Tras el anuncio del ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez, de flexibilizar las exportaciones desde el próximo lunes para la carne que se exporta a China, que estaba codificada en un 50%, los productores agropecuarios se mostraron aliviados porque los habilita a vender a un mejor valor un animal cuya carne no se consume en la Argentina, pero cuestionaron que en el sector “el daño ya está hecho”.“Los productores pasamos estos últimos cuatro meses de invierno, que son los peores para la ganadería por la falta de pasto y forraje, con las vacas viejas en el campo. Algunos las pudieron aguantar, a otros se les murió en el campo o las malvendieron”, señaló Hernán Alejandro Graciarena, un productor agropecuario que tiene campo en el sur de la provincia de Córdoba y en la zona de General Villegas y Balcarce, en Buenos Aires.Contó que en este tiempo de vigencia del cepo destinó recursos, que originariamente iban a usarse para mejorar las instalaciones, a la compra de granos y forraje para alimentar a aproximadamente 200 vacas que sin las restricciones se hubieran colocado para el mercado chino.Hernán Alejandro Graciarena, el productor tiene campo en el sur de la provincia de Córdoba y en Villegas y Balcarce, en la provincia de Buenos Aires“Es un alivio porque le da la posibilidad al productor de colocar a un mejor valor una carne que no se consume en la Argentina. además nos quedó un gusto a poco porque la apertura no es toda. La pregunta es si el mercado chino va a volver a confiar en nosotros, porque es un día sí y al otro no”, reflexionó Graciarena, que es miembro de la Asociación Argentina de Productores Autoconvocados (AAPA).La medida anunciada por Domínguez permitirá que se exporte más carne de vaca para ese mercado (son unos 140.000 animales para la vaca de conserva o manufactura categoría D y E), destino que se venía llevando el 75% de lo vendido al exterior de un animal cuyo producto no tiene consumo local masivo.Afirman que la carne volverá a aumentar, pero no por la flexibilización del cepoVale recordar que el inicio de las restricciones comenzó el 20 de mayo pasado cuando el presidente Alberto Fernández, con la excusa de estabilizar el precio de la carne en el mercado interno, decretó un cierre total de las ventas al exterior de ese producto, excluyendo de la medida a las cuotas asignadas al país para exportar a la Unión Europea y los Estados Unidos.“Es todo lo contrario a lo que la Argentina necesita. Si quieren sacar al país adelante, deberían incentivar las inversiones y la producción. No se entiende la necesidad de a un motor como es el campo quitarle la posibilidad de tener previsibilidad”, se lamentó.Algo similar planteó Gustavo Dignani, un productor de la zona de Landeta, Santa Fe: “Nos complicaron mucho con esa medida porque la venta de este animal es un ingreso de dinero que te ayuda a solventar y a llegar al próximo ciclo”.El productor, que alquila 80 hectáreas en donde produce soja, trigo, maíz y hace ciclo completo de ganadería, todos los años repone un 20% de las vacas. Vende las vacas viejas y compra vaquillonas nuevas. Este año las malvendió y hubo animales que se quedaron en el campo y murieron. “Perdí yo, perdió el Estado y perdimos todos”, afirmó.El fuerte mensaje del ministro Domínguez para defender a un trigo transgénico de las críticas en BrasilEl productor valoró como “importante y positivo” que ayer en la reunión con Domínguez y la Mesa de Enlace participaran los gobernadores Axel Kicillof, de Buenos Aires; Omar Perotti, de Santa Fe; Gustavo Bordet, de Entre Ríos; Sergio Ziliotto, de La Pampa y Gerardo Zamora, de Santiago del Estero. “Tenemos que defender la producción de cada una de las provincias. Con estas medidas a los productores nos complican la vida. De una forma muy fácil te dejan afuera del mercado. Siempre piden un esfuerzo más, pero los esfuerzos no rinden ningún fruto, desalienta mucho”, remarcó.Una vaca que originariamente hubiera sido colocada en el mercado chino, caída en el campo de Laura Fernandez Cagnone, en ChivilcoyEs por ello que remarcó: “La medida que tomó el Gobierno para el mercado ganadero es imprescindible porque ese animal, de tener un valor casi nulo, pasa a tener uno positivo. Es un recupero importante. Hay actividades que es hasta la diferencia entre ganar y perder”.Al igual que Graciarena, Laura Fernández Cagnone, una productora de Chivilcoy, reflexionó: “¿Para qué no se nos murieron las vacas en invierno? Tuve que invertir en suplementación porque las vacas viejas, como no tienen dientes, no es fácil la alimentación. Ahora que pasó el frío, hay más pasto, es más fácil”.La productora contó que tras la flexibilización del cepo buscará vender las vacas que sobrevivieron el invierno, pero se lamentó: “No tienen ni idea lo que provoca ver una vaca caer y morir en el campo en lugar de dejarnos venderla y con eso apostar a la producción, comprar otro vientre. Es algo que se hace antes del invierno”.
Fuente: La Nación