El ministerio de Seguridad de la Nación denunció la desaparición del joven Lorenzo Bauer, de 15 años, sobrino del titular de la cartera cultural, Tristán Bauer.Bajo la categoría de extraviado/desaparecido, el ministerio de Seguridad lanzó la búsqueda del joven con publicaciones en las redes y enlaces en el sitio oficial. “El Ministerio de Seguridad solicita información que conduzca directamente a encontrar a Lorenzo Bauer”, se publicó.Desde Nación se precisó que el joven desapareció hoy, en el barrio porteño de San Telmo. Según pudo saber este medio, Lorenzo Bauer había salido solo; por el momento no hay mayores novedades. El joven Lorenzo Bauer fue visto por última vez hoy, en el barrio porteño de San TelmoNoticia en desarrollo

Fuente: La Nación

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Una vez más, a medio siglo de su muerte, Emilio Pettoruti quedó envuelto en una fuerte polémica. Esta vez no por sus pinturas vanguardistas, que en el siglo pasado llegaron a ser escupidas por el público por considerarse “una ofensa a la dignidad de la patria”. El artista argentino más cotizado en subastas, cuyas obras ocupan tres de los cuatro primeros puestos del codiciado Top Ten de las mejor vendidas, quedó ahora ubicado en un lugar mucho menos agradable para alguien que no se llevó bien con el peronismo: presidiendo la mesa de la cuestionada reunión de Olivos, realizada en plena cuarentena por la pandemia, de la que habla todo el país.Fabiola soplando las velitas en su cumpleaños en plena cuarentena“¿Ése es un Pettoruti?”, preguntó alguien en Twitter, al distinguir sus características formas abstractas en la filmación de aquella noche del 14 de julio de 2020. El paso fugaz de la cámara por el salón comedor, donde la primera dama Fabiola Yáñez celebraba su cumpleaños junto al Presidente y un grupo de amigos y asesores, reveló la presencia del imponente cuadro que colgaba detrás de una de las cabeceras. Muy parecido a Concierto (1941), récord para un artista argentino en subastas, vendido en 2012 en Christie’s de Nueva York por 794.500 dólares.“Libro en blanco (1946) forma parte de su serie de composiciones con sol, que realizó entre 1939 y 1951. La tasación sería de 400/500.000 dólares”, dijo a LA NACION Adrián Gualdoni Basualdo, experto en mercado de arte y codirector de Consultart/dgb, con el catálogo razonado del artista en mano. En esa segunda edición, editada por la Fundación Pettoruti en 1995, la pintura está registrada con el número 370, se informa que mide 92 por 73 centímetros y se adjudica su posesión a una “colección particular”.”Libro en blanco” (1946), de Emilio Pettoruti: la pintura de Cancillería que actualmente cuelga en el comedor presidencial de Olivos (Gentileza Colección de Arte de Cancillería/)La obra no pertenece al Presidente, sin embargo. Desde hace más de dos décadas es propiedad de la Cancillería Argentina, junto con otras cuatro del mismo artista que también figuran en el catálogo de su colección. Siguiendo una tradición de préstamos, que en otras gestiones permitió la presencia en Casa Rosada de obras del Fondo Nacional de las Artes, el Palais de Glace o la galería Zurbarán, el Ministerio de Relaciones Exteriores permitió que se trasladaran 33 piezas –de artistas como Antonio Berni y Lucio Fontana– a la Quinta de Olivos hasta diciembre de 2023. Reemplazaron, así, las más contemporáneas que Juliana Awada había colgado durante el gobierno de Mauricio Macri y que fueron retiradas al terminar su gestión.Ese acervo se formó entre 1992 y 1998, cuando Guido Di Tella era canciller del gobierno de Carlos Menem. Según Teresa Anchorena, actual presidenta de la Comisión de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, la selección de las obras estuvo a cargo de un comité presidido por la diplomática y coleccionista May Lorenzo Alcalá -conformado por Samuel Paz, Samuel Oliver, Elena Oliveras y Nelly Perazzo-, con curaduría y asesoría de la fallecida crítica Irma Aristizábal.En la pared del fondo, Pettoruti aparece en la famosa foto del cumpleaños de OlivosUn “arte degenerado”Las vueltas del destino ubicaron sobre la mesa del comedor de Olivos a Libro en blanco, pintura creada por Pettoruti en 1946. Es decir, un año antes de que quedara cesante de su cargo como director del Museo Provincial de Bellas Artes de La Plata, durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón. “Por razones políticas”, según consta en la biografía del catálogo de la muestra Pettoruti y el arte abstracto 1914-1949, realizada por Malba en 2011.En 1948, apunta la misma cronología, Pettoruti participó del XXXVIII Salón Nacional. “Durante las deliberaciones del jurado –agrega el texto-, ingresa el ministro de Cultura Oscar Ivanissevich, quien reclama el rechazo del envío de Pettoruti, pero es aceptado de todas formas. Este será el último año que Pettoruti participe del salón oficial”.“Se dice que quienes incidieron a su favor fueron [Raúl] Soldi y [Cesáreo Bernaldo de] Quirós, que estaban en el jurado. Algunas versiones agregan a [Enrique] Policastro –recuerda Gualdoni Basualdo para completar la anécdota-. El ministro temía la reacción popular, y el cuadro fue aceptado pero no premiado. La revancha la dio en el discurso inaugural, al hacer referencia a un ‘arte degenerado’, el de la vanguardia que salía de la figuración clásica”.¿Qué tenía ese arte de degenerado? El historiador Marcelo Pacheco describe de esta manera la serie a la que pertenece Libro en blanco: “Las mesas, especialmente de fines de los 30 y los 40, se encuentran en espacios abiertos por ventanas o en interiores cuyas paredes fugan ambiguamente en oblicuas alteradas por fuertes haces de luz sólida”. Eso es todo: una ventana y un libro abiertos, junto a un par de recipientes colocados sobre una mesa, sin rastros de presencia humana.Parecida a “Libro blanco”, “Concierto (1941)”, de Emilio Pettoruti, se vendió en Christie’s (NY) en mayo de 2012 por 794.500 dólares (Archivo/)A principios de 1952 Pettoruti regresa a Europa, donde ya había vivido una década y tomado contacto con referentes del futurismo y el cubismo, para “volcarse decididamente a la abstracción pictórica”. “Según declara tiempo después –asegura la citada cronología- se va por razones políticas”.“Hubo un tiempo en que sus cuadros debían presentarse bajo vidrio, por la cantidad de escupitajos que recibía por día. En la Argentina, para muchos, era considerado un ‘artista degenerado’ y una ofensa para ‘la dignidad de la patria’”, confirma el Ministerio de Cultura de la Nación en su sitio web, en un especial dedicado a este artista que también fue crítico y autor de una autobiografía titulada Un pintor ante el espejo (1968). “Sin embargo, en Europa aplaudían la audacia y visión vanguardistas que el artista había incorporado del incipiente futurismo y cubismo del viejo continente –agrega-. Con los años, ganó la pulseada contra aquellos que, en esta parte de la región, se resistían a la renovación del lenguaje plástico”.“Es lo que pasa con los que están muy avanzados a su época. Junto con Xul Solar, Pettoruti trajo el modernismo a la Argentina y supo traducir su lenguaje a la cultura local”, dice Eduardo Costantini sobre uno de sus artistas preferidos. La canción del pueblo, cuadro pintado por el platense en 1927, fue el primero que el empresario compró en subastas. Pagó por él 324.000 dólares en 1993 en Saráchaga y lo donó hace dos décadas -junto con más de doscientas obras- para fundar la colección permanente del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), que hoy incluye otras seis del mismo autor. Además de la colección del museo que lleva su nombre, en La Plata, el Museo Nacional de Bellas Artes aloja 17, mientras que Colección Amalita posee dos de sus célebres arlequines.Otro importante coleccionista argentino, Carlos Pedro Blaquier, compró El quinteto en Sotheby’s en 1980, por 209.000 dólares; la vendió nada menos que el Museo de Arte Moderno de San Francisco, donde Pettoruti expuso en 1944. El gran récord llegaría en 2012, cuando Concierto alcanzó el precio más alto registrado por una pintura argentina en subastas: un comprador anónimo pagó 794.500 dólares en Christie’s de Nueva York, que cuatro años antes había vendido El Cantor por apenas 12.000 dólares menos. Nada mal para un artista “degenerado”, que seguramente hubiera declinado la invitación a la polémica fiesta.

