El dato es preocupante: se registró que cada vez más niños ingieren metales. De hecho, tal como reflejó The Guardian en un artículo, en Londres, esta cifra es cinco veces mayor a lo que era cinco años atrás, lo que derivó en un incremento significativo de las admisiones hospitalarias causadas por esto.Muchas veces que los niños ingieran metales no produce -directamente- grandes complicaciones. Sin embargo, el riesgo se potencia ante la presencia de elementos como baterías, pequeños imanes o unidades de disco duro, entre otros.Los empleadores podrán exigir el retorno a la presencialidad de los vacunadosEl doctor Hemanshoo Thakkar, del departamento de cirugía pediátrica del Hospital de Niños Evelina de Londres (Evelina London Children’s hospital) y de la fundación Guy’s and St Thomas’ NHS (Guy’s and St Thomas’ NHS foundation trust), habló con el medio inglés y consideró que algo que podría explicar este aumento es la popularización de ciertos juguetes y el marketing digital aplicado sobre ellos. “Mucho de esto se debe a la forma en que se comercializan”, enfatizó entonces.Así, cuestionó el uso de redes sociales como YouTube por promover el consumo de los mismos sin alertar sobre sus riesgos, y apuntó directamente contra un juguete que consiste de unas pelotas magnéticas que pueden cambiar de forma.Polémico: el tuit de Cancillería sobre la violencia entre Israel y HamasEl análisis planteado por The Guardian compara lo sucedido entre enero de 2016 y diciembre de 2020, período en el que 251 niños fueron admitidos en centros quirúrgicos en el sureste de Inglaterra. De ese total, 93 ingirieron monedas, 52 imanes y 42 baterías (de esas pequeñas y redondas).Los casos van desde niños de 4 meses a adolescentes de 16, lo cual es llamativo considerando que suelen ser juguetes para niños de más de 14 años.
Fuente: La Nación