Ante la inminente llegada del verano, las altas temperaturas y la escasez de lluvia que favorecen las condiciones de sequía, esos factores en conjunto alientan el aumento de algunas especies de tucuras, insectos similares a las langostas. Motivo por el cual, técnicos de INTA recomiendan la adopción temprana de prácticas de manejo para evitar el avance de esta plaga.
En el país existen 203 especies de tucuras y langostas distribuidas por la mayoría de las provincias, de las cuales 14 podrían generar daños de relevancia económica. Entre las más dañinas, se destacan las especies Dichroplus maculipennis (de alas manchadas) y D. elongatus, ya que no sólo atacan gramíneas sino también leguminosas y cultivos.
La falta de laboreo de los suelos es un factor preponderante en el aumento de las tucuras, situación que, en sequías prolongadas, favorecen aún más su supervivencia y desarrollo posterior.
MUESTREO Y APLICACIÓN 
Las consideraciones que se enuncian a continuación se deben tomar, exclusivamente, como comentarios orientativos para tomar algún criterio antes de realizar un control.
Una especie de tucura constituye una plaga cuando registra una cierta densidad de insectos por metro cuadrado. La cantidad de individuos por metro cuadrado determina el umbral de intervención, para la aplicación de algún método de control.

Campo natural: ±20 tucuras/m2
Pasturas perennes

En implantación: ±3 a 5 tucuras/m2
De más de un año: ±10 A 12 tucuras/m2.

Cultivos de cosecha: soja, girasol, sorgo y maíz

Si las tucuras todavía no entraron al lote, se aconseja hacer un cerco o barrera perimetral.
Si las tucuras entraron al lote puede haber dos variantes:
Que se encuentren en “focos”: aplicar insecticida cuando se observen ±5% de plantas dañadas. Si el cultivo está en pleno crecimiento, 1 o 2 tucuras/m2 pueden hacer grandes daños.
Que se encuentren diseminadas en todo el potrero. El criterio para aplicar insecticida dependerá del estado del cultivo, del daño que se observe en el mismo y de los estadios de la plaga. Cuando el cultivo tiene poco desarrollo 1 o 2 tucuras/m2 pueden causar grandes daños. Si el cultivo está desarrollado (en etapa de floración o granazón), a veces no se aconseja tratar químicamente o solo si hay más 5 o 8 tucuras/m2 .

Moha, mijo o sorgo (u otro cultivo de verano)

Altura menor de 30 cm: ±3 a 5 tucuras/m2
Altura mayor de 30 cm: ±10 a 12 tucuras/m2
“Estas densidades de tucuras pueden generar importantes pérdidas en pasturas y/o cultivos y ocasionar, por ejemplo, el deterioro de las hojas tiernas y de los brotes hasta impedir su rebrote y provocar su muerte”, señaló Valeria Fernández Arhex, especialista del INTA. Además, aseguró que la actividad de estos insectos podría afectar la ganadería, ya que compiten por el alimento y, más aún, durante épocas de escasez de pastos.
El muestreo se debe realizar en días de sol, sin viento, entre 9,30 y 18,30 hs. con temperatura superior a 23 ºC.
Cabe destacar que como “regla general”, se recomienda controlar químicamente los “focos” en el potrero, calles o zonas perimetrales cuando se observen tucuras en diferentes estadios para evitar que se difunda la plaga. Ante cualquier duda consultar siempre a un ingeniero agrónomo para evaluar los peligros y oriente sobre cuál es la estrategia más adecuada.
Y en todos los casos se debe tratar químicamente, solamente, cuando se observen tucuras en diferentes estadios (mosquitas, saltonas y menor al 20% de adultos), para evitar mayores daños y la postura de huevos.
Estrategias de monitoreo
Fernández Arhex aconsejó revisar los mallines durante el invierno en busca de los huevos, acción que facilita la detección de los focos de ninfas en primavera.
Durante estos períodos ninfales, los cuales se extienden por varias semanas según la especie y la temperatura del ambiente, las tucuras se conocen como “mosquitas” dado su tamaño diminuto.
“Ese es el mejor momento para localizarlas y controlarlas, ya que, al tener poco desarrolladas las patas para el salto y carecer de alas, no se alejan demasiado de la zona de nacimiento”, observó. Según indicó, se recomienda combatir los focos ninfales con los insecticidas autorizados por Senasa a través de pulverizaciones localizadas.
De igual modo, la especialista sugirió dejar que algunos depredadores como las aves insectívoras (pavos, gallinas y aves rapaces) que se encuentren en la región, permanezcan en los mallines ya que actúan como agentes de control biológico. Cabe aclarar que las aves deben ser apartadas de los mallines durante la aplicación de los insecticidas.
En el siguiente estadio, cuya duración ronda entre dos y tres semanas según la especie y el clima, las tucuras se denominan “saltonas” por su capacidad de desplazamiento y, posteriormente, “voladoras” cuando ya desarrollan las alas (lapso de entre 30 y 90 días en el que se reproducen). En estas etapas, se aconseja el empleo de un cebo tóxico compuesto por un atrayente alimenticio como el afrechillo de trigo e insecticida.
“Dejar el control para cuando los insectos vuelan es tarde, porque, al ser adultas, no sólo consumieron parte del mallín, sino que pusieron los huevos para la temporada siguiente”, señaló. No obstante, destacó que, al tratarse de insectos nativos del ecosistema, “el desafío no es exterminarlos, sino mantener sus densidades poblacionales por debajo del umbral de daño”.
Además, indicó que, como la mayoría de los insectos, el pico máximo de actividad de las tucuras es al mediodía, cuando hace más calor. A medida que comienza a oscurecer, estas dejan de alimentarse y se refugian en los arbustos ubicados en los bordes de los mallines.
“Otra recomendación es conservar los mallines húmedos, ya que la sequía causa la muerte de algunos microorganismos –como bacterias y hongos– que se alimentan de los huevos de las tucuras y eso favorece su nacimiento”, agregó.
Asimismo, remarcó la importancia de la rotación del ganado para permitir que el mallín recupere la vegetación.
“Las tucuras pueden destruir todos los cultivos que tengan disponibles. Y el ataque es más feroz sobre los cultivos agrícolas cuando por efecto de fuertes sequías los campos naturales y pasturas tienen poca producción de pasto, haciendo que las tucuras busquen otros forrajes que estén cerca, entre ellos los cultivos de fina o gruesa”, añadió.
TUCURA VS. LANGOSTA

Fuente: InfoCampo

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