Fuente: La Nación

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Lionel Messi ya es un pasajero del fútbol francés, después de toda una vida al volante de Barcelona. A los 34 años empezó otra etapa y desafío en su formidable carrera. Había una expectativa global alrededor de su debut en Paris Saint Germain, que finalmente se produjo a los 20 minutos del segundo tiempo en el triunfo por 2-0 de visitante sobre Reims, con goles de Kylian Mbappé, por la cuarta fecha de la Ligue 1.En su primer contacto con un medio nuevo, Messi habrá confirmado un par de presunciones: va a formar parte de un equipo con varios interlocutores para el juego asociado y enfrentará a rivales sin muchas contemplaciones a la hora de frenarlo con foul en cuanto intente desnivelar en el uno contra uno. Le hicieron tres faltas y no le cobraron un agarrón a la altura del cuello cuando ingresaba al área. Bienvenido al rigor físico del fútbol francés.Messi se toma el rostro después de que Munetsi lo agarrara para frenar un avance (FRANCK FIFE/)En los 26 minutos que jugó -incluidos los seis adicionados-, ocupó preferentemente la zona central, a modo de enganche, detrás de Mbappé. Varios toques de arranque, algunos hacia atrás con Herrera, para empezar a familiarizarse. Cuando profundizó, lo buscó a Mbappé, que hizo valer sus galones de figura de PSG al arrogarse la finalización de las dos jugadas. ¿Habrán sido los únicos minutos en una cancha que compartieron Messi y Mbappé, expectante por su factible transferencia a Real Madrid? En las próximas 48 horas se acabará el misterio.El debut de Leo tenía más de un condicionante. No solo debe insertarse en un equipo y una competencia nuevas, sino que necesita adquirir ritmo, ya que su último partido oficial fue hace casi 50 días, en la final de la Copa América. Y no hizo pretemporada, solo un par de semanas de acondicionamiento físico. Es probable que esa dinámica la incorpore en los tres partidos de eliminatorias que le esperan con la Argentina. Tras el encuentro en Reims, volvió a París para abordar el avión que lo traerá a América del Sur.El debut de Messi se empezó a palpitar desde que llegó al estadio. En la antesala del vestuario, con los equipos formados para entrar en la cancha, la mirada de Messi era la del curioso que registra todo en un entorno desconocido. Su frondoso álbum futbolístico incorpora desde este domingo imágenes inéditas. En el banco, cubierto con un tapaboca con los colores del club, se sentó en un lugar para asegurarse interlocutores que hablaran castellano, con Paredes a su lado y el español Ander Herrera en la siguiente butaca.Para la historia: Messi debuta en PSG En su última temporada en España, solo había sido suplente en dos oportunidades. En la Copa América, Lionel Scaloni le quiso dar descanso frente a Bolivia, pero Messi impuso su voluntad de jugar. Disputó los siete partidos completos. Quiso que fuera su torneo, de principio a fin. No ocupaba el banco desde del 7 de febrero, cuando entró a los 12 del segundo tiempo por Riqui Puig y dos minutos después marcó el tercer gol del 3-2 ante Betis.Centro de Di María, gol de Mbappé Como espectador cercano, Messi comprobó lo que antes ya había visto en el palco del Parque de los Príncipes o por televisión: PSG es capaz de desnivelar cualquier partido en cuanto combinan algunas de sus destacadas individualidades. Ni siquiera necesita ejercer un amplio dominio o desgastarse en reiteradas cargas ofensivas para encontrar el gol.Di María, poseedor del récord de asistencias en la historia de PSG, con más de 100 pases-gol desde agosto de 2015, enganchó sobre la derecha para servir de zurda el centro que Kylian Mbappé conectó con un portentoso cabezazo antes del anticipo del zaguero central. Funcionó la fórmula: el rosarino como extremo y el francés en su función de centro-atacante, con Neymar arrancando desde el sector izquierdo.Tres goles –también acredita dos asistencias- en cuatro fechas de Mbappé, cuyo futuro se definirá entre lunes y martes, con la última propuesta de 170 millones de euros más 10 en variables que hizo Real Madrid por su pase. PSG quiere retenerlo para su proyecto estelar de conquistar la Champions League, pero Mbappé ya dejó constancia de su deseo de emigrar al negarse sistemáticamente a la renovación del contrato que vence en junio de 2022.Messi y su mirada para ir descubriendo un entorno en el que todo es nuevo. (FRANCK FIFE/)La expectativa por el ingreso de Messi no se cumplió con el regreso de los jugadores del descanso. Pochettino no hizo cambios para el comienzo del segundo tiempo. Más allá de sus individualidades, PSG, colectivamente, es irregular, inconstante. No siempre se defiende bien con la pelota. Y se expone a sustos. Más de dos minutos se tomó el VAR para no convalidar el empate de Marshall Munetsi, que cargó sobre un rechazo de Keylor Navas a un cabezazo.Mbappé define un contraataque para el 2-0 El griterío en el estadio Auguste-Delaune, con su capacidad para 22.000 espectadores completa por primera vez, se incrementó cuando Messi salió a los 12 minutos a hacer el calentamiento sobre la banda, junto a otros compañeros. Desde las tribunas empezó a bajar el “¡Meeeessi, Meeeessi!”, mientras Mbappé asegurada el triunfo al coronar con una definición de primera un fulminante contraataque con la proyección del lateral Hakimi por la derecha.Pochettino apoyó su brazo sobre el hombro izquierdo de Messi mientras le daba las últimas indicaciones. Entró a los 20 minutos, previo al fuerte abrazo que le dio a Neymar, su amigo y reemplazado. Salía el 10 e ingresaba el 30, el mismo número de sus comienzos en Barcelona. Ya no es un adolescente, ahora es un consagrado que dejó algunos toques -dio 20 pases, con un 95 por ciento de precisión-, mientras calienta la zurda para futuras intervenciones decisivas.

