Pasaron 16 años para el regreso de la Copa Davis al Buenos Aires Lawn Tennis Club. La serie entre la Argentina y Belarús, por el playoff del Grupo Mundial 1, coincidió con la reapertura de los espectáculos deportivos al público en general, y el tradicional escenario del tenis en Palermo recibió una buena afluencia de espectadores. En cuanto al resultado, el comienzo de la serie estuvo lejos de lo imaginado, con el juvenil Daniil Ostapenkov al frente contra Diego Schwartzman por 6-4 en el primer set del primer encuentro del sábado.Largas filas de público se formaron en la calle de ingreso al Buenos Aires (Mauro Alfieri/)Desde un buen rato antes del comienzo de los partidos se formó una extensa fila de ingreso hasta el portón de ingreso en la calle Alsina. Desde la organización y con monitoreo del Gobierno de la Ciudad, se dispusieron los protocolos de prevención por la pandemia. Es una serie muy dispar, por lo menos en cuanto a ranking. Mientras Argentina presenta a Diego Schwartzman (15° del ranking) y dos Top 100 en singles, Federico Coria (61°) y Guido Pella (82°), el conjunto visitante desembarcó en nuestro país con dos juveniles para disputar los puntos individuales: Erik Arutiunian (16 años, 42º entre los juniors) y Daniil Ostapenkov (18 años, 63º en la clasificación ITF). Al favoritismo en los números se suma la ventaja de la localía, con la elección de superficie. Aunque, se sabe, en la Copa Davis entran a jugar varios factores que pueden dan lugar a situaciones inesperadas. El saludo de Schwartzman para Dalma Maradona (Mauro Alfieri/)Antes del comienzo de la serie, como es habitual, se realizó la ceremonia inaugural, con Sandra Mihanovich como intérprete del himno nacional argentino. También se dispuso un homenaje a Diego Maradona, con una suelta de globos celestes y blancos y la entrega de una camiseta del equipo nacional con su nombre a Dalma, una de sus hijas.Schwartzman quebró en el primer game del partido, pero para sorpresa de todos, el juvenil Ostapenkov devolvió gentilezas. Suelto, con golpes planos y un revés de dos manos con el que lograba buenos ángulos, el bielorruso se adelantó 3-1 en el marcador. El argentino tardó un rato en acomodarse al juego de un adversario desconocido, y Ostapenkov mostró soltura y buenos impactos. Entonado, agresivo desde la base, el bielorruso aprovechó un par de errores del Peque para quebrar de nuevo y ponerse 5-3. A Schwartzman se lo vio tan incómodo como sorprendido en ese tramo del partido, sin encontrar la manera de lastimar a un adversario que jugaba a sus anchas, y que se metía dentro de la cancha para lastimar con la devolución. Dentro de un primer parcial cargado de quiebres, el 15 del mundo recuperó un break. Pero en el décimo game volvió a quedar complicado, y un revés que se perdió por el fondo decretó el 6-4 para Ostapenkov.El resultado del primer set enmudeció al estadio primero; hubo una reacción y en el comienzo del segundo parcial comenzaron a escucharse los primeros cánticos de apoyo para Schwartzman. Pero no había caso. Lejos de su mejor nivel, sin confianza en el saque, el argentino no encontraba la manera de lastimar o, al menos, restarle confianza a un adversario que sumaba puntos y tiros ganadores. En pocos minutos, Ostapenkov consiguió otro quiebre y se adelantó 3-0.
Fuente: La Nación