Por Luis Felipe CastillejaVALLS, España, 24 jun (Reuters) – La tradicional fiesta de
las torres humanas o “castellets” de Cataluña regresó el jueves
a la ciudad medieval de Valls en una forma reducida, tras un
paréntesis de 15 meses provocado por la COVID-19.El espectáculo se limitó a 50 personas, muy lejos de las
construcciones de 500 personas de los castells anteriores. La
torre más alta llegó hasta el balcón del primer piso del
ayuntamiento, algo más de la mitad de la altura habitual.”Esto significa mucho, aunque es muy diferente a los años
anteriores, volver a sentir esta emoción de los castells”, dijo
Eleonor Boada, de 20 años, una de las competidoras.Los participantes tuvieron que presentar una prueba de
coronavirus negativa durante los ensayos y antes de la actuación
del jueves, que coincidió con el día de Sant Joan.España ha ido flexibilizando sus restricciones a medida que
las vacunaciones cobran fuerza y los índices de infección
descienden.”Hemos tenido una gran seguridad (…), estamos realmente
muy orgullosos y contentos de lo bien que se ha hecho todo”,
dijo Yolanda González, de 46 años.Los castellets son una parte muy arraigada de la cultura
catalana, a veces asociada al movimiento independentista.Jordi Turull, uno de los nueve líderes catalanes
encarcelados tras el fallido intento de independencia de la
región en 2017, acudió al festival el jueves, un día después de
su salida de prisión tras el indulto del Gobierno español.Agradeció a los castellers de Valls que habían construido
torres humanas en el exterior de la cárcel en apoyo a él y a sus
compañeros.”Decidimos que una de las primeras cosas que haríamos al
salir de la cárcel sería venir a dar las gracias a esta gente”,
dijo. “Fue un momento muy emotivo”.
(Escrito por Andrei Khalip; Editado por Andrew Heavens;
Traducido por Darío Fernández)

Fuente: La Nación

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