Sucedió en mayo de 2021. Junto a su mujer y a sus dos hijos, Aldo Raimondi decidió emprender un viaje desde Utrera -su nuevo lugar de residencia en España- hasta Cádiz, sin imaginar que estaría a punto de recuperar algo de aquello que con pesar había dejado atrás en la Argentina.Ya conocían Cádiz, la primera vez habían llegado en tren y recorrieron a pie su fascinante casco antiguo, y experimentaron los vientos irreverentes de la ciudad, la amabilidad y sencillez de los gaditanos, y algunas de sus playas más populares, como Santa María y La Caleta, esta última reconocida por formar parte del film “Otro día para morir”, de la saga de James Bond.La Caleta y la ciudad antigua de Cádiz de fondo.Pero aquel día de mayo fue diferente. Un año había pasado y esta vez arribaron en auto, lo que les permitió recorrer con mayor profundidad la costanera y encontrar un rincón mágico, que Aldo bautizó el paraíso: la Playa de la Victoria.“El día que conocí la Playa de la Victoria fue emoción pura”, se conmueve. “Me maravillé al encontrarme con costas extensas y anchas, que me trasladaron directamente a Monte Hermoso, nuestro lugar de origen. Un sinfín de sentimientos me atravesaron y nos quedamos hasta la puesta del sol, lo que me provocó una sensación única. Sinceramente fue como estar viendo el atardecer en la ciudad que me vio crecer y donde viví por 45 años. Fue muy movilizante. Lloré, disfruté y agradecí haber podido encontrar mi otro lugar en el mundo”.La Playa de la Victoria transportó a Aldo a su Monte Hermoso natal.Emigrar de Monte Hermoso a SevillaEn octubre se cumplirán dos años desde que Aldo dejó su Monte Hermoso natal, una ciudad a 100 km de Bahía Blanca, bañada por el océano Atlántico y que ama con su alma.Llegó a España a sus 45 años, tres meses antes de que lo hiciera su familia, gracias a un programa llamado VISAR (cancelado por el momento): “Fui seleccionado por el gobierno español; este programa está destinado a hijos y nietos de españoles que quieren venir a vivir a España, trabajar y alcanzar la ciudadanía española”, revela. “Dejé atrás más de veintisiete años en la televisión de mi localidad argentina, así como catorce años de docencia. Decidimos lanzarnos a la aventura con mi familia y radicarnos en Utrera, a 24 km de Sevilla, cuna del flamenco y el toro bravo”, continúa con una sonrisa.El mate está siempre presente en la Playa de la Victoria.Pero a pesar del entusiasmo y la esperanza de un futuro prometedor, para Aldo, el desarraigo resultó una experiencia compleja, impregnada de desafíos inesperados y tardes de añoranza. Las noches, entonces, solían arribar con cierta nostalgia inevitable hacia sus aguas atlánticas, y las postales serenas y extensas de la playa de Monte Hermoso. Pero, gracias a sus ávidas ganas de conocer los paisajes de su país adoptivo, la familia Raimondi halló no tan lejos de su nueva residencia un paraje con aires a hogar y sabor a propio.Vivir en Sevilla: “Tenemos una imagen del argentino amable que tal vez perdimos”La familia Raimondi en la Playa de la Victoria.Cádiz y Playa la Victoria, un lugar para reencontrarse con los orígenes argentinosCada vez que puede, Aldo le propone a su familia recorrer los 100 km que separan a Utrera de Cádiz capital, para reencontrarse con la Playa de la Victoria, un lugar de extensa arena, suave declive en el mar, recortes de la ciudad y del fuerte San Sebastián en el horizonte, y atardeceres sobre el océano Atlántico.“La provincia de Cádiz, me atrevo a decir, es la mejor o está entre las mejores de España. Desde Sanlúcar de Barrameda hasta Tarifa, todas las playas son increíbles. Se compone por ciudades romanas junto al mar – como en la playa de Bolonia- y es increíble ver el Atlántico y el Mediterráneo, separados por tan solo diez metros en Tarifa, así como encontrarse con un teatro romano mirando al mar, en Cádiz. Estas son tan solo algunas de las muchas sorpresas que tienen estas localidades andaluzas”.La playa de la Victoria es un balneario extenso, urbano, muy completo en sus servicios.“Regresando a mi rincón favorito, la Playa de la Victoria tiene unos tres kilómetros de extensión y un ancho aproximado de doscientos metros. Allí hay chiringuitos, zonas recreativas, servicios sanitarios impecables, así como duchas y limpia pies en casi todas sus bajadas”, describe. “También posee una rambla preciosa para recorrerla y disfrutar de una feria o de su variada oferta gastronómica”.“Dejar mi tierra no fue fácil y conocer esta playa fue como reencontrarme con mis orígenes de Monte Hermoso, donde el sol nace y muere en el mar. El atardecer es un espectáculo precioso y me emociona observarlo y sentirme como en casa, cerca de mi Argentina”.Los atardeceres en Cádiz trasladan a la familia Raimondi a Monte Hermoso.***En breves postales, “Mi Rincón Favorito” es una sección que invita a todos los argentinos (de acá y del mundo) a compartir su lugar preferido en el suelo que hoy habitan, ya sea un paisaje, un museo, un restaurante, o un rincón perdido. Tal vez, entre todos, podamos descubrir un poco más de la Argentina y el resto del planeta. Si tenés un rincón favorito para compartir podés escribir a mirinconfavoritoLN@gmail.com.
Fuente: La Nación