risas].-El Pro instaló que rechazó ser candidato de Vidal por “ego”, que no quería ir tercero en la boleta. ¿Le molestó cómo lo trataron después de su negativa?-En febrero de 2016, me llamó Vidal y empezamos a hablar. Le dije que la podía ayudar haciéndole un reporte –se llamó “Capital mental”- que hicimos con varios expertos en educación, nutrición y salud. Después hubo un rumor durante un año que iba a ser candidato. Dos o tres días antes me lo plantearon y no entendí bien para qué. Ahora, hay un para qué. Yo me muevo por propósitos e ideas, no por cuestiones personales. No me mueven cargos o mezquindades, sino proyectos.-¿Usted pretendía tener autonomía en la campaña de 2017 para criticar la gestión de Macri en ciencia y tecnología?-No entendí para qué era. Vi que la estrategia de campaña era otra. Pero no lo tomé personal.-¿Las áreas de Salud, Educación y Ciencia fueron una prioridad para Macri y Vidal?-Yo creo que tenemos que mirar el futuro. En la Argentina estamos obsesionados con el pasado. Desde 2001 vengo diciendo que el desarrollo de una sociedad está en la inversión en el desarrollo humano, en ciencia y tecnología. No quiero discutir por qué no se hizo, porque acá no lo hizo nadie. Por eso soy optimista con la Argentina: es un paciente sin el tratamiento correcto.-Va a competir con Diego Santilli, que tiene el apoyo de Larreta. ¿Vas a enfrentar el aparato del gobierno de la ciudad en esta campaña?-Como dijo Joaquín de la Torre: es David contra Goliat.-¿Es “David contra Goliat” esta campaña contra Santilli?-Es David contra Goliat, sin dudas. Apropósito quiero una campaña lo más austera posible, porque estamos en una pandemia y no se pueden gastar millones de pesos. Espero que no se gasten los impuestos de los porteños en la campaña.Facundo Manes (Alejandro Guyot/)-¿Larreta puede usar los fondos de los porteños para la campaña?-No sé. Digo que espero que sea una campaña muy austera porque estamos en una pandemia y un país pobre. Por eso, mi aceptación fue un video con un celular y una selfie.-En su lista tiene a varios socios de Larreta en la Ciudad: Lousteau, Monzó o Stolbizer.-Lousteau no está en mi lista. Es un amigo.-¿No apoya a tu sector?-Sí, pero él no está en la lista.-Pero Danya Tavela es de Evolución.-[Muestra una foto con Tavela de 2015]. Con Danya es una mujer comprometida. En la lista hay gente del GEN, peronismo y radicalismo. Lo importante no es de dónde venimos, sino hacia dónde vamos. Todos en la lista quiere ir a la Argentina moderna y que quiere progresar, no discutir el sub-desarrollo sustentable.-¿Qué opina del acuerdo entre Lousteau y Larreta en la Ciudad? Dice que no lo enfrentó porque están integrados-Pienso que Lousteau es un valor para el radicalismo. Es una de las personas clave para que la oposición presente una alternativa diferente en 2023.-Dice que va a debatir la modernidad. Usted lleva en su lista a Jesús Cariglino, un exintendente peronista. ¿Se puede cambiar la Argentina sin pactar con la vieja política?-La Argentina se debe cambiar con los argentinos. La lista es diversa, plural y representa la Argentina. Representa diferentes sectores, gente con experiencia en gestión. Y todos quieren el país que planteo. Todo el mundo quiere una Argentina moderna y basada en el conocimiento. Y eso lo tenemos que hacer con los argentinos, no lo podemos hacer con noruegos.-¿Le hubiese gustado encabezar una lista de consenso o prefería enfrentar al macrismo?-No me muevo por estrategias electorales, sino proyectos. Es importante que la identidad se discuta en la oposición, que ofrezca una nueva agenda de desarrollo y no solo ser anti. Yo soy así y eso no hubiera cambiado en una lista de unidad o con una interna. La interna es una excelente oportunidad para que la oposición se fortalezca, debate su identidad y ofrezca a la sociedad soluciones concretas del país que merecemos.-¿Juntos por el Cambio necesita reconfigurarse?-Sin duda. Y necesita discutir una nueva agenda de desarrollo.-¿Teme sufrir campaña sucia o fuego amigo?-Cuando uno tiene una misión, las críticas no importan. Estoy para tratar de aportar mi granito de arena a una construcción colectiva que nos saque de la decadencia. En ese contexto una crítica o un troll, no me importan ni me sacan del eje.-¿Cristina Kirchner o La Cámpora le ofrecieron ser candidato? ¿Hubiera competido con ellos?-La única relación que tuve con Cristina Kirchner fue ser su médico. Desde 2013 no tuve contacto con ella.-Ahora apelo a sus sueños. ¿Usted quiere ser presidente en 2023?-Quiero ser parte de un proyecto colectivo que cambie a la Argentina del rumbo decadente y la lleve al progreso. El lugar no importa: puedo ser el cadete o limpiar el baño en ese proyecto colectivo.-¿Le sorprendió que Carrió dijera que usted quiere llegar a la Casa Rosada en helicóptero?-La doctora Carrió me vino a ofrecer ser candidato a vicepresidente de ella en 2015. Yo cambié nada desde 2015 hasta acá.-¿Ella cambió?-No. Yo no cambié nada y tampoco creo que hay que llevarlo a cuestiones personales. Tenemos que debatir que nos va a sacar de esta involución crónica.-Ella lo había apoyado cuando se lanzó. ¿Pasó algo en ese almuerzo en Exaltación de la Cruz?-No, tuvimos una muy buena charla. Pero tenés que preguntarle a la doctora Carrió. Lo único que puedo recordarte es que me ofreció ser su candidato a vice en 2015.Noticia en desarrollo
Fuente: La Nación