Fuente: La Nación

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Seiscientos trece días después, este jueves, el Ballet Estable del Teatro Colón volverá a subir al escenario. Habrá atravesado una cuenta larguísima desde que se cerró el telón con aquel último Lago de los Cisnes, en diciembre de 2019: fueron muy duros –sobre todo– los 366 días siguientes, un año bisiesto que no aparecía en las predicciones de nadie, marcado por una pandemia paralizante en más de un sentido. Y los ocho meses de este año que nos traen hasta aquí, con marchas y contramarchas, mucho más entrenados ya en la incertidumbre, es cierto, pero, igual, desesperados por que se vuelva a abrir el telón y sentir en la cara el soplido reconfortante del encuentro con el público.Los muchachos de “Itinerario Piazzolla”: una obra que va de paseo por los grandes éxitos del compositor de tango, con escenas de hombres, mujeres, dúos y encuentros (Fabian Marelli/)Detrás de la frialdad de las matemáticas, que, sin embargo, son inapelables –613 días sin pisar el escenario: un número elocuente–, están el músculo y los huesos, la pasión y los miedos, la música y las ideas. Está el movimiento. Y el aliento contenido en un barbijo que pareciera latir, que se hincha y que rápidamente se desinfla adhiriéndose al rostro de los bailarines: quien los mira durante un ensayo siente el impulso (reprimido, por supuesto) de querer liberarlos de ese bozal. El programa mixto que se verá durante nueve funciones es más que un espectáculo limitado por “lo que se puede hacer”. Es el encuentro de un coreógrafo muy experimentado con uno novato, es un abanico musical que se abre en una visión y dos estilos. Y, sobre todo, es ese aire que estaba haciendo falta.“Después de mucho tiempo, caminaba por los pasillos del teatro; estaba todo cerrado y en el tercer subsuelo vi una luz: eran los bailarines”, dice Alejandro Cervera, rescatando la energía positiva de los artistas, de Paloma Herrera –la directora del Ballet Estable–, de su equipo. En términos de normalidad, él habría estrenado con este mismo elenco una Carmen muy prometedora esta temporada, pero “asumiendo el plano de dificultad y saliendo para delante” montó un homenaje a Piazzolla. Cuando ya casi había terminado, una tarde le dijo a Milagros Rolandelli, su asistente: “Voy a probar el final, tengo una idea”, y vino la segunda ola de coronavirus. Vuelta a casa con el gato, los muebles y la escalera recortándose en la pantalla del Zoom, pero sin detener la marcha, esa marcha que marca la música del compositor que nació en Mar del Plata hace cien años. A eso se refiere el término “itinerario” de Itinerario Piazzolla, la obra que sale de paseo por los grandes éxitos de don Ástor Pantaleón, que se atreve a los ritmos de “Escualo” y a la nostalgia de “Oblivion”, y pasa entre unas sillas y sobre una cama inquieta por escenas de hombres, de mujeres, por dúos y por encuentros. “Siempre Piazzolla me dio sensación de desplazamiento; lo escucho y es como que estoy yendo o viniendo, subido arriba de algo”, describe el coreógrafo una dinámica que es también enorme inspiración, y que se apoya aquí, además, en un trabajo de video. Nuevamente (como en Macbeth y El reñidero, sus obras inmediatamente anteriores) la percusión tiene su lugar, con Araupo Yepes en escena. “La percusión une, para que no quede una suite, yo no quería una suite”.“Siempre Piazzolla me dio sensación de desplazamiento; lo escucho y es como que estoy yendo o viniendo, subido arriba de algo”, cuenta Alejandro Cervera, autor de un homenaje al músico en su centenario (Fabian Marelli/)La trayectoria de Cervera es tan larga que podría revisarse por épocas, en períodos abstractos y otros más teatrales, o por tonos: producciones en negro (Tango vitrola, de 1986, en el Hall del San Martín), en blanco (Danza para cinco percusionistas, en 1988, también con el Ballet Contemporáneo) o en azul (Azul 20, con música de Pedro Aznar). Itinerario Piazzolla es un tableau en blanco, negro y gris, con un color: “Vuelvo al sur”, cantado por Goyeneche. Y trae una novedad a la historia del coreógrafo: el uso de las zapatillas de punta. “Pensé que iba a ser en zapatos, pero cuando probamos se transformaron, adquirieron presencia, naturalidad; fue como si entraran en una zona confortable que potenciaba mucho el trabajo”. La obra, para doce bailarines, enmarcada en el bendito protocolo, deja asociar en lo simbólico un guiño de recuperación: “El tango tiene como origen el abrazo, que en pandemia está más prohibido que nunca”.Los bailarines Natalia Pelayo y Marcone Fonseca, en un ensayo del Ballet Estable, que estrena este jueves una obra por el centenario de Ástor Piazzolla (Fabian Marelli/)El factor generacionalAdemás de generoso, en su carrera Cervera siempre fue cercano a las nuevas generaciones de artistas: tanto en su rol de director, coreógrafo o régiesseur de ópera como en aquellos fructíferos años al frente del área de Danzas del Centro Cultural Rojas, su interés por la producción de los más jóvenes es una constante. En este sentido su coincidencia en el mismo programa con un novel creador pareciera inmejorable. “Podría ser mi hijo, lo doblo holgadamente en edad –dice respecto de Maximiliano Iglesias, el primer bailarín del Estable, que, a los 27 años, debuta como coreógrafo en este mismo espectáculo–. Por un lado, me produce una gran ternura, y por otro, me gusta mucho la idea de que los dos estrenemos juntos. Habla de la vida, del espacio que ocupamos los adultos y del que van ocupando los jóvenes”.Jiva Velázquez, solista de la compañía, participa de la obra “Vendaval”
