Las mesas y centros de votación han cerrado en Chile tras lo que inicia el recuento de votos de una “megaelección” histórica en la que los chilenos estaban llamados a elegir a alcaldes, concejales, gobernadores regionales y los miembros de la Convención Constituyente, encargada de redactar la próxima Carta Magna del país.A las 18.00 horas (hora local) de este domingo se han cerrado las urnas tras un proceso electoral que se ha dividido en dos días.Las previsiones del Servicio Electoral señalan que podrán conocerse primero los nombres de los 155 constituyentes elegidos, algo que según el portavoz del Gobierno, Jaime Bellolio, será sobre las 20.30 horas.Tras este primer recuento, se procederá a contar las papeletas a gobernadores regionales, seguido de las de alcaldes y finalmente concejales.Tanto el presidente, Sebastián Piñera, como los ministros del Gobierno se han trasladado al Palacio de La Moneda para seguir en vivo el recuento de votos, según recoge ‘La Tercera’.En un primer balance de la jornada electoral, Bellolio ha destacado que aunque “en su minuto hubo dudas, las hemos superado”, tras resaltar que se pensaba que “habría hechos de violencia”, y que “las urnas no podían ser custodiadas por las Fuerzas Armadas”.”La decisión de hacer la votación en dos días fue un éxito, fue una muestra de confianza a muchas instituciones de nuestro país que respondieron”, ha valorado.La primera jornada del proceso electoral se cerró el sábado con más del 20 por ciento de participación, lo que significa que 3.053.832 de los 14.900.190 de electores depositaron su voto en el primer día de votación.Lo histórico de esta votación en Chile deriva de que una de las características más relevantes de la composición de la Convención es que será paritaria y garantiza 17 escaños para los pueblos originarios. Así, la nueva Constitución de Chile será la primera de Latinoamérica en ser redactada por un equipo formado a partes iguales por hombres y mujeres.La demanda de una nueva Constitución en el país surgió de las movilizaciones raíz de la subida del precio del transporte público, ya que la vigente en aquel momento databa de la dictadura de Augusto Pinochet, que cayó en 1990.

Fuente: La Nación

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