Alberto Fernández firmaba hoy un nuevo Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y prorrogaba por dos semanas la norma que establece un “semáforo” epidemiológico. El decreto fija así jurisdicciones de bajo, medio y alto riesgo o de “alarma epidemiológica”, con distinto nivel de restricciones de acuerdo a los indicadores sanitarios. Además, el Gobierno acotaba a 600 el cupo diario de personas que pueden ingresar al país por el aeropuerto de Ezeiza, lo que implica una fuerte reducción de los vuelos internacionales.El Gobierno estipuló que el DNU regirá por 15 días (hasta el 9 de julio), pero perderá vigencia en caso de que antes la cámara de Diputados sancione antes la ley que mandó el Poder Ejecutivo para administrar la pandemia.Esto es porque el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, renovó en las últimas horas su promesa a la Casa Rosada de intentar sancionar la ley la semana próxima. “Los votos están, es muy probable que salga”, fue el mensaje que transmitió, una vez más, el titular de Diputados. Hasta ahora, el proyecto estuvo empantanado porque el oficialismo no consiguió los votos de diputados aliados para aprobarlo. El texto de la iniciativa es prácticamente un calco del DNU que el Gobierno publicará esta noche.Hoy no hubo anuncios oficiales, pero se espera que el Presidente emita durante el fin de semana un mensaje grabado en el que se referirá a las víctimas del Covid y al riesgo de la tercera ola en la Argentina.Con una prórroga del DNU en “automático” -y sin cumplir con el ritual de videoconferencias con los epidemiólogos y los gobernadores- la discusión más agitada de las últimas horas estuvo centrada en qué medidas tomar para contener el ingreso y la propagación de la variante Delta a través de uno de sus probables portones de ingreso: Ezeiza.Se registró una fuerte caída en la confianza del GobiernoJunto al DNU, el Gobierno aprobará una decisión administrativa para reducir fuertemente la cantidad de argentinos que pueden ingresar por día al país: si hasta ayer volvían entre 1700 y 2000 viajeros por jornada, la nueva norma reducirá la frecuencia de vuelos diarios para llevar ese cupo a unos 600 ingresos diarios.Es decir: quienes viajen al exterior lo hará con la incertidumbre de su vuelo de regreso, que deberá estar sujeto a respetar ese flujo.En el mismo sentido, el Gobierno le pedirá a las provincias que redoble los controles para hacer respetar la cuarentena de siete días que los viajeros deben cumplir al regresar. Personal de la Dirección Nacional de Migraciones en conjunto con las fuerzas federales y provinciales harán inspecciones aleatorias en los domicilios para verificar que se respeten los confinamientos: caso contrario, corresponderá una denuncia penal.Camila Garcia llegó en un vuelo proveniente de Madrid; el ingreso de pasajeros del exterior preocupa por la propagacion de la variante delta (Tomás Cuesta/)Debate de medidasEsto es porque la variante Delta de Covid -que se disemina a toda velocidad por el mundo y que acecha a la Argentina- tiene en estado de alarma al Gobierno y derivó en ríspidos debates internos para definir medidas tendientes a bloquear su ingreso y retrasar su propagación en el país.El Gobierno entró en pánico cuando detectó, en un sondeo preliminar, que cuatro de cada diez viajeros que regresan al país incumplen la cuarentena obligatoria. Por lo tanto, están en riesgo de portar y transmitir la variante Delta aún cuando sus dos hisopados (el que se hicieron antes de volver y el que se realiza en Ezeiza) hayan dado negativo, ya que puede pasar que una persona tenga una carga viral baja al momento del testeo.Cerca de Alberto Fernández reconocen que es muy difícil que la Argentina quede exenta de sufrir la transmisión de esta variante pero aspiran a retrasar su diseminación lo máximo posible, de modo de tener más avanzada la vacunación.Fernández visitó por primera vez Córdoba como presidente y criticó al macrismoSegún pudo reconstruir LA NACION, el tema suscitó enérgicos debates internos. El gobierno de la provincia, a cargo de Axel Kicillof, y algunos funcionarios nacionales pidieron tomar medidas drásticas para desalentar el turismo internacional. Entre los borradores que circularon figuró la opción obligar a quienes salgan del país a regresar a la Argentina recién 90 días después. También circuló la idea de fijar cupos de 500 ingresos por día, y la obligatoriedad de cumplir una semana de cuarentena en hoteles al regresar (como en Canadá).Esa opción enfrenta dificultades logísticas: el “modelo Canadá” requiere un acondicionamiento especial de los hoteles y personal de salud de dedicación exclusiva. Por el otro, se evidencia una fuerte resistencia de los argentinos recién llegados a no volver a sus hogares. Cada jurisdicción definirá el formato de las cuarentenas.El presidente Alberto Fernández en Córdoba (Presidencia/)Respecto a unna restricción más severa del turismo internacional, en tanto, los funcionarios nacionales consideraron que podría derivar en múltiples planteos de inconstitucionalidad.Así, se impuso la alternativa de disminuir la frecuencia de vuelos y reforzar los controles de las cuarentenas en los domicilios. Los argentinos que hacen viajes internacionales deben realizarse un PCR antes de tomar el vuelo de regreso y otro en Ezeiza. Si su test da positivo, deben aislarse en hoteles para que se realice el estudio genómico de su caso y así detectar de qué cepa se trata. Si da negativo, debe cumplir en su domicilio una cuarentena de siete días y realizarse otro PCR más al culminar el confinamiento.AMBAMás allá del semáforo epidemiológico fijado por el Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta anunció el jueves la nueva fase en la Ciudad. El gobierno porteño habilitó los salones internos de restaurantes y bares, así como también los salones de fiestas y gimnasios con un aforo del 30% y cines y teatros con hasta el 50% del público. La escolaridad volverá a ser presencial en todos los niveles.En la provincia, Axel Kicillof aplicará su sistema de fases. En el conurbano seguirá vigente la fase 3, que permite la atención en locales gastronómicos hasta las 23 y con aforo en espacios interiores del 30%, y clases presenciales.

Fuente: La Nación

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