Por Amy TenneryTOKIO, 1 ago (Reuters) – La china Gong Lijiao ganó el
domingo el oro femenino en lanzamiento de bala con su mejor
marca personal de 20,58 metros en condiciones abrumadoras en el
Estadio Olímpico de Tokio, en una prueba en la que la
estadounidense Raven Saunders se quedó con la plata y la
neozelandesa Valerie Adams con el bronce.Gong, ganadora de los Mundiales de Atletismo de 2017 y 2019,
se aseguró su primer oro olímpico en sus cuartos Juegos,
impulsada por sus cinco lanzamientos legales que superaron la
mejor marca de Saunders, de 19,79 metros.La atleta de 32 años, que ya había ganado la plata en
Londres y el bronce en Pekín pero se quedó fuera del podio en
Río 2016, logró su mejor marca personal de 20,53 metros en su
quinto intento, antes de superarla en el sexto, lo que le valió
un gran aplauso para reafirmarse como la mejor del deporte.”Creo que todos mis esfuerzos han valido la pena”, dijo
Gong, y añadió que ya tenía otra marca en mente. “Este es mi
vigésimo primer año de entrenamiento en lanzamiento de bala, y
creo que puedo superar los 21 metros”.Adams, de 36 años, mostró con orgullo una foto de sus dos
hijos tras la competición, como colofón a un notable regreso al
máximo nivel de su deporte tras el nacimiento de su hijo en
2019.El domingo ya había hecho historia como la primera atleta
que compite en cinco finales olímpicas diferentes de lanzamiento
de bala y como la primera mujer de Nueva Zelanda que compite en
cinco Juegos Olímpicos en atletismo.”Sólo espero seguir inspirando a las atletas de todo el
mundo”, dijo Adams. “Si quieres tener un hijo y quieres volver y
estar en la cima del mundo, puedes hacerlo”.El evento comenzó en medio del calor feroz de Tokio. Un
termómetro al pie de pista, colocado a unos 50 metros de la
línea de meta, rozó los 40 grados centígrados y la humedad rondó
el 60%, con el sol golpeando el Estadio Olímpico sin
ventiladores.Un portavoz de la Asociación Mundial de Atletismo dijo que
un equipo médico estaba observando de cerca a todos los atletas
en busca de signos de estrés por calor y que tenía acceso a
“instalaciones de inmersión en agua fría” en caso de que fuera
necesario.(Reporte de Amy Tennery en Tokio, editado en español por
Daniela Desantis)

Fuente: La Nación

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