Diálogo imaginarioA veces trato de imaginarme cómo sería el diálogo que se generaría entre un represente del FMI o del Club de París y un ministro de Economía de nuestro país. Pienso que este debería comenzar así: “Mire, ustedes con su plata pueden hacer lo que quieran, pero con la nuestra no. Así que antes de hablar de estirar plazos, bajar tasas o efectuar quitas, ¿por qué no me explican qué van a hacer para no gastar lo que no tienen y cuál es el plan para devolver la que ya gastaron? Empiecen por cuidar la luz, el gas, el agua y la nafta, como hace la gente civilizada. ¡Ah! Y además trabajen mucho, y sobre todo sean honestos”. Si pudiéramos cumplir con estas sugerencias seguramente disminuiría el riesgo país, podríamos acceder a alguna línea crediticia a tasas más bajas y empezarían a llegar inversiones. Esto, claro está, si además prometemos mantener este camino en forma continuada.Ernesto H. PerassoDNI 7.731.904Regalo papalSegún informan diversos medios, el papa Francisco le regaló a nuestro presidente, en su visita al Vaticano, un mosaico que representa la figura del hombre y de la mujer que responden a la invitación del Señor en el Génesis y cultivan la tierra, cuidándola, con la leyenda: “Que el fruto de la tierra y del trabajo del hombre se convierta para nosotros en alimento de vida eterna”. Hermosa frase, pero demasiado teológica para el ámbito en el que se mueve nuestro presidente. No imagino a la gente que lo rodea y lo sigue constantemente cavilando sobre el significado de esa frase. Ni peleándose unos con otros por agarrar el mosaico y copiar la frase con lapicera y papel, aunque sea para llevarla en el bolsillo y meditar sobre ella en un momento de ocio. De todos modos, es buena y meritoria la intención del Santo Padre de hacernos llegar unas palabras que nos recuerden la existencia de lo trascendente, como bálsamo para nuestras heridas y estímulo para disfrutar la vida.Daniel E. ChávezDNI 12.161.930Todo sin esfuerzoTodos los sectores sociales, de todos los niveles, en toda la extensión de la Argentina, reclaman beneficios económicos, servicios gratuitos, todo sin trabajar, sin esfuerzo, de inmediato, mágicamente. Todo esto en medio de una economía de baja productividad y en un país que tiene una gran cantidad de feriados nacionales (18) por año. ¿Cuándo escucharemos una voz que eduque, que recuerde la manera en que se construyó nuestra nación, destruida por políticas erradas, sin distinción de signos políticos? Decadencia indiscutible que no puede taparse con discursos ni propaganda, por más ingeniosos que sean. Estadísticas de pobreza, destrucción de la moneda, caída del PBI y en las mediciones internacionales en comparación con otras naciones.¿Cuándo reaccionaremos, cuándo nos pondremos a trabajar dignamente, cuándo acabarán las exigencias incumplibles?Teófilo JaralambidesDNI 4.599.763ManifestacionesPodemos escuchar permanentemente las acertadas críticas a las aglomeraciones, fiestas clandestinas, viajes colmados en medios públicos de transporte, etcétera, por el peligro sanitario que esto implica. No parece que las autoridades estén al tanto de que en el centro de la Capital Federal todos los días hay marchas, cortes de calles y otras manifestaciones llevadas a cabo por organizaciones sociales que dicen estar a favor de aquellos que asisten, anunciadas estas múltiples demostraciones con lugar y horario en los canales de televisión para evitar circular por esas zonas. Estas expresiones de protesta llevan a varios cientos o miles de personas sin barbijo ni distanciamiento durante horas, en condiciones excesivamente peligrosas e infrahumanas por falta de baños, alimentación y bebida.Están prohibidas las reuniones de más de diez personas, ¿cómo es posible que las autoridades miren para otra parte cuando se trata de estas reuniones multitudinarias? Las camas que ocuparán quienes asisten a ellas pueden ser necesarias para atender a personas que aún con disciplina y cuidado contraen la enfermedad. No quiero pensar que solo miran algún rédito político antes que el riesgo para la salud. Las autoridades deberían recibir a los organizadores de esas manifestaciones y tratar de negociar, de alguna manera, para anularlas. Caso contrario, simplemente debe aplicarse la ley correspondiente en la actual emergencia sanitaria.Alejandro V. SzalaiDNI 7.590.275Clases universitariasDa tristeza la falta de interés que muestran nuestros gobernantes en la educación universitaria. Hace casi un año y medio que los estudiantes no van a la facultad, no se enriquecen con el intercambio entre pares y profesores. Hacen horas y horas de clases por Zoom, que claramente no alcanzan a suplantar las clases presenciales y nadie parece interesado en esta situación. Lo único que se escucha es: “Vamos a ser de los últimos en volver”. ¿Yo me pregunto por qué, qué es lo que hay tan peligroso en la universidad? Sobran estudios sobre la depresión en estudiantes y, sin embargo, nadie habla de volver a la presencialidad aunque sea algunas horas por semana. Ojalá se pueda poner la lupa sobre este tema y las universidades vuelvan a abrir sus puertasMaría Luján SettiDNI 24.977.713Sin accesoSoy una mujer jubilada sin parientes o amigos a quién recurrir por ayuda, en consecuencia, las presentes exigencias de turnos online u otros trámites se hacen poco menos que imposibles. La magra jubilación, la acuciante falta de recursos, más la imparable inflación hacen imposible tener un smartphone, internet, etcétera. No hace falta puntualizar que nadie ha pensado detenidamente en esta cuestión, y se nos ha hecho víctimas, eternas víctimas de una ausencia total de sensibilidad hacia los que menos pueden. Es evidente que no hay vuelta atrás.Solo recuerdo a los gobernantes que hay un ojo que todo lo ve y Él retribuirá en consecuencia.Mirta ColdorfDNI 8.378.789En la Red FacebookEncuentro entre el Papa y el Presidente“Qué desilusión. Francisco, el papa que recibe a los que dejaron el país con una pobreza impresionante, se robaron todo y se vacunan antes que cualquier ciudadano”- Liliana Roseti“Éxitos, Presidente. Qué gran noticia la visita al Santo Padre”- Pedro Pablo BottaLos textos destinados a esta sección no deben exceder las 15 líneas o los 1100 caracteres. Debe constar el nombre del remitente, firma, domicilio, teléfono y número de documento. Por razones de espacio y de estilo, LA NACION podrá seleccionar el material y editarlo. Los mensajes deben enviarse a: cartas@lanacion.com.ar o a la dirección: Av. Del Libertador 101, Vicente López (B1638BEA)

Fuente: La Nación

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