“¿Ustedes vienen por el tema de las velitas?”, preguntó un uniformado a las dos primeras madres de Padres Organizados que llegaron hoy, poco después de las 17, a la Quinta de Olivos para realizar la “Vigilia federal por la presencialidad”. Confinamiento estricto: ¿cuál fue el impacto de los nueve días de restricciones?Desde que se suspendieron las clases presenciales en la provincia, decisión que llevó a más de una decena de movilizaciones en la portón de Olivos, los policías que vigilan este ingreso ya toman la presencia de padres, de velas y de carteles y pancartas como parte de la rutina semanal. Viviana Peola llegó tercera, con una vela, un frasco de vidrio y una caja de fósforos. El resto de los padres llegaron cerca de las 18, y encendieron las primeras velas, que, poco a poco, comenzaron a tapar el ingreso vehicular de la avenida Maipú.Este mismo acto viene realizándose todos los jueves desde hace cuatro semanas. En el último mes, la vigilia tuvo réplicas en ciudades de todo el país donde las clases presenciales también fueron suspendidas, desde Formosa hasta Río Cuarto.Ciudad. Aprueban exenciones impositivas para unos 1700 comercios no esenciales“La convocatoria baja cada semana. Es difícil lograr que sigan viniendo muchos. Yo voy a seguir”, contó Peola, madre de tres hijos en edad escolar y miembro de Padres Organizados Vicente López. La mayoría de los que asistieron a la vigilia, unos 20, pertenecen a este grupo. Minutos después, una mujer estacionó su auto con balizas sobre la avenida Maipú, abrió el baúl y bajó dos cajas repletas de frascos y velas. Entre los vehículos que pasaban se empezaron a escuchar los primeros bocinazos. “Se va armando”, exclamó Peola.Desde hace un mes, la agrupación de padres reclama todos los jueves frente a Olivos (Rodrigo Néspolo/)DichosSegún indicó, fueron los dichos del presidente Alberto Fernández sobre ellas lo que incentiva a muchas a seguir viniendo a prender su vela cada semana. El 18 pasado, durante una entrevista con Radio 10, Fernández dijo: “Yo ya no necesito más a una señora que me tiene loco. A esta altura ya me río. Ha puesto un cartel en la puerta de Olivos que dice: ’Axel y Alberto, liberen a nuestros hijos´. Un montón de velitas como haciendo una vigilia. ¡Por favor! ¡Por favor! Yo estoy cuidándote a tus hijos. ¿No te das cuenta de que te los estoy cuidando?”. “Hace más de un año que casi ni tienen clases .Las consecuencias son gravísimas. Mis hijas tienen 14 y 17. Es nefasto que a esa edad estén encerradas en casa”, manifestó Ángeles, que prefirió resguardar su apellido.Felícitas, su hija mayor, estaba a su lado. “Estar encerrada no es fácil, duele mucho. Lo que más me da bronca es que el Gobierno ni siquiera tiene una buena razón para no dejarnos ir al colegio. Hay protocolos en las clases, nos cuidamos”, dijo la joven, que cursa su último año de secundaria en una escuela privada de la zona. Actualmente, solo se ve con las amigas que viven cerca, que son pocas.Paula Gómez, madre de dos hijos en edad escolar, se acercó a la quinta presidencial desde San Martín. “Vine a todas las vigilias y voy a seguir viniendo. Le están sacando el derecho a la educación a mis hijos, y además el encierro les está afectando psicológicamente. Mi hijo menor volvió a dormir conmigo, tiene bruxismo. Lo que están haciendo con los chicos es una vergüenza”, afirmó.
Fuente: La Nación