París lo inspira. Entonces, todo lo que pudo haber padecido en el circuito en las últimas semanas queda atrás. Diego Schwartzman derrotó a Phillipp Kohlschreiber por 6-4, 6-2 y 6-1 y avanzó a los octavos de final de Roland Garros. La ilusión avanza, en pos de repetir la actuación de la cita del año pasado, en donde alcanzó las semifinales. Ahora, el Peque enfrentará al ganador del español Andújar y el alemán Struff.“Es un lugar muy especial y estoy contento de estar de vuelta. El año pasado fue mi mejor torneo y no había gente, así que me encanta jugar contra el público. En el comienzo del partido pensé en jugar cada punto lo más largo posible, y el primer set fue muy importante”, señaló el Peque. “Tengo dos días para descansar y todo es perfecto ahora”, agregó el Peque, que al compás del torneo se permite disfrutar de paseos por la Ciudad Luz, sobre todo cuando los horarios de partido lo permiten. El Peque venía de eliminar al taiwanés Yen-Shun Lu en primera ronda por 6-2, 6-2 y 6-3 y al esloveno Aljaz Bedene por 6-4, 6-2 y 6-4 en la segunda ronda. En este primer turno del sábado se cruzó con el experimentado Kohlschreiber, quien a los 37 años dio una de las grandes sorpresas al derrotar al ruso Aslan Karatsev, uno de los mejores jugadores del 2021. El tenista alemán llegó a ser Top 20 y cuenta con 8 títulos en su carrera, pero en la actualidad se ubica en el puesto 132° y en lo que va del año no había sumado triunfos en el nivel ATP.THIS ANGLE ?This is just too good, @dieschwartzman ? #RolandGarros pic.twitter.com/sNHKIaQn3G— Roland-Garros (@rolandgarros) June 5, 2021Schwartzman, en su octava participación en Roland Garros, defiende las semifinales que alcanzó la temporada pasada. Tiempo atrás, en 2018, también había alcanzado los cuartos de final. Este año llegó con la tarea de recomponer su juego y sumar resultados positivos después de una gira previa en las canchas lentas de Europa en la que le fue por debajo de lo que él mismo esperaba. Hasta aquí, consiguió dos victorias holgadas para tonificar la confianza, con un mínimo de desgaste de cara a los próximos compromisos.El Peque llegó a París para realizar un reseteo general, una manera de limpiar la mente, empezar de cero y dejar atrás lo sucedido en las últimas semanas. No hubo puntos rescatables ni acordes con los últimos años de su carrera: apenas dos triunfos en la gira europea de canchas lentas y tres derrotas consecutivas en primeras ruedas en Madrid, Roma y Lyon. La alarma se encendió y lo manifestó con reacciones que no son propias de él, considerado de los jugadores con caballerosidad deportiva más destacada. Por eso, sorprendió cuando rompió una raqueta, cuando cayó ante Gasquet en Lyon. “Hace tres años que no lo hacía, pero tenía mucha furia adentro. La realidad es que era una gira en la que tenía muchas expectativas, pero ha sido muy mala. Estoy jugando mal y así es difícil ganar en este nivel. Vengo entrenándome y haciendo todo lo que está a mi alcance para reencontrarme con lo que hice en estos últimos años, pero está complicado, no encuentro respuestas”, reconocía, en una autocrítica sin contemplaciones.Luego de que el Peque se quedara con el segundo set, el alemán se retiró para atenderse de sus problemas de cadera, un mal que lo aquejó en los últimos meses y que le impidió tener una continuidad.
Fuente: La Nación