(Fabian Marelli/)Con otra decena de intérpretes diferente –que son sus compañeros–, Iglesias se enfrenta a un desafío enorme: “Es lo primero que hago, en el teatro más importante del país y con los mejores bailarines, compartiendo programa con un coreógrafo de una trayectoria enorme. Es una situación que merece mucho respeto”, confiesa, y se repara en una definición que, a la vez, da prueba de su modestia: “Soy un bailarín que puso una coreografía, no soy un coreógrafo. Estoy abierto a aprender”.Luz y cuerpo: un ciclo de danza e improvisación¿Cómo llega Iglesias hasta aquí, en una situación tan excepcional? “Surgió el año pasado, cuando me vi que estaba cobrando un sueldo en casa sin más que entrenarme y me propuse para algún otro tipo de trabajo. Era una forma de ofrecerle al teatro algo fuera de lo común, ya que no podía seguir como de costumbre. Hacer coreografías me gusta y lo vengo planificando; de hecho, tenía previsto realizar dos espectáculos en 2020, de manera privada –lo que me hubiera significado menos presión que empezar en el mayor escenario del país–. Paloma me dio las pautas del contexto: no más de diez personas, los ensayos no pueden ser muy largos, tampoco la obra. No nos podíamos tocar, excepto los convivientes. Tomó el riesgo: es lo primero que hago, ella nunca había visto nada mío”. Del otro lado del mostrador, Herrera admite que esto estaba fuera de los planes y se expresa sobre esa confianza: “Es importantísimo dar oportunidades. Trabajo mucho con Maxi como bailarín, y su musicalidad y profesionalismo me garantizaban que iba a poner toda la garra. Aprendí estando de este lado lo importante que es trabajar con bailarines de fierro en todas las posiciones, y lo mismo pasa con la coreografía. Pero sí, uno siempre arriesga”.Maximiliano Iglesias: “Los bailarines solemos buscar la profundidad de nuestro artista en lo contemporáneo, y para mí en lo clásico se puede ahondar al infinito”. El primer bailarín del Colón, de 27 años, debuta como coreógrafo (Fabian Marelli/)Vendaval –tal el título de la nueva obra, sobre Las estaciones de Tchaikovsky– surgió entonces como una pieza en video que se vería por streaming; grabada con el privilegiado e imponente marco de la sala vacía del Colón como telón de fondo; sin embargo, nunca llegó a emitirse. Y cuando la pandemia aflojó un poco sus restricciones y la actividad presencial regresó, con cuentagotas, la oportunidad de que este trabajo se viera en directo empezó a ganar sentido. Un piano en escena y el cambio de frente, de cara al público, ya dejaban soñar. Un sentimiento similar transmite el epígrafe de Alexander Pushkin para el primer fragmento de esta partitura, “Enero”: Un pequeño rincón de paz y felicidad/la noche vestida de crepúsculo; el pequeño fuego se está muriendo en la chimenea, y la vela se apagó.El primer bailarín Federico Fernández ensaya un dúo con David Gómez (Teatro Colón/)“Escucho este concierto desde muy chico, soy fanático de Tchaikovsky, un rockstar de la clásica”. La obra mantiene su derrotero musical, mes tras mes, hasta diciembre, pero condensa su duración a la mitad, veinticinco minutos. “Oís dos notas de febrero y ya sabés que es Onegin”, dice Iglesias, con referencia al ballet de John Cranko. “En general, los bailarines solemos buscar la profundidad de nuestro artista en lo contemporáneo, y para mí en lo clásico se puede ahondar al infinito”, responde sobre esa aparente tensión de concebir algo nuevo con material clásico.El cuerpo del bailarín, al desnudo¿Y qué más es Vendaval? “Vendaval es lo que me pasa cuando se abre el telón, es el viento que te viene de frente”, explica Iglesias, que planifica seguir enfocándose en su carrera de bailarín (“me gustaría crecer mucho más”) mientras progresivamente desarrolle su experiencia en la creación.“El cuerpo de los bailarines y la rutina del teatro tienen memoria. Se volvió para atrás y se va para adelante, pero el proceso fue muy lindo”, dice Paloma Herrera, directora del Ballet Estable del Teatro Colón (Fabian Marelli/)Paloma Herrera salta como un resorte de su silla al final de la pasada de una escena y se reúne con el coreógrafo para resolver juntos por qué se traba ese giro o cómo mejorar una espalda que inoportunamente queda a la vista del espectador; los bailarines prueban en el cuerpo posibles soluciones, resuelven en equipo. Entre tanta cosa fuera de lo común, la dinámica del ensayo de una obra nueva parece normal. “El cuerpo de los bailarines y la rutina del teatro tienen memoria. Se volvió para atrás y se va para adelante, pero el proceso fue muy lindo; hay que ver el vaso lleno en situaciones muy dramáticas, caóticas, como esta”, decía la directora antes de que un caso positivo en una de las “burbujas” exigiera postergar la fecha de estreno. No hace falta decir que en estos días de tiempo de descuento todos tienen los dedos cruzados. Respecto de cómo fue gestionar la compañía en pandemia, la directora dice: “Todos sabemos que morimos por salir al escenario, pero todos sabemos también cómo fue este tiempo, y creo que se entendió. No voy a decir que tendríamos que haber hecho más funciones ni abierto antes: no me siento tan poderosa. Y honestamente no creo que hubiera podido ser muy diferente, porque nuestro país fue así. Si hay que abrir, si hay que cerrar, hago lo que me dicen, porque del virus yo no sé nada. Lo que vivimos fue terrorífico y hay que salir adelante. En este sentido, muy respetuosa, voy a hacer lo mejor que se pueda dentro de lo que se pueda”.Por lo pronto, el primer paso, se dará el jueves, cuando el telón se corra y deje finalmente entrar el aire del vendaval.Macarena Giménez y Maximiliano Iglesias ensayan un dúo de “Vendaval”, el debut coreográfico del joven primer bailarín de la compañía (Fabian Marelli/)PARA AGENDARBallet Estable del Teatro ColónPrograma mixto. Estreno de Vendaval, de Maximiliano Iglesias, e Itinerario Piazzolla, de Alejandro Cervera. Con dirección de Paloma Herrera.Funciones. Desde el jueves 2 de septiembre, a las 20; viernes 3 y sábado 4, a las 20; domingo 5, a las 17; y del 7 al 11, a las 20.Entradas. Desde $ 1500.

