Ubicado en el parque industrial de Pergamino, la firma Rizobacter inauguró su laboratorio que evaluará el impacto de las tecnologías que se utilizan en las aplicaciones agrícolas. Invirtió para ello unos US$550.000.Según indicó la empresa, se busca “recabar datos objetivos sobre la performance de fitosanitarios y adyuvantes, tanto de síntesis química cómo biológica, que se aplican para sostener la sanidad de los cultivos”.Se indicó que se estima que un 70% de la performance de un fitosanitario está condicionada por la calidad de la aplicación. “Los adyuvantes son un insumo estratégico para mejorar los niveles de eficacia y certeza de las herramientas de control químico y biológico, la compatibilidad de las recetas y el control de la técnica de pulverización”, señaló la empresa.El valor de la soja acumula una baja del 10,4% en Chicago en lo que va de junio“Por otro lado, se estima que en Argentina existen más de 5 millones de hectáreas en condiciones de aplicación periurbana o de áreas sensibles. La sociedad y las normas exigen técnicas de aplicación muy precisas en estas condiciones, cada vez más frecuentes”, agregó.En este contexto, Juan Pablo Timpone, responsable global de la línea de adyuvantes de la empresa, señaló: “Las aplicaciones agrícolas constituyen un eslabón de la cadena productiva que está requiriendo un mayor análisis, para responder con la precisión de la agricultura moderna, tanto a las necesidades de los cultivos como a las regulaciones que buscan minimizar el impacto de la práctica sobre el ambiente”.MecanismosPrecisó que se creó el Laboratorio para la Evaluación de Adyuvantes y Formulaciones (LEAF), “un servicio con alto valor agregado dirigido a productores, ingenieros agrónomos, estudiantes y también investigadores interesados en evaluar el impacto de las tecnologías sobre la calidad de las aplicaciones, mediante la utilización de equipamiento de avanzada”.En el laboratorio “se establecerán mecanismos para medir cuali y cuantitativamente el desempeño de los productos y así determinar, de manera objetiva y certera, cuál es la técnica y la tecnología de aplicación fitosanitaria más eficiente para cada planteo, desde el punto de vista ambiental y productivo”.“Además, el instrumental disponible permitirá determinar cómo las características del ambiente – como calidad de agua, temperatura y humedad- pueden afectar la eficiencia de las aplicaciones agrícolas. Con estos datos, luego se buscará demostrar la acción de las tecnologías adyuvantes para sobrepasar las adversidades que se presenten durante la práctica”, remarcó la empresa.En este sentido, contará con un “analizador de agua” con una capacidad operativa que multiplica por diez el actual servicio que brinda la firma. “Por esta capacidad ampliada, se abre la posibilidad de hacer un mapeo de la calidad de agua de todas las regiones productivas de Argentina, construyendo así una base de información dinámica y georreferenciada, con beneficios múltiples desde el punto de vista productivo y social”, precisó.

Fuente: La Nación

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