SANTA FE.- Rubén Darío Biasoni, alias “El Chacal santafecino”, tiene 57 años. Nunca trabajó y vivía de las asignaciones que cobraba del Estado. Los estudios revelaron que es un psicópata, violento y despiadado. Bajo amenazas con arma de fuego violó durante más de 20 años a sus hijastras y a su propia pareja. Con todas las víctimas tuvo hijos: 10 con las hijas de su pareja —de quienes abusó sistemáticamente desde que eran menores de edad— y uno con su compañera, contra quien también ejercía violencia.Era tal el desprecio por su “familila” que en un cuaderno escribía con lujo de detalles cuántas veces y cómo violaba a la que denominó “la más rebelde” de sus víctimas.El viernes pasado, en los Tribunales de Reconquista, los jueces Gonzalo Basualdo, Martín Gauna Chapero y Gustavo Gon, lo condenaron a 20 años y 8 meses de prisión de cumplimiento efectivo, por los abusos sexuales agravados por la convivencia contra sus hijastras y por el uso de arma de fuego, coacciones, lesiones graves calificadas, en concurso real, con amenazas calificadas por el uso de arma de fuego y hurto calificado.Rubén Biasoni, el “chacal” santafesino, condenado a 20 años y 8 meses de prisión por haber abusado sexualmente de su pareja y de sus tres hijastrasLos especialistas que declararon en el juicio coincidieron que Biasoni “debe ser considerado un psicópata violento y despiadado”, ya que en el relato ofrecido por sus víctimas se comprobó que violó bajo amenaza de arma de fuego a las mujeres de la casa.Biasoni fue detenido en 2015, tras los abusos que sufrieron las víctimas cuando tenían 13 y 14 años. Los investigadores establecieron que nunca tuvo un trabajo, ni siquiera informal. Según lo reconoció ante el Tribunal, vivía de las asignaciones que cobraba por cada hijo que tuvo.Por si todo fuese poco, luego de cada acto de violación a las hijas de su pareja, escribía en un diario lo que les hacía. Así, el caso se volvió cada vez más escalofriante, ya que los investigadores encontraron, un diario en el que este llevaba, un registro de las violaciones y a su vez contaba lo que les hacía. “Le eché dos polvos a…”, “le eché un polvo a…”, había escrito junto al nombre de la víctima, fecha en la que ocurrió el abuso y cantidad de veces que lo hizo.Al llegar este cuaderno a las manos del fiscal Aldo Gerosa, le pidieron una “explicación” a Biasoni y este respondió con algo insólito. Reconoció que era su letra, pero dijo que allí decía “pollo” y no “polvo”.“Explíquenme como le echan un pollo a una persona”, preguntó el fiscal Gerosa. El juez intervino y sostuvo: “[Biasoni] Es un personaje como hemos visto pocos en esta ciudad y en esta región, al menos desde que comenzó el nuevo sistema procesal; peligroso para las víctimas, para él y para terceros, porque no mide la consecuencia de lo que hace, porque le da placer lastimar a los demás…”, argumentó.El dato saliente es que Biasoni tuvo con las hijastras 10 hijos y con la madre de las niñas, uno. Es decir que es padre de 11 en total.Tras la lectura de la sentencia, el mismo Tribunal dispuso que cuando el fallo quede firme, el ADN de Biasoni se incorpore al registro de los violadores.Según trascendió, el fiscal Gerosa, había solicitado la pena de 21 años y 10 meses de prisión de efectivo cumplimiento.Un psicópataPara abonar esa decisión, el fiscal se apoyó en el informe de la Junta Provincial de Salud Mental, que definió a Biasoni como un psicópata, perverso y manipulador. “El Chacal” usó siempre golpes, amenazas y abusos de armas para amedrentar a sus víctimas, se añadió.Pero aún no es posible precisar la cantidad de veces que abusó de sus hijastras.Con relación a una de sus víctimas, a quien “El Chacal” consideraba como la más rebelde, durante varios meses en el 2015 anotaba en un cuaderno la cantidad de veces y cómo la violaba. Fueron 23 años de violencia continua, hasta que una de las víctimas fue a estudiar enfermería a Reconquista y allí pudo liberarse de los tormentos y pedir ayuda.El fiscal contó que durante el tiempo que duró el juicio, Biasoni tuvo siempre actitud desafiante. “Yo llevé a este juicio dos asistentes nuevas y no podían creer lo que escuchaban”, expresó Gerosa .“Lo único que quiero es justicia y que mi muerte no sea en vano”, dijo Biasoni antes de escuchar el veredicto, frase que pocos entendieron pero que muchos atribuyeron a su desconocimiento de la realidad que deberá enfrentar.Biasoni argumentó que es “oriundo de siete provincias”, pero vivió la mayor cantidad de años en localidades cercanas a Reconquista, una de ellas el paraje San Manuel.Fallo reparadorAndrés Ghio, abogado querellante, dijo estar “muy conforme, satisfechas las expectativas, contento por las víctimas que son en realidad las protagonistas y quienes deben ser beneficiarias de la reparación. Fue una semana y media de juicio, sinceramente fue escalofriante lo que escuchamos de lo que esta familia ha vivido eso durante años. Es gratificante ver la reacción de las víctimas”, añadió.Durante la audiencia, en el exterior del Tribunal, estuvieron presentes representantes de varias organizaciones sociales en apoyo a las víctimas, entre ellas Mariana Mesa, militante feminista de Mumalá Reconquista.“Creo que es un fallo que trae reparación para las víctimas, por la historia de vida, por lo que han pasado. Sabemos que el daño es muchas veces irreparable pero que el Estado condene con 20 años nos parece que es una instancia de reparación para las víctimas, así que estamos felices”, expresó.
Fuente: La Nación