Fuente: La Nación

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KABUL.- Decenas de afganos que intentaban escapar desesperadamente de los talibanes antes del plazo límite del martes para el retiro de las tropas norteamericanas de Kabul lograron salir a salvo de su país gracias a una ayuda que llegó del lado menos impensado: el influencer de Instagram Quentin Quarantino.Quarantino es el alter ego de un joven neoyorquino de 25 años llamado Tommy Marcus, previamente famoso por sus memes progresistas y sus chistes sobres los antivacunas. Junto a sus seguidores, Quarantino recaudó 7 millones de dólares en pocos días a través de la plataforma de crowdfunding GoFundMe, para lanzar misiones de rescate a Afganistán y evacuar a la mayor cantidad de gente posibles, muchos de los cuales estaban bajo amenaza del Movimiento Talibán. View this post on Instagram A post shared by Quentin Quarantino (@quentin.quarantino)El miércoles, la misión “Operación Flyaway” ayudó a sacar a 51 personas de Afganistán a Uganda, en un avión privado que fue alquilado con parte de lo recaudado en GoFundMe.Tras el llamado de Marcus a sus 832.000 seguidores, se recibieron donaciones de más de 121.000 personas, y la campaña se convirtió en la mayor recaudación con fines humanitarios en la historia de GoFundMe.“Es conmovedor que tengan tanta fe en mí, y que estén dispuestos a poner sumas significativas en manos en las que yo confío”, dice Marcus.Algo salió mal en Florida: incentivó la vacunación, pero la variante delta arrasó con el estadoLa empresa de desarrollo global Saraya International y la Fundación Rockefeller, que brindaron apoyo logístico para el vuelo a Uganda, así como otra empresa involucrada en la evacuación, confirmaron a la agencia de noticias AP que la salida del vuelo fue posible gracias a la colaboración de emergencia financiada por la campaña de Marcus.“Es milagroso, no hay otra palabra, porque nos hace recuperar la fe en la humanidad”, dice Marcus. “Frente a esta situación, superamos las divisiones políticas y realmente nos unimos para salvar a estas personas, porque no se merecen lo que les espera en Afganistán si se quedan ahí.” View this post on Instagram A post shared by Quentin Quarantino (@quentin.quarantino)Los evacuados, dice Marcus, fueron mujeres, niños, trabajadores humanitarios y otros “que vienen luchando desde hace tiempo por el bien común en Afganistán”, junto a sus familias. Los organizadores habían dicho estar tratando de rescatar a 300 personas que, junto con sus familias, estaban “en riesgo inminente de ser ejecutadas por los talibanes”.El equipo se había topado con el escepticismo de varios expertos que dudaban de su capacidad para llevar a cabo una misión de esas características en momentos en que todos los gobiernos, las corporaciones y los grupos humanitarios se apresuraban a sacar a sus ciudadanos y empleados de Afganistán a toda costa.El equipo de Marcus dice haber rescatado a más de 350 personas, 300 de los cuales salieron de Kabul en otros vuelos despachados por “Operación Flyaway”.Murió la tiktoker Kubra Dogan a los 23 años tras caer al vacío mientras grababa un videoA través de un correo electrónico, un portavoz del Departamento de Estado norteamericano dijo que su oficina “valora los esfuerzos privados para apoyar el proceso de reubicación y reasentamiento de los afganos, que refleja la generosidad del pueblo estadounidense y de la comunidad internacional”.“Sin embargo, no podemos verificar la autenticidad o la eficacia de estos esfuerzos”, decía el comunicado.Según la descripción de funcionarios de varias organizaciones sin fines de lucro, en el aeropuerto de Kabul la escena es caótica y peligrosa, mientras los funcionarios intentan hacer abordar a las personas con los papeles en regla en el corto tiempo que pueden mantener los aviones en pista. View this post on Instagram A post shared by Quentin Quarantino (@quentin.quarantino)“Estoy muy orgulloso de nuestro extraordinario equipo y de lo que pudimos lograr en tan poco tiempo”, dice el director ejecutivo de Sayara, Scott Shadian. “Ojalá pudiéramos haber hecho más. En pocas palabras, las instituciones públicas fallaron y me rompe el corazón saber que se podría haber hecho mucho más. Estamos agradecidos de haber sacado a tantas personas como lo hicimos, y con todas las probabilidades en contra.”A pedido del gobierno de Estados Unidos, Uganda recibió a los evacuados, que fueron alojados en hoteles de las afueras Kampala, la capital del país. Los funcionarios ugandeses confirmaron que albergarían a hasta 2000 personas que esperan ser reubicadas en otro lugar, tras una estadía temporaria en el país.Estados Unidos: el huracán Ida tocó tierra en Luisiana como la tormenta más intensa en añosEl vuelo chárter que partió de Kabul la madrugada del miércoles es uno de los varios esfuerzos de rescate privados liderados por varios grupos para ayudar a los afganos a huir.Scott Shadian, de Sayara, dice que se había reunido por Zoom con miembros de la “Operación Flyaway” a principios de semana, y que en medio del caos de las evacuaciones de Kabul se quedó encantado con la posibilidad de financiaran el vuelo.“Fue uno de los muchos milagros de los que fuimos testigos en este tiempo”, dice Shadian. “Esa financiación de último momento, junto con el generoso apoyo de la Fundación Rockefeller, Schmidt Futures y otros donantes, fue decisivo. Sin eso fondos rápidos de Operation Flyaway, el vuelo no habría despegado “.El oscuro mundo de mi vida de lujo con un multimillonario rusoAunque el crowdfunding a través de plataformas como GoFundMe son una herramienta útil y bienvenida para movilizar donaciones en situaciones de crisis, Patricia McIlreavy, presidenta del Centro Filantrópico para Desastres, con sede en Washington, enfatiza que los donantes deben ser cautelosos al entregar su dinero a iniciativas privadas a través de estos sitios.“No siempre elaboran informes de acceso público sobre el destino de esos fondos y su utilización, mientras que las fundaciones y organizaciones sin fines de lucro están obligadas por la ley”, dice McIlreavy.Aunque los vuelos de rescate privados también tienen como fecha límite la retirada de Estados Unidos de Afganistán, la campaña de GoFundMe dijo que donará el dinero restante a la organización International Women’s Media Foundation, con sede en Washington. Según los organizadores, esa fundación de ayuda a las mujeres periodistas, utilizará el dinero para “asociarse con expertos y organizaciones especializadas para seguir dando a apoyo a las personas cuando ya están en terreno seguro”.Traducción de Jaime Arrambide

