CÓRDOBA.– “Las pérdidas son totales, pero es más que economía, son 20 años de trabajo. Podremos reponer, pero acá hay gente que perdió sus recursos para vivir, sus animales, hay kilómetros de alambres quemados. Es un desastre”. El que habla es Francisco Agustinoy, dueño de “Potrerillos, aldea de montaña”, un condominio devastado por los incendios en la zona de Potrero de Garay, en el valle cordobés de Paravachasca. No pudo hacer una estimación de a cuántos millones asciende la destrucción.En diálogo con LA NACION, el empresario sostuvo que se quemaron 47 cabañas, el acueducto y el tendido de fibra óptica. “El fuego consumió todo; quedaron el restaurante y dos cabañas”, lamentó. Las casas estaban en un terreno con más de 400 árboles. El emprendimiento se puso en marcha en el año 2000 y fue variando el concepto hasta integrar las viviendas con servicios de hotelería para turistas.Solo quedaron en pie dos cabañas y el restaurante en el barrio de montaña (Diego Lima/)Agustinoy dijo que solo “algunas” cabañas contaban con seguro, aunque insistió en que “las pérdidas son materiales, no hay que lamentar vidas”. En general, las unidades tienen sus dueños (diez familias viven de manera permanente) y otras se usan para alquiler a turistas.Anteanoche, él había viajado a la ciudad de Córdoba porque tenía un trámite que cumplir: “Me desperté con las imágenes del incendio”, recordó. La evacuación de quienes estaban en el lugar comenzó ayer a la mañana, cuando el viento descontroló el incendio.A primera hora se cortó la luz y quienes estaban alojados vieron a ver humo y aviones hidrantes operando; entre las 9 y las 10.30, según diferentes relatos, el viento aceleró su velocidad y el fuego empezó a llegar cerca de las casas.Las familias alojadas en Potrerillos fueron evacuadas a media mañana de ayer (Diego Lima/)En el predio había animales como caballos y ovejas. Los alambres se cortaron para que pudieran escapar, pero no se sabe qué pasó con ellos, ya que recién se están realizando las tareas de evaluación de los daños.Respecto del inicio del incendio, Agustinoy afirmó que “una teoría” es que un poste de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (Epec) se cayó y el cable de alta tensión inició las llamas. “La otra es que fue un comienzo intencional y que el fuego avanzó hacia la zona donde estaba el poste; las líneas de electricidad atraviesan una superficie muy importante”, agregó.Durante todo el contacto con este medio, Agustinoy enfatizó que, a su entender, “hay que prestarles más atención a los bomberos, darle más recursos. Es todo muy precario”. También se refirió a que “seguramente” el lugar será reconstruido. Su opinión se diferencia de la de otras fuentes consultadas por LA NACION.
Fuente: La Nación