(Corrige referencia temporal histórica sobre la sequía en
Argentina)Por Hugh BronsteinBUENOS AIRES, 12 ago (Reuters) – Una sequía en Brasil que
sucede “una vez cada 100 años” y que ha hecho bajar
drásticamente el nivel del río Paraná en Argentina, la principal
vía de salida de las exportaciones agrícolas argentinas,
afectando los embarques del país austral, continuaría el año que
viene, dijeron meteorólogos.Argentina es el tercer proveedor mundial de maíz y el primer
exportador de harina de soja para la alimentación del ganado,
utilizada para engordar cerdos y aves de corral desde Europa
hasta el sudeste asiático.Las exportaciones agrícolas son la principal fuente de las
divisas que Argentina urgentemente necesita para reforzar sus
reservas del banco central, mermadas por una recesión de tres
años de duración.El sur de Brasil, donde nace el río Paraná, lleva tres años
de sequía. Esto ha hecho caer al Paraná a su nivel más bajo en
casi 77 años en el polo agroportuario argentino de Rosario,
ubicado sobre el río, donde se embarcan cerca del 80% de las
exportaciones agrícola y agroindustriales del país.”Se trata de un acontecimiento que ocurre una vez cada cien
años. Ese es el tipo de frecuencia que estamos viendo”, dijo
Isaac Hankes, analista meteorológico de Refinitiv, negocio
financiero y de riesgos de Thomson Reuters, en referencia a la
sequía en la cuenca brasileña del Paraná.El lunes, el informe del panel climático de Naciones Unidas
concluyó que el cambio climático está haciendo más frecuentes
los fenómenos meteorológicos extremos.Los barcos que zarpan de Rosario están cargando entre un 18%
y 25% menos de lo normal debido a la poca profundidad del agua
del río, dijo Guillermo Wade, gerente de la Cámara de
Actividades Portuarias y Marítimas de Argentina (CAPyM).Los costos logísticos también han aumentando, ya que por la
menor capacidad de carga en Rosario, muchos agricultores están
enviando mercadería a los puertos oceánicos de Bahía Blanca y
Necochea, en el sur de la provincia de Buenos Aires, donde los
barcos habitualmente completan embarques tras pasar por las
terminales rosarinas.Sin aguaLa tendencia seca en el sur de Brasil comenzó en 2019. El
año siguiente fue más seco y el 2021 ha sido el más seco de los
tres años de la serie, dijo Hankes. El efecto sobre el río es
acumulativo.En los últimos 12 meses, la cuenca alta del río Paraná ha
recibido solo entre el 50% y 75% de las precipitaciones
normales, señaló.”Necesitaríamos algo así como el 130% de las precipitaciones
normales de aquí a febrero para reponer los niveles del río.
Todo lo que sea menos del 100% sería una mala noticia para la
cuenca del río, y de aquí a febrero esperamos un 80% de las
precipitaciones normales”, dijo Hankes.”Esperamos ver una tendencia más húmeda una vez que
lleguemos a octubre-noviembre, lo que normalmente se ve en la
estación húmeda de todos modos. Pero después de eso, nuestras
mejores indicaciones hasta el momento son que podríamos ver un
patrón similar al del año pasado”, añadió Hankes.La primavera del hemisferio sur, normalmente lluviosa,
comienza en septiembre y termina en diciembre. Pero se espera
que el próximo crecimiento en el nivel de lluvias sólo
contribuya a recuperar el nivel del Paraná de manera parcial y
de forma temporal.”Incluso puede ser peor después de la temporada de lluvias”,
dijo Germán Heinzenknecht, meteorólogo de la Consultora de
Climatología Aplicada. “La bajante del río es histórica, (y es)
difícil de predecir cuándo podrá revertirse”, añadió.Un ejecutivo argentino de una agroexportadora internacional
con una importante operación de molienda de granos en Rosario
coincidió en que la crisis del Paraná probablemente continuará
el próximo año. El ejecutivo pidió no ser nombrado debido a
políticas de la empresa.”La situación seguirá siendo crítica hasta octubre,
mejorando a finales del cuarto trimestre y en el primer
trimestre. Pero a partir de abril, cuando comience la cosecha de
soja y maíz en Argentina, y se espere la mayor cantidad de
buques de carga, el río en Rosario volverá a un escenario
similar al de 2021″, dijo el ejecutivo.
(Reportes de Hugh Bronstein y Maximilian Heath. Traducido por
Tomás Cobos)

Fuente: La Nación

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