Fuente: La Nación

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KABUL.- Miércoles 25, seis de la tarde. (Park Hotel. Kabul). Esta noche voy a tratar de salir. Me voy del hotel después de 23 días en Kabul rumbo al aeropuerto. Cargo dos bolsos voluminosos que contienen, sobre todo, cámaras, equipos de grabación y material para el documental que quiero hacer. Son pesados. Pero tienen que llegar conmigo adonde llegue yo. El plan es contactar con los soldados españoles cerca de la Puerta Abbey del aeropuerto. Mi contacto es un militar español, Pablo (nombre ficticio, como todos los de esta crónica, por seguridad). Tengo su número. Iré comunicándome con él por WhatsApp. Eso es todo. Eso y la suerte.Fuerte llamado del papa Francisco a que el mundo siga ayudando a AfganistánSoy chileno. Como Chile no cuenta con aviones acá, un acuerdo con el Gobierno español me permitirá salir primero por España. No voy solo. Viene conmigo Azadeh, una estudiante de periodismo afgana de 19 años que también viajará después a Chile. Acude a la cita acompañada de su tío y de su hermano. También viene con nosotros Fahima, periodista de una redacción en la que los talibanes han prohibido trabajar a las mujeres. Ella ha sufrido amenazas de muerte. Quiere escapar del país junto a sus hermanos y su padre. Fahima mantiene a toda su familia. Su padre, llamémoslo Ahmed, fue en otro tiempo un hombre bien situado, elegante. Pero llega tan enfermo y debilitado como armado de valentía. Camina con un bastón. Pienso que va a ser imposible para él atravesar la muchedumbre que rodea el perímetro del aeropuerto para llegar a la puerta. Veremos. Es la tercera vez que lo intenta. Le digo que lo vamos a conseguir. El personal del hotel, desesperado, me pide cartas de recomendación para poder escapar ellos también. Se las firmo, aunque sé que no les van a servir para nada.En esta imagen facilitada por la Infantería de Marina de Estados Unidos, efectivos militares alamanes procesan a evacuados en el aeropuerto internacional Hamid Karzai en KabulNos montamos en dos coches: en la furgoneta que va detrás, van Fahima y su familia; en el taxi delantero, Azadeh, su hermano, mi productor y yo.Aviso a Pablo:—Salimos para allá.Siete de la tarde. (Carretera hacia el aeropuerto. Kabul). La ruta hacia el aeropuerto está abarrotada de coches. Tardamos dos horas en recorrer dos kilómetros. Durante el camino, los chóferes se bajan de los autos para fumar y charlar. Ya es de noche. Se oyen tiroteos aquí o allá. Nos recuerdan hacia dónde vamos. Decidimos ir por un camino más largo pero más seguro, con menos controles de los talibanes.El oscuro mundo de mi vida de lujo con un multimillonario rusoCuando ya no podemos avanzar más con los coches, bajamos. Desde ahí, iremos caminando. Empieza lo verdaderamente difícil. Vamos andando entre las filas de coches parados. Miro al padre de Fahima, caminando con su bastón. Su familia le repite continuamente: “Podremos hacerlo, podremos hacerlo”. Tras unos kilómetros, nos topamos con un control talibán. Están como enloquecidos. Llevan palos, porras. No quieren que nadie pase. Algunos están montados en los vehículos militares estadounidenses (los conocidos como humvees). El aire es insoportable porque los talibanes han esparcido gas pimienta que se mezcla con el polvo de la carretera levantado por las filas inmensas de camiones, autobuses y coches. Esperamos.Veo a Ahmed cada vez más cansado, cada vez más impaciente. De pronto, desaparece el control. Todo aquí es así: loco, brutal, imprevisible, irracional. Los talibanes se van sin que uno sepa por qué. Tal vez acuden a pelear a otro sitio, porque hay muchos frentes que defender. Con el control libre, pasamos.Combatientes talibanes montan guardia ante el aeropuerto tras los ataques mortales del jueves, en Kabul, AfganistánComenzamos a avanzar por descampados y por parcelas de sembrados. Mi productor, no sé cómo, consigue agenciarse unas carretillas para cargar las maletas. Vamos iluminando el camino con los celulares. Esto consume la batería, y necesitaré el teléfono para contactar con Pablo más adelante. Sin hablar con él no lograré salir. Así que el teléfono es vital. Pero no hay otro remedio.Tenemos que hacer varias pausas por Fahima, muy preocupada por su padre, el viejo Ahmed. Hay discusiones entre miembros de su familia. Algunos dicen que deben continuar. Otros no. “Mi papá lo va a hacer: vamos”, dice la hija más pequeña, la más optimista, la más confiada.Entrevista con Therese Frare: ¿Puede una foto cambiar la actitud global frente a la pandemia?Doce de la noche. (Canal que rodea el aeropuerto). Hemos llegado al canal que bordea el perímetro del aeropuerto. Es una especie de foso. Tiene casi tres metros de profundidad. Para seguir hay que bajar estos tres metros, cruzarlo, con las aguas sucias que discurren por él a la altura de la cintura, y salvar otros tres metros para salir por el otro lado. En el otro lado están ya los soldados estadounidenses, noruegos, canadienses y turcos. Pero para que te ayuden a subir hay que convencerlos. No es fácil. Hay gente que lleva los papeles en regla. Otros llevan una simple carta de recomendación. Los militares no distinguen la mayoría de las veces y, por regla general, te rechazan.Nos sentamos en el borde del canal aprovechando que aún no hay mucha gente. Hay que pensar qué vamos a hacer. Me preguntó si al final me salvaré. Supongo que los otros, tan agotados como yo, se preguntan lo mismo. Se me cae un pañuelo que llevaba para cubrirme la cabeza y lo pierdo. Y, no sé por qué, tal vez por el agotamiento o por la ansiedad, lo juzgo como un signo de mal agüero, de que la tenaza se va a cerrar delante de nosotros y no vamos a alcanzar la puerta.Soldados estadounidenses montan guardia dentro de los muros del aeropuerto mientras cientos de personas se reúnen cerca de un puesto de control de evacuación en el perímetro del aeropuerto internacional Hamid Karzai, en Kabul
