Aunque falta para terminar la temporada de exportación, en comparación con el año pasado la Argentina ya duplicó la cantidad de limones frescos colocados en los Estados Unidos. Según datos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), a los que tuvo acceso LA NACION, mientras que en todo el año pasado se exportaron 33.536 toneladas de la fruta fresca, en lo que va de 2021 se vendieron 72.981 toneladas.Este es el tercer año en que el país exporta a los Estados Unidos luego de la reapertura de ese mercado. La Argentina colocó limones en EE.UU. hasta 2001, cuando un fallo judicial dejó afuera al producto en medio de la presión de productores de California que lo cuestionaban. El mercado se reabrió en diciembre de 2016, pero recién en agosto de 2017 quedó operativo luego de sucesivas demoras del gobierno de Donald Trump. En ese momento, a cambio la Argentina aceptó el ingreso de carne porcina de EE.UU.“Si bien todavía se está terminando de cerrar la campaña y no tenemos los números finales de las exportaciones de los derivados, las proyecciones indican que el volumen exportado llega a los 70 millones de dólares aproximadamente, siendo que el año pasado fue de aproximadamente 30 millones de dólares”, sostuvo en diálogo con LA NACION, en referencia al valor de las ventas a Estados Unidos, Pablo Padilla, presidente de la Asociación de Citricultores del Noroeste Argentino (Acnoa).En el sector destacan que este año se produjo una oportunidad para que el limón argentino gane terreno en medio de varios factores que confluyeron. “Hubo un faltante de fruta en California, algunas demoras en las cargas de Chile y una disminución de la producción en México por una fuerte helada; entonces, hubo mayor espacio para el limón argentino”, explicó el dirigente.El Gobierno debe compensaciones por la soja a más de 5700 productores“La Argentina es un jugador responsable e importante en los mercados internacionales. Tanto en Europa (como bloque continúa siendo el mayor demandante del país) como en Estados Unidos tratamos de dar ofertas inteligentes y complementarias a los limones locales de cada mercado”, señaló Padilla.Ejemplificó que en Europa, cuando se terminó el limón español, se generó un espacio para el producto importado. Lo mismo ocurrió con las oportunidades que se presentaron en EE.UU.“Seguramente la Argentina intentará ocupar ese espacio libre que deja California, siempre y cuando la calidad del limón argentino lo permita, porque hay veces que tenés las intenciones y, si no está la calidad, hay que disminuir los volúmenes”, explicó el dirigente, que además analizó de cara a 2022: “Creemos que en Estados Unidos ya hemos generado un volumen necesario y no tenemos certezas de que se vaya a repetir la situación de este año. Todo va a depender de la oferta del limón americano, porque si hay mucha oferta local, la Argentina será más prudente y esos volúmenes serán redireccionados a nuevos mercados que se están desarrollando”.En este contexto, Padilla explicó que los esfuerzos del sector están en crecer en Vietnam y, posiblemente, en India. Además, potenciar el mercado de China, que ya muestra números muy alentadores.Con tres perros cosecha un “diamante negro” que vale US$2000 el kiloEn efecto, en agosto pasado se cumplió un año de que se concretó la llegada del primer cargamento de limones a China. “Ahora nuestro nuevo desafío es crecer aún más; este año arrancamos con exportaciones más fuertes”, expresó. Según fuentes del Senasa, a ese mercado se colocaron hasta el momento 5064 toneladas, muy por encima de las 420 toneladas de 2020.Para Padilla, en cuanto a la producción interna, “no sería prudente seguir expandiendo la superficie argentina con las plantaciones” más allá de las que ya se hicieron en Tucumán, Salta y Jujuy”. Explicó que hay un crecimiento proyecto para los próximos 10 años que “es más que suficiente” para atender los mercados externos.“Se escuchan que hay algunos proyectos en la provincia de Corrientes, lo cual consideramos que no sería recomendable porque estaríamos entrando en zonas de sobreoferta que afectarían la rentabilidad en general del sector”, señaló.
Fuente: La Nación