Unas 3,9 millones de personas han perdido la vida como consecuencia de la pandemia que asuela al planeta desde hace casi un año y medio, mientras otros tantos sufren, en carne propia, sus duros embates, y sobreviven.El presidente norteamericano, Joe Biden, quien se refiere al “virus chino”, ordenó a su administración la realización de una investigación exhaustiva sobre su origen en un plazo de 90 días. Una medida absolutamente imprescindible, que los líderes colegas del G7 también impulsaron.No faltan los científicos que sostienen que el virus pudo haber pasado de un animal a un humano. La Organización Mundial de la Salud apunta al mercado de alimentos de Wuhan o a una institución de investigaciones biológicas emplazada en la misma ciudad, desde donde el virus pudo haberse fugado por condiciones de seguridad inadecuadas, para luego dispersarse. En Estados Unidos reclaman la ayuda del organismo internacional, pero no creen que pueda evitar las presiones de Pekin para investigar. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Zhao Lijian, había insinuado que soldados norteamericanos que acudieron a los Juegos Mundiales Militares 2019 en Wuhan pudieron haber llevado allí el virus.Ante la falta de evidencias sobre una evolución natural, el prestigioso periodista científico Nicholas Wade apoya la teoría de fuga del laboratorio y reporta la increíble serie de falta de controles, conflictos de interés y complicidad del régimen chino y del mundo científico para llegar a la verdad.China tiene la obligación de cooperar con todas las investigaciones de manera activa y transparente, facilitando la labor de los técnicos, sin ocultamientos. La tarea debe ser abierta y coordinada, junto con las demás naciones y con los organismos internacionales, sin exclusiones ni reservas.Resulta evidente que el mundo necesita contar con sistemas confiables de detección temprana de este tipo de peligros que permitan disponer con eficiencia y rapidez el abordaje de delicadas cuestiones sanitarias .Hasta aquí, China no está cooperando como debería y mantiene capítulos informativos cerrados frente a una emergencia común, cuya gravedad no deja lugar para maniobras ni estrategias de defensa de las reputaciones nacionales.El país oriental se defiende al sostener que el virus puede haberle llegado con la importación de alimentos congelados, lo que deberá ser comprobado más allá de toda duda razonable y sin más demoras. El interés por prevenir una segunda pandemia debería primar frente al desvío de culpas.
Fuente: La Nación