(Wali Sabawoon/)Decidimos avanzar por la noche, a pesar de todo, por el borde del canal hasta donde podamos, siempre en dirección a la Puerta Abbey. La hija pequeña del viejo Ahmed lo sigue animando, casi le empuja para que siga avanzando. Pero veo que su marcha se debilita y que no va a llegar. Y lo que es peor: nos retrasa a todos. Por el camino nos encontramos con pequeños delincuentes que se te acercan, te preguntan, te sonríen. Al primer descuido te robarán lo que sea.Amanece (jueves 26, seis de la mañana) al borde del canal. (En medio de la multitud). A las seis de la mañana llegamos a un punto donde no se puede avanzar debido a la cantidad de gente. Nos rodean miles de personas. Está amaneciendo. Nos sentamos en el suelo, a esperar, agotados, apoyados en las maletas. Pablo, el militar español, nos dice que movamos trapos o camisetas rojas de derecha a izquierda por si nos puede localizar, aunque sea a lo lejos. Si es así, cruzaríamos el canal y los soldados americanos nos podrían dejar pasar del otro lado. Se lo digo a los demás, pero no hacen caso. Les ha ganado cierto fatalismo desmoralizante. Ya no confían. Cada vez afluye más gente. Los talibanes andan cerca, además. Tenemos que seguir avanzando por el borde del canal, llegar hasta un punto donde Pablo nos pueda ver desde dentro del aeropuerto. Pero es imposible. El militar me escribe por WhatsApp:—¿Dónde estás?—Aquí en el puente. No podemos llegar al final. Ahora hay mucha más gente.Tragedia en el cielo: la exhibición aérea italiana que se salió de control y mató a 70 personasLa familia de Ahmed renuncia. Deciden darse la vuelta. Lo que les espera en casa, en Kabul, con la ciudad en manos de los talibanes, no es mejor, en mi opinión, que lo que les rodea ahora. Pero no pueden continuar. Ahmed es incapaz de dar un paso más. ¿Cómo se va a internar entre la multitud, abrirse paso entre ella? Lo peor es que estamos todos tan cansados, tan exhaustos, tan enfadados entre nosotros por echarnos la culpa recíprocamente del fracaso que ni siquiera nos despedimos. Me quedo con la joven Azadeh, su hermano y mi productor, que me sigue ayudando, que carga con uno de mis bolsos.Recibo un Whatsapp de Pablo:—Sí, aquí vemos la torre blanca y roja.—Estamos en el puente.—OK. Vamos.—Si se me corta por falta de batería, Azadeh te contacta. Va a agitar un pañuelo rojo.—OK.Un avión de la Fuerza Aérea de EE. UU. despega del aeropuerto militar en Kabul. El Pentágono dijo que la evacuación de decenas de miles de personas de Afganistán aún enfrenta más posibles ataques como el bombardeo que mató a decenas de personas fuera del aeropuertoPero fracasamos de nuevo. No podemos avanzar. Azadeh y su hermano también están pensando en rendirse. Yo les digo que hay que seguir. Les convenzo y me convenzo yo mismo de que podemos hacerlo. Les hablo. Les digo que hay que empujar, agarrarnos entre nosotros, por los brazos o por la cabeza, arañarnos si hace falta, no soltarnos por nada del mundo. Y volvemos a tratar de pasar por entre la gente, avanzando por el borde del canal. Unos metros decisivos para que Pablo nos vea, y nos identifique.Nos internamos entre la masa de nuevo. Entonces veo que mi productor, arrastrado por la gente, se desvía. Lo pierdo. Y él lleva el bolso con las cámaras, los discos duros y el resto del material para el documental que estoy haciendo. Avanzamos unos metros. Llegamos a una zona un poco más despejada. Pero les digo a Azadeh y a su hermano que yo me vuelvo a por mi bolso. Que sin mi bolso yo no sigo, que ese material es mi vida.Algo salió mal en Florida: incentivó la vacunación, pero la variante delta arrasó con el estadoAsí que vuelvo al infierno de gente y de los talibanes que hay detrás y logro atravesarlo en dirección contraria. Por un momento pienso que mi productor se ha largado con mi bolso, que me ha robado. Pero no. Simplemente se había caído al canal. Milagrosamente, lo encuentro. Me grabo para registrar el momento. Estoy en el canal, mojado de aguas sucias hasta la cintura. Hay que volver y llegar hasta donde dejé a Azadeh y desde allí hacer el último intento para alcanzar a Pablo. Presiento que es la última oportunidad. Le pido al productor que me ayude. Me dice que sí, pero que antes descansemos un poco. Lo hacemos. Reponemos fuerzas bebiendo unos red bull falsos —que nos saben a gloria— que vendedores callejeros nos ofrecen. Hasta en la última esquina del infierno hay vendedores ambulantes. El productor me pide entonces que ayude a dos mujeres que él conoce, una amiga suya y su hermana que están a su lado. Que intentemos que algún país se las lleve. Una de ellas es abogada. Volvemos a entrar y atravesamos la muchedumbre. Consigo llegar al sitio en el que dejé a Azadeh y a su hermano. Logro, con un cargador de la amiga del productor, conectar mi teléfono, que se había quedado sin batería. Le mando un mensaje a Pablo:—Vamos ahora. Estamos en la antena otra vez.— Venga. A las siete de la mañana lo intentamos.Cientos de personas, algunas con documentos, buscan ser evacuadas cerca del aeropuerto internacional Hamid Karzai en Kabul, AfganistánSiete de la mañana. (Borde del canal). Avanzamos, pero no vemos a Pablo, ni él a nosotros. Y sin él los soldados americanos no nos dejarán pasar. De pronto me envía otro mensaje:—¿Dónde estás?—Llegué recién. Me paré en el canal. Pañuelo rojo. Frente banderas portuguesas.—OK.Son las ocho de la mañana. Estamos a punto de conseguirlo. Avanzamos por el canal. Las tres mujeres llevan la mochila a la espalda. Azadeh está triste. Se acaba de despedir de su hermano, que no podrá acompañarnos. Cada vez hace más calor. Estamos ya cerca de la Puerta Abbey, donde menos de 10 horas más tarde un terrorista con un chaleco con explosivos se suicidará matando a decenas de personas. Ahora pienso que yo podría haber tardado más en llegar, haberme retrasado por cualquier cosa y haber llegado allí en el momento exacto en el que explotó la bomba, o el terrorista haberse adelantado 10 horas y coincidir conmigo. Ahora lo pienso. Pero entonces seguía avanzando, junto a las chicas, determinado a llegar, a ver a Pablo, a terminar de una vez con la pesadilla. Como si me oyera, Pablo me manda otro mensaje:—Estamos en la bandera de Portugal. Agita la cámara cuando veas españoles.—Estoy en la bandera de Portugal.Entonces me vio.—Ven.

