El emprendimiento que comenzó con cien pesos y una receta y hoy se encamina a ser un modelo de exportación

El caso de la panificadora bonaerense Pannet confirma la célebre frase: el secreto, siempre, está en el trabajo y la perseverancia. La empresa fundada en Florencio Varela por el emprendedor Antonio Bertasio en 2002 inauguró en Florencio Varela su nueva planta productiva de 3600 metros e inició un nuevo capítulo de su crecimiento para transformarse en una pyme exportadora. La planta , que requirió una inversión de 200 MM de pesos, le permitirá quintuplicar su producción. “Este es un día histórico para nosotros, porque la nueva planta nos permitirá consolidar el trabajo sostenido de muchos años para atender con una nueva capacidad productiva a los mercados entregando un producto noble, de calidad y de estándares ejemplares”, afirmó Bertasio, presidente de la compañía, al dejar inaugurado el complejo. La historia de Pannet es la historia del compromiso y la constancia. Bertasio sabía que la misión que se había propuesto en sus inicios, 20 años atrás, no sería simple. Pero también, que el premio sería grande: con un consumo anual de panificados per cápita de 89 kilos por habitante, hay mucho en juego en el sector. Hoy, se puede dar el lujo de recordar esos inicios con alegría. “Pedí 100 pesos para comprar dos bolsas de harina y una receta a mi mamá. Comencé el 10 de julio de 2002 en un local de 30 m2?, recuerda este empresario bonaerense que salió a la búsqueda de sus sueños tras la crisis de 2001, cuando sus negocios anteriores habían sido arrasados con la debacle económica. “Era un negocio de un margen muy justo: con un kilo de harina sacaba 1,1 kg de pan y esa era mi ganancia”, cuenta. Hoy Pannet afronta como muchas otras Pymes el desafío de sobrevivir y, más aún, de crecer en medio de la crisis económica que azota al país con los coletazos de la pandemia del COVID-19. Inquieto, Bertasio nunca bajó los brazos. En 2020, en medio de las restricciones de la pandemia presento el “PRIMER DESPACHO VIRTUAL DE PAN DE ARGENTINA”. “Desarrollamos la app antes, pero fue con la cuarentena que tuvo un despegue notorio”, rememora el dueño de la empresa. La app se llama “Quiero Pannet” y permite comprar desde el hogar y tener panificados listos o para hornear a toda hora.El emprendedor no le tiene miedo a los desafíos y las incertidumbres. De hecho, rememora, poner a Pannet de pie no fue fácil. En 2002, cuando arrancó, el empresario trabajaba de lunes a lunes produciendo los panes y las entregas las realizaba en su propio auto durante la madrugada. Mientras, había arrancado a estudiar comercialización. “Me enamoré de la carrera y la industria , las herramientas que aprendí las apliqué de inmediato a mi negocio: desde realizar una planilla de costos hasta la administración de los recursos”, afirma. Al poco tiempo, decidió profesionalizarse. Contrató a Pablo Figoli, un ex ejecutivo de más de 20 años de experiencia en compañías de consumo masivo, y juntos consolidaron un plan de negocios. “El producto es el pan, pero el negocio no es el pan. De hecho muchas personas lo fabrican, el secreto está en la visión de negocio y cómo administrarlo”, relata el emprendedor. Hoy, su sueño va camino a ser una realidad.

Fuente: La Nación

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El caso de la panificadora bonaerense Pannet confirma la célebre frase: el secreto, siempre, está en el trabajo y la perseverancia. La empresa fundada en Florencio Varela por el emprendedor Antonio Bertasio en 2002 inauguró en Florencio Varela su nueva planta productiva de 3600 metros e inició un nuevo capítulo de su crecimiento para transformarse en una pyme exportadora. La planta , que requirió una inversión de 200 MM de pesos, le permitirá quintuplicar su producción. “Este es un día histórico para nosotros, porque la nueva planta nos permitirá consolidar el trabajo sostenido de muchos años para atender con una nueva capacidad productiva a los mercados entregando un producto noble, de calidad y de estándares ejemplares”, afirmó Bertasio, presidente de la compañía, al dejar inaugurado el complejo. La historia de Pannet es la historia del compromiso y la constancia. Bertasio sabía que la misión que se había propuesto en sus inicios, 20 años atrás, no sería simple. Pero también, que el premio sería grande: con un consumo anual de panificados per cápita de 89 kilos por habitante, hay mucho en juego en el sector. Hoy, se puede dar el lujo de recordar esos inicios con alegría. “Pedí 100 pesos para comprar dos bolsas de harina y una receta a mi mamá. Comencé el 10 de julio de 2002 en un local de 30 m2?, recuerda este empresario bonaerense que salió a la búsqueda de sus sueños tras la crisis de 2001, cuando sus negocios anteriores habían sido arrasados con la debacle económica. “Era un negocio de un margen muy justo: con un kilo de harina sacaba 1,1 kg de pan y esa era mi ganancia”, cuenta. Hoy Pannet afronta como muchas otras Pymes el desafío de sobrevivir y, más aún, de crecer en medio de la crisis económica que azota al país con los coletazos de la pandemia del COVID-19. Inquieto, Bertasio nunca bajó los brazos. En 2020, en medio de las restricciones de la pandemia presento el “PRIMER DESPACHO VIRTUAL DE PAN DE ARGENTINA”. “Desarrollamos la app antes, pero fue con la cuarentena que tuvo un despegue notorio”, rememora el dueño de la empresa. La app se llama “Quiero Pannet” y permite comprar desde el hogar y tener panificados listos o para hornear a toda hora.El emprendedor no le tiene miedo a los desafíos y las incertidumbres. De hecho, rememora, poner a Pannet de pie no fue fácil. En 2002, cuando arrancó, el empresario trabajaba de lunes a lunes produciendo los panes y las entregas las realizaba en su propio auto durante la madrugada. Mientras, había arrancado a estudiar comercialización. “Me enamoré de la carrera y la industria , las herramientas que aprendí las apliqué de inmediato a mi negocio: desde realizar una planilla de costos hasta la administración de los recursos”, afirma. Al poco tiempo, decidió profesionalizarse. Contrató a Pablo Figoli, un ex ejecutivo de más de 20 años de experiencia en compañías de consumo masivo, y juntos consolidaron un plan de negocios. “El producto es el pan, pero el negocio no es el pan. De hecho muchas personas lo fabrican, el secreto está en la visión de negocio y cómo administrarlo”, relata el emprendedor. Hoy, su sueño va camino a ser una realidad.

Fuente: La Nación

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