Desde 1974, celebramos cada 5 de junio el Día Mundial del Ambiente, concepto que las Organización de las Naciones Unidas incorporó en sus Conferencias a partir de 1972, en Estocolmo. El año que viene se cumplirán 50 años desde que se acuñó internacionalmente esta palabra, que tomó entidad y comenzó a ser pensada en las políticas públicas de cada país.Pero el haberla incorporado y haberse creado diversas organizaciones en el mundo con el objetivo de pensar y aplicar políticas y recursos para cuidar el ambiente, no fue suficiente. Vemos hoy un planeta que nos muestra que esos esfuerzos no compensaron el impacto negativo de la presión de ser humano sobre nuestro planeta. En el informe Ecosystem restoration for people, nature and climate publicado este año por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, se estima que para 2030 los gastos de restauración de tierras a nivel mundial, excluidos los derivados de la rehabilitación de los ecosistemas marinos, ascenderán como mínimo a 200.000 millones de dólares anuales. En el informe se destaca que por cada dólar estadounidense que se invierta en restauración se generarán beneficios económicos de hasta 30 dólares.Pero no solo se debe pensar desde el punto de vista económico. Se necesita ir más allá, mirar de otra forma nuestro ambiente y mirarnos de otra forma inmersos en él. Implica revertir ciertas costumbres de consumo, implica mirarnos hacia nuestro interior y pensar: ¿qué necesito para ser feliz?La pandemia de Covid-19 nos dio un shock de realidad, un sacudón muy grande. ¡Impensado! Vimos y vemos que la gente se enferma, muere en todo el mundo. Se nos coartó la libertad de circular y expresarnos como lo necesitamos. Es un indicador de la destrucción del plantea y hay pruebas científicas que lo afirman, pero no siempre son consideradas y se siguen aplicando las mismas políticas y siguen existiendo los mismos o más problemas económicos, sociales y ambientales en el mundo.Hoy comienza el denominado Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de Ecosistemas (2021-2030), una oportunidad de revertir la tendencia mundial de degradación del planeta, con el lema “Reimagina, recrea, restaura”, palabras que resumen una necesidad física, mental y espiritual de los seres humanos. Una necesidad de tener un planeta sano y un hombre viviendo en armonía en él.La ONU nos dice que restaurar los ecosistemas significa prevenir, detener y revertir el daño que le hacemos al ambiente en donde vivimos, pasar de explotar la naturaleza a curarla. Esto es posible, podemos hacerlo. Podemos revertir tendencias, realidades.Ya comenzaron a implementarse programas internacionales en este sentido como “Reverse the Red”, un movimiento mundial que promueve acciones colaborativas y optimismo para garantizar la supervivencia de todas las especies con las que compartimos este planeta y los ecosistemas en los que viven. Pero para que estos programas tengan su efecto, es necesario que los ciudadanos, que los habitantes del planeta, ejecuten acciones concretas, cambien actitudes, comportamientos, que reimaginen un ambiente y trabajen juntos para cumplir ese sueño.Se necesitan acciones urgentes para devolverle la vida a nuestros ecosistemas dañados, como lo exige este año el mundo en la celebración de este día. Y cuando se habla de ecosistemas, estos pueden ser espacios naturales, rurales, urbanos, tanto marinos como de agua dulce y terrestres. Desde 1000 millones de hectáreas (equivalente a la superficie de China), que es el compromiso de restauración del próximo decenio, hasta el jardín de una casa.Restaurar es volver a la vida, revivir, reconstruir. Por ejemplo, ayudar a restaurar en el sur de Misiones 100 hectáreas de pastizales con flora endémica única en el mundo que antes era un basural y sitio de carreras automovilísticas. O trabajar para la conservación del Bajo Delta del Río Paraná, realizando control de especies exóticas, limpieza de costas y reforestación de bosques.Cada uno desde nuestro lugar podemos hacer ese cambio, podemos experimentar y hacer que otros experimenten. Uniéndonos, conectándonos con el otro, podemos cambiar más. Conectando los gobiernos, con los ciudadanos, las organizaciones de la sociedad civil, las empresas.Que este Día Mundial del Ambiente, nos encuentre haciendo acciones urgentes y concretas, quizás cada uno desde su lugar, pero juntos en el pensamiento y hacia el mismo objetivo de revivir el planeta para la salud y el bienestar de todos los que vivimos y viviremos en él.Coordinadora del Programa Selva y Pastizal – Fundación Temaikèn
Fuente: La Nación