Fuente: La Nación

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Atlético de Madrid y Villarreal empataron 2-2 en el estadio Wanda Metropolitano este domingo 29 de agosto, en un partido de la jornada 3 de la Liga de España. Para Atlético de Madrid los goles fueron marcados por Luis Suárez (a los 56 minutos) y Aïssa Mandi (en contra) (a los 95 minutos). Para Villarreal los goles fueron marcados por Manuel Trigueros Muñoz (a los 52 minutos) y Arnaut Danjuma (a los 74 minutos).En la próxima fecha, Villarreal se medirá con Alavés, mientras que Atlético de Madrid tendrá como rival a Espanyol.En los siguientes gráficos se pueden observar las formaciones de los equipos, los cambios, las principales incidencias del partido y la tabla de posicionesClasificación a las copas internacionalesAl final de la temporada, los 4 primeros de la tabla de posiciones se clasificarán a la Champions League de 2021/2022. El quinto jugará la Europa League y el sexto ocupará uno de los cupos para disputar las rondas eliminatorias de la nueva Europa Conference League. Los últimos tres descenderán a la segunda división.Atlético Madrid fue el último campeón de la Liga de España y se afirma en el podio de campeones con 11, aunque está muy lejos de las conquistas de Real Madrid (34) y Barcelona (26).

Fuente: La Nación

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(Actualiza tras término partido)REIMS, Francia, 29 ago (Reuters) – El delantero argentino
Lionel Messi hizo su esperado debut en la Ligue 1 con el Paris
St Germain el domingo, pero fue Kylian Mbappé quien brilló
mientras el club de la capital mantenía su comienzo perfecto de
temporada con una victoria por 2-0 en el Stade de Reims.Mbappé le dio al PSG una muestra de lo que se perdería si se
fuera al Real Madrid, que ha hecho ofertas para reclutar al
delantero francés desde que Messi se unió a un contrato de dos
años procedente del Barcelona.El PSG encabeza la clasificación con un máximo de 12 puntos.Las 20.545 entradas disponibles se vendieron en el estadio
Auguste Delaune para ver jugar a Messi, de 34 años, y los
fanáticos, que corearon el nombre del delantero argentino,
fueron recompensados en el minuto 66 cuando reemplazó a Neymar.Sin embargo, Mbappé no defraudó en una actuación brillante,
aparentemente imperturbable por el frenesí de transferencias que
lo rodeaba.Dos días antes del final de la ventana, el joven de 22 años
marcó la diferencia con su velocidad y sentido del tiempo,
abriendo el marcador con un cabezazo y rematando con un final
clínico.Después de un comienzo vacilante, el PSG se metió en su
ritmo y Mbappé anotó de cabeza a los 15 minutos tras un centro
de Angel Di María.El PSG se puso demasiado cómodo y Reims comenzó a ejercer
algo de presión, con un magnífico disparo de Moreto Cassama que
golpeó el larguero de Keylor Navas tres minutos antes del
descanso.Reims celebró lo que pensó que era un empate de Marshall
Munetsi a los cinco minutos de la segunda parte, solo para que
el esfuerzo del zimbabuense fuera descartado por fuera de juego.Messi empezó a calentar a los 57 minutos, provocando el
aplauso de la afición del Reims, a quien saludó.Cantaron su nombre justo cuando estaba a punto de entrar,
poco después de que Mbappé duplicara la ventaja del PSG con un
centro de Achraf Hakimi al final de un fuerte contraataque.Mbappé combinó con Messi, pero el exdelantero del Barcelona
no estaba en las mismas condiciones que el francés, no habiendo
jugado un partido competitivo desde que ganó la Copa América con
Argentina el 10 de julio.
(Reporte de Julien Pretot; editado en español por Carlos
Serrano/Janisse Huambachano)

Fuente: La Nación

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SAO PAULO, 29 ago (Reuters) – Brasil registró 13.210 nuevos
casos de coronavirus en las últimas 24 horas, junto con 298
muertes por COVID-19, informó el domingo el Ministerio de Salud.El país registra más de 20 millones de casos desde el inicio
de la pandemia, mientras que la cifra oficial de decesos ha
crecido a 579.308, según cifras del Ministerio.(Reporte de Carolina Mandl; Editado en español por Janisse
Huambachano)

Fuente